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La ruptura de K con el Frente Cívico puso en marcha el tren fantasma

Por orden del jefe radical, Angel Rozas, el gobernador de Catamarca no acordó con el kirchnerismo. Consecuencia: el Frente para la Victoria irá solo, el Frente Cívico también y Barrionuevo se alió con Saadi.

El kirchnerismo tendrá candidatos y lista propia en Catamarca con el sello de Frente para la Victoria. Se enfrentará a dos difíciles rivales. Nada menos que al PJ, que llevará a la cabeza de la boleta de diputados nacionales al gastronómico Luis Barrionuevo y a Pilar Kent, la esposa del ex gobernador Ramón Saadi. Y al oficialista Frente Cívico y Social, con quien no logró arribar a un acuerdo por los tironeos internos de la UCR, que podrían llegar a quebrarla. El clan Barrionuevo-Saadi inició conversaciones con el ex gobernador radical Oscar Castillo en la búsqueda de una acérrima coalición antikirchnerista.
La decisión ya estaba tomada y la orden la dio el propio Néstor Kirchner. “Vamos a llevar candidatos que respondan a la expresión política del Presidente en la provincia, no son muchos pero vamos a dar pelea”, reconoció ante Página/12 uno de los hombres que trabajó en el difícil armado electoral, unos minutos antes de que anoche cerraran en los despachos de la Rosada la lista catamarqueña. Eduardo Pastoriza, un incondicional del Presidente; Lucía Corpacci y el empresario de la salud Raúl Jalil –en ese orden– son quienes irán en la boleta del Frente por la Victoria por las tres bancas de diputados nacionales que se disputan en la provincia.
En el armado de ese frente, que componen el Partido Intransigente, el Frente Grande, Memoria y Movilización y Barrios de Pie, trabajaron varios hombres ligados a la Casa de Gobierno: el ex esposo de Alicia Kirchner y dirigente local Armando “Bombón” Mercado; y los asesores presidenciales Juan Carlos Mazzón y José Salvini. Aunque con distintos criterios, todos terminaron tropezando con serias dificultades.
Mazzón, más proclive a acordar con las estructuras del PJ, encontró en el justicialismo catamarqueño un escollo insalvable: su conducción está en manos de Luis Barrionuevo, un acérrimo enemigo de Kirchner, quien recibió a huevazos a Cristina Fernández de Kirchner en plena campaña presidencial, y en los últimos tiempos fogoneó la ruptura del duhaldismo con el Presidente, atacando la candidatura de la primera dama en territorio bonaerense. El gastronómico, enfurecido por la irrupción del Frente para la Victoria en su provincia, terminó cerrando –también anoche– un nuevo acuerdo con el otrora poderoso clan Saadi, con el que compartió amores y odios, para llevar sus nombres en la boleta del PJ.
Salvini intentó un acercamiento con el Frente Cívico y Social, pero la interna radical frustró el acuerdo. El titular de la UCR, Angel Rozas, presionó al gobernador Eduardo Brizuela del Moral para que no atara al oficialismo provincial al carro kirchnerista. Otro ex gobernador radical, Oscar Castillo, “desencantado” con la actual administración y con la disputa interna partidaria, negocia con Barrionuevo y los Saadi un frente antikirchnerista. Sin embargo, todos contarán con unos días más, dado que el juez electoral Pedro Navarro extendió los plazos del 1 al 4 de julio para el cierre de listas.

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El gobernador de Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral, era proclive a hablar con el kirchnerismo.
 
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