EL PAíS › LA ENCUESTA REVELA QUE POCOS TOCAN UNA COMPUTADORA. LA TV, PRIMERA LEJOS

Con el control en la mano durante 17 horas

Página/12 accedió a una encuesta de la Dirección General del Libro y la Fundación Diagonal Sur sobre el uso del tiempo libre entre los porteños. Bien arriba se ubican ver televisión, encontrarse con amigos y escuchar radio y música. El boom porteño del teatro es sostenido por el 3,7 por ciento que declara ir regularmente a alguna sala.

 Por Sergio Kiernan

La televisión, la radio, la música y los amigos son las actividades culturales más frecuentes de los porteños. Leer diarios, leer libros, hacer deportes y pasear por Internet les siguen antes de un pelotón bastante minoritario que lee revistas, acomoda su casa, sale “a tomar algo”, come con amigos, va al cine o a bailar, visita ferias artesanales o aprende idiomas. Son muy pocos los que tocan instrumentos, hacen cursos, van a recitales, visitan bibliotecas –y casi todos son estudiantes–, o van al teatro. Las dos actividades más minoritarias en la ciudad son las visitas a museos y las conferencias.
La información proviene de una detallada encuesta realizada por la Dirección General del Libro del gobierno porteño junto a la Fundación Diagonal Sur, por convenio con la Secretaría de Cultura de la Ciudad. El estudio fue coordinado por Carlos De Angelis, Juan Manuel Marzullo y Emanuel Medina, de la Fundación, y realizado por un equipo de agentes culturales de la Dirección del Libro.
Mirar televisión es, nada sorprendentemente, la actividad cultural más regular y difundida entre los porteños. Un 59 por ciento afirma ver TV siempre, un índice que no muestra mayores variaciones entre hombres y mujeres o por clases sociales. El consumo de música también es masivo, con el 47 por ciento, superando al 44,8 que escucha cotidianamente alguna radio. Un 42,5 por ciento de los habitantes de la ciudad menciona como actividad regular reunirse con amigos.
El principal hábito de lectura de los porteños es el diario, con un 37,8 por ciento que dice leerlos, si no todos los días al menos con alguna regularidad. Los libros siguen de cerca a los periódicos, con un relativamente robusto 34,3 por ciento, pero las revistas sólo llegan al 16 por ciento de los encuestados.
Resulta llamativo que apenas un 8,3 por ciento de los porteños declare ir regularmente al cine, un virtual empate con los que van a bailar, que son el 8 por ciento de los encuestados. De hecho, hay más gente que sale a comer –11,3%– o a “tomar algo” –también 11,3%– o se queda en su casa haciendo alguna tarea de mantenimiento o mejoras –el 15,2 por ciento. Sólo el 7,3 por ciento de los encuestados estudia algún idioma o computación, un pequeño 4,5 hace algún curso, un magro 6,8 toca algún instrumento y un minoritario 4,5 va a recitales o conciertos.
Las actividades menos frecuentes son las visitas a exposiciones de arte o museos, con el 2,8 por ciento de menciones, y las muchísimas conferencias que se dictan cada día en la ciudad atraen a un flaco 2,2 por ciento. Curiosamente, el boom porteño del teatro es sostenido por el 3,7 por ciento que declara ir regularmente a alguna sala.

