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El ex presidente de Brasil José Sarney reconoció ayer que durante su mandato (gobernó entre 1985 y 1990) los militares planeaban desarrollar una bomba atómica y que debió negar la existencia de ese plan para preservar las relaciones con Argentina. Más llamativo fue lo que Sarney contó después. Recordó que en 1991 los presidentes Carlos Menem y Fernando Collor de Mello firmaron un acuerdo para el uso pacífico de la energía nuclear. Según Sarney, al firmar ese acuerdo Brasil llegó a la conclusión de que Argentina le llevaba diez años de ventaja en materia de investigación nuclear.
El ex presidente brasileño reveló estos secretos en una entrevista a la TV Globo difundida durante la noche del domingo. Sarney contó que el programa nuclear era un legado de la dictadura –que gobernó Brasil entre 1964 y 1985– y que había sido concebido para ser anunciado por el general Joao Baptista de Figueredo, el último presidente del régimen.
Sarney, quien asumió en marzo de 1985, dijo que se enteró del plan un año después, cuando el Consejo de Seguridad Nacional le informó de la existencia de un campo de pruebas en la sierra de Cachimbo, en el estado de Pará, al norte de Brasil. “Tuve una reacción de sorpresa. Al mismo tiempo tuve la preocupación de que el hecho no se tornase público porque la noticia perjudicaría nuestra aproximación con Argentina”, explicó.
En agosto de 1986, la prensa brasileña informó que en la sierra de Cachimbo se estaban realizando excavaciones para ensayos nucleares, pero la noticia fue negada en ese momento por Sarney. “Ese asunto no pasó por esta mesa”, sostuvo en ese momento el ex presidente. En la entrevista del domingo admitió que no había dicho la verdad.
“Ordené al secretario del Consejo de Seguridad que inmediatamente lacrase aquel agujero y, al mismo tiempo, anunciase que estaba destinado a guardar residuos nucleares”, afirmó.
Sarney dijo que en 1986 Brasil y Argentina, durante décadas rivales políticos en la región, buscaban una aproximación y señaló que la existencia de ese campo de pruebas hubiera revelado que Brasilia estaba en una carrera nuclear. “Los argentinos también participaban, pero tanto ellos como Brasil lo negaban”, dijo. Sin embargo, luego Sarney reveló que cinco años después, se dieron cuenta de que la tecnología nuclear argentina estaba una década más avanzada que la suya.