EL PAíS › EL BANCO MUNDIAL POSTERGO LA VOTACION SOBRE LOS CREDITOS PARA BOTNIA

Guiño para hacer más fácil la facilitación

El crédito iba a ser tratado hoy, pero el Banco Mundial suspendió la medida hasta el martes. En el gobierno argentino tomaron la decisión como una buena señal y la enmarcaron en la gestión de “facilitación” que hoy iniciará el enviado del rey de España en Buenos Aires. En Uruguay trataron de minimizar el alcance de la medida.

 Por Laura Vales

El Banco Mundial postergó hasta el martes la votación sobre los créditos para la construcción de Botnia. El tema iba a ser discutido en la sesión de hoy por el directorio, pero a pedido del representante argentino, Alberto Camarasa, fue sacado del orden del día; se trata de un procedimiento previsto en las normas de funcionamiento de la entidad. Al comunicar la medida, la Corporación Financiera Internacional –el brazo inversor del BM– no ocultó su malestar: reiteró que, a pesar de las objeciones de la Argentina, solicitará “la aprobación del proyecto’’ porque considera que la papelera “no causará daño ambiental y generará beneficios económicos significativos para el Uruguay”. La decisión fue tomada como una buena señal por el gobierno argentino mientras que en Montevideo la minimizaron: “Era lo más probable”, dijeron cerca del presidente Tabaré Vázquez.

Los créditos en discusión suman 520 millones de dólares. De ese total, 170 millones fueron solicitados para la construcción de la planta, que ya está muy avanzada. Otros 350 millones tienen como destino crear un seguro contra “riesgos políticos” (lo que puede traducirse sin riesgo de error como protestas sociales). Los préstamos son considerados clave porque lo que haga el Banco Mundial funcionará como una señal hacia los bancos privados a los que Botnia ha solicitado fondos.

El pedido del posponer el debate está relacionado con la llegada a Buenos Aires del enviado del rey Juan Carlos de España, Juan Antonio Yáñez Barnuevo, quien hoy iniciará su intento de acercar posiciones entre Uruguay y la Argentina. Aunque es improbable que Yáñez consiga arreglar en cinco días el conflicto, dice el razonamiento oficial, aprobar los créditos el mismo día en que el enviado de España comienza su gestión sería pura pérdida para el Banco Mundial.

Yáñez se reunirá con el canciller Taiana en horas de la mañana y por la tarde lo hará con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. No se descarta que mantenga algún contacto con Kirchner. Se quedará en la Argentina alrededor de 36 horas para partir luego rumbo a Montevideo, donde se entrevistará con el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, y con Gonzalo Fernández, secretario de la Presidencia de Tabaré Vázquez.

Los funcionarios interpretaron también la decisión del banco como una respuesta a la sucesión de presiones que la Argentina viene formulando sobre el punto: la semana pasada, el presidente Néstor Kirchner envió al titular del organismo, Paul Wolfowitz, una carta en la que planteó que el tratamiento de los créditos debe suspenderse hasta que la Corte Internacional de La Haya se expida sobre si es legal que la planta funcione frente a Gualeguaychú, ubicación en la que fue autorizada unilateralmente por el Estado uruguayo. La carta fue acompañada por un viaje a Washington de la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, para entrevistarse con los directores del BM. En estos días dos integrantes de la asamblea ambiental de Gualeguaychú hacen lo mismo (ver aparte).

Ayer, tras conocer la noticia, Taiana dijo que “la demora en la evaluación del proyecto” de Botnia “fue mérito” de Camarasa. Y reiteró la posición argentina: “No es conveniente ni prudente” que el banco apruebe la financiación de un proyecto que “está en litigio internacional”.

“La industria papelera es una de las más contaminantes. En este caso se trata de establecer si existe en este proyecto contaminación sensible. En eso basamos nuestra posición”, sostuvo el ministro.

En su comunicado, la CFI sostuvo que la pastera será puesta en marcha con los “estándares globales más altos” conforme a normas ambientales del Banco Mundial. El organismo remarcó que existe con un informe ambiental que garantiza que en el área local de Fray Bentos y la “ciudad argentina de Gualeguaychú no experimentará consecuencias adversas para el medio ambiente”. La megaplanta de Orion, recordó la CFI, “representa la inversión extranjera más grande de la historia de Uruguay”.

Fuentes de la entidad señalaron que las reglas de procedimiento del banco establecen que cualquier tema en la agenda para consideración del directorio puede ser postergado “sólo una vez”, de manera que los créditos deberán ser discutidos sí o sí en la sesión del próximo martes. Sin embargo, voceros del gobierno argentino dijeron que técnicamente es posible que una vez iniciada la sesión, el presidente de la audiencia retire el punto del orden del día.

La decisión en el directorio del BM se toma por mayoría de 24 votos, donde cada voto representa a un grupo de países. El voto de cada grupo tiene distinto peso en una resolución.

La Argentina ocupa actualmente la silla de votación del grupo que incluye a Uruguay, Paraguay, Perú, Chile y Bolivia. Como nuestro país tiene allí un 60 por ciento del poder de decisión, el representante argentino podrá votar en contra del crédito, incluso a contramano del resto. Pero no afectará por su propio peso el resultado final de la votación.

El argumento de fondo al que se apuesta para incidir en la votación es que Botnia no tiene la licencia social de la ciudad de Gualeguaychú, que quedará bajo sus efectos. Esta postura toma como base a los principios del Banco Mundial, entre los que figura uno que sostiene que la entidad sólo financia proyectos que sean sustentables desde el punto de vista social.

Sin embargo, todos los estudios de impacto ambiental realizados a pedido del Banco coinciden en que la planta de celulosa no causará daños ambientales de magnitud. Por eso la CFI respalda los préstamos; hasta ahora, el directorio siempre ha aprobado los proyectos que llegan a sus manos con el apoyo de la CFI.

El panorama también es difícil para el enviado del rey de España. Según ha trascendido, Yáñez Barnuevo traería una “idea” de solución basada en el uso de “un procedimiento certeramente anticontaminante” que Botnia debería incorporar a su planta. El mediador manejaría informes sobre la existencia de “métodos tecnológicos superiores a los que emplea Botnia y que garantizarían, sin márgenes de dudas, que su actividad no sería contaminante para la zona”. Sin embargo, esta propuesta difícilmente consiga el respaldo de los vecinos de Gualeguaychú, quienes sostienen que la vía de solución de este conflicto “es erradicar la industria celulósica de la cuenca del Río Uruguay” y la paralización de las obras de Botnia.

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El titular del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, recibió una carta de Kirchner pidiendo la suspensión.
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