Los medios

Los medios masivos de comunicación son el entretenimiento y fuente de información favorito de los porteños. En promedio, cada habitante de la ciudad dedica dos horas y media diarias a la pantallita, unas 17 horas semanales. Por edad, resulta que los más fanáticos son los más jóvenes y los mayores: uno de cada tres encuestados de 18 a 29 años dice mirar más de tres horas por día, casi exactamente la proporción de mayores de 51 años.
Los géneros favoritos de los televidentes son las películas –un 65% las ve– los noticieros –58%– y los programas periodísticos –55,3%–. Un amplio escalón por debajo le siguen los programas de interés general con el 32,7 por ciento, las tiras de ficción con el 28,7 y las series con el 25,9 por ciento. Novelas y programas de entretenimientos habitan una meseta que apenas supera el 20 por ciento de las preferencias y, pese a los mitos, sólo un 12 por ciento ve programas de chismes y 8,6 por ciento, los promocionados magazines femeninos. Estas preferencias no muestran mayores variaciones por clase social, pero la sorpresa es que losprogramas periodísticos y los noticieros tienen una ligera mayoría de televidentes femeninas.
Otra sorpresa es que, al menos en la relativamente próspera ciudad porteña, el cable tiene la mayoría de la audiencia. Un 55 por ciento de los encuestados dice mirar regularmente programas por cable, frente a un 45 por ciento que prefiere la televisión abierta. Si se la divide por género, la proporción se mantiene entre hombres pero se revierte entre mujeres, que prefieren por el 55 por ciento la tele de antena.
Según la encuesta, las mujeres ven un poco más de televisión que los hombres, pero son los estudiantes de ambos sexos los que se llevan las palmas: el 75 por ciento dice ver frecuentemente algún programa o programas. Los que menos ven televisión son los jubilados, sector en el que una mayoría absoluta ve televisión sólo esporádicamente o nunca.
Los encuestadores realizaron un cruce muy interesante entre actividades frecuentes, y descubrieron que la televisión acompaña muchos hobbies o acciones. De hecho, el único grupo que tiene a la televisión en segundo lugar es el que declara leer libros regularmente: en ese segmento, el 55 por ciento declara leer y sólo el 51 por ciento dice que también ve televisión sistemáticamente.
La radio parece ser una actividad que sólo se puede abordar en blanco y negro: casi nadie declara escucharla sólo esporádicamente. Hasta los 35 años de edad, la audiencia es minoritaria y el rechazo llega al 64,44 por ciento en la banda de 30 a 35 años. A partir de los 36 la afición a la radio sube drásticamente, rozando el 60 por ciento. Los desocupados son los que más escuchan radio regularmente –56,76%–, pero la afición medida por nivel socioeconómico no muestra mayores variaciones.
El 70 por ciento de los porteños declara leer más o menos regularmente un diario y un 59 por ciento dice comprarlo. La encuesta destaca que en el sector que lee diarios es común leer más de uno, por lo que el promedio en este segmento es de 1,5 diario por persona por día. Sobre el mismo sector, el segmento que más diarios lee es el de 35 a 39 años de edad, con un 58 por ciento, y el que menos lee es el de los 26 a los 29, con el 39 por ciento. Una verdadera curiosidad es que el sector profesional en el que aparece más gente que dice leer diarios regularmente es el de amas de casa, con un 55 por ciento.
Las secciones favoritas de los entrevistados que dicen leer diarios son información general (56% la lee), espectáculos (39%), los títulos (38%) y política (36%). Deportes es una sección visitada por uno de cada tres lectores y economía empata con policiales con el 28 por ciento y casi con internacionales, con el 29 por ciento.
Apenas un 12,8 por ciento de los que declaran leer diarios lo hace por Internet.

Banda ancha

El 24,3 por ciento por ciento de los encuestados dice utilizar Internet más o menos frecuentemente. Esto significa que un 73 por ciento jamás toca una computadora y, en otro caso de polarización, prácticamente todos los que dicen frecuentar el mundo virtual lo hacen por lo menos una vez por semana. Esto explica el promedio de uso de los que dicen navegar ya sea más de una hora por día, con un quinto de los usuarios que se cuelgan a sus máquinas por lo menos once horas por día.
No sorprende que el nivel socioeconómico del encuestado tenga una influencia notable en el uso de Internet. El sector más bajo de ingresos muestra apenas un 11 por ciento de usuarios, mientras que el más alto tiene un 46 por ciento. Lo mismo ocurre en el promedio de horas, que salta de seis a más de catorce según la posición económica.
Lo que no es tan esperable es la escasa influencia del género en el uso de Internet. Un 52 por ciento de las mujeres y un 51 de los hombres no visita jamás la red, pero un 25 de ellas y un 30 por ciento de ellos lo haceregularmente, con la diferencia hasta completar 100 por ciento distribuida en el uso ocasional.
La gran diferencia está en la edad de los usuarios. La mayor cantidad de navegantes está en el segmento de hasta veinte años, con apenas uno de cada cinco jóvenes declarando que nunca usa una computadora. A los sesenta años o más, sólo una minoría del 5 por ciento usa Internet regularmente y un 7 por ciento, ocasionalmente. El 88 por ciento jamás la toca.
El 42 por ciento del uso de la web es para el intercambio de correos electrónicos, seguido por el 34 por ciento para búsqueda de información. Un 13 por ciento va a la red por temas de formación profesional y sólo el 11 por ciento baja juegos u otras diversiones. Pero los que se divierten con la red son los que más la usan: un promedio de 13 horas por semana.

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