EL PAíS › EL DICCIONARIO DE LA ANTIGUA NUEVA ERA

Pequeño Devaluasse Ilustrado

Después de diez años de uno a uno habían pasado al olvido. Forman el léxico de la inflación, la devaluación, la timba financiera, la apuesta a futuro, el descuento y la remarcadora. Para enfrentar la que se viene, una lista de las más indispensables.

Por M. Fernández López

Arbolito: Sector informal de la oferta de divisas, con sede en la vía pública. Como el vegetal, está en cada esquina.
Cacerolazo: Expresión sonora y peatonal de multitudes, que obliga a las elites gobernantes a dejar de mirarse el propio pupo, disimular sus apetencias de cargos y privilegios, y hacer que prestan atención a las demandas populares.
Calzado: Relación que guarda un préstamo bancario con un depósito, por la que durante el tiempo medio en que el depósito permanece en el banco, puede estar prestado durante igual lapso. El salario, sin embargo, que sólo fugazmente pasa por los cajeros automáticos, permanece casi cero tiempo en el banco, no tiene capacidad de calzar ningún préstamo, por lo que su retención por el banco es mera rapiña, con el agravante de que el robo tiene lugar sobre consumos y no sobre ahorros.
Corralito (o “Currolito”): Incautación forzosa de depósitos bancarios, que conculca el derecho a la libre disposición del salario devengado y los depósitos bancarios. La pérdida de la disponibilidad de dinero genera incertidumbre y acortamiento (o extinción) del horizonte de decisiones hacia el futuro.
Control de cambios: Régimen cambiario de racionamiento de una cantidad de divisas coyunturalmente disminuida por la caída en el valor de las exportaciones. Se implantó en 1931 para afrontar las consecuencias de la Gran Depresión en el comercio exterior argentino. Se utilizó desde noviembre de 1933 como instrumento de reactivación. En su forma extrema, operó hasta 1955. Operaba a través de licitaciones de cambios. Por lo general consistía en asignar a tipo preferencial divisas para importaciones consideradas necesarias. Al facilitar la compra de esos bienes en el exterior, impide su producción en el país.
Control de precios: Nómina de precios cotizados en el pasado, que intenta congelar en el tiempo un proceso de remarcación (véase), por lo general sin éxito, superada por la comercialización en negro.
Costo del nivel de vida: Cotización de los artículos que requiere un consumidor representativo de toda la población. En una economía altamente extranjerizada como la Argentina, gran parte del consumo se integra con bienes importados, o con artículos que son a la vez objeto de exportación, por lo que una devaluación (véase) eleva de inmediato el costo de la vida.
Desocupados: Un tercio de los argentinos sin empleo del que obtener un ingreso para adquirir su subsistencia del mercado, de los que ningún plan económico se ocupa seriamente, más allá de declamaciones.
Devaluación: Incremento en el número de pesos que cuesta un dólar, o disminución del número de dólares que se cambian por cierta cantidad de pesos. Por su esencia, altera los ingresos de los grupos sociales. P. ej. en la Argentina, donde se exportan los mismos bienes que la gente consume para su alimentación, una devaluación entrega más pesos a los exportadores agropecuarios, y ellos sólo venderán al mercado interno aumentado en igual porcentaje que la devaluación. El valor (o poder de compra) de los ingresos de los consumidores disminuye según la proporción de esos bienes en el consumo y el porcentaje de la devaluación: si el consumo de alimentos exportables es el 50% del consumo y el dólar se devalúa 40%, el incremento del costo de la alimentación será 50% 40% = 20%.
Dólar futuro (o dólar a término): La cotización del dólar en un momento futuro. En un régimen de tipo de cambio fijo el dólar futuro es conocido de antemano en todo el lapso en que el régimen se mantiene. En un régimen de tipo fluctuante, el dólar futuro es anticipado en contratos a término por el mercado.
Dólar oficial: En la segunda presidencia de Perón la compra y venta de divisas estaba estrictamente regulada. Como toda reglamentación, generaba un margen de corrupción, y era aplicada al público, con excepciones a favor de un pequeño número de allegados al poder.
Dólar paralelo (o libre): En regímenes con tipos de cambio múltiples, siempre el dólar negociado libremente tuvo una cotización mayor, a veces mucho mayor, a la del dólar oficial (o “cambio preferencial”). Los primeros eran dólares para lelos, o para los giles, y los segundos, dólares para los amigos.
Expectativa inflacionaria: Creer que mañana los precios serán más altos. Tal creencia anula una función necesaria del dinero, la de servir como reserva de valor: dinero que se recibe, invita a ser gastado de inmediato, para evitar su pérdida de valor, lo que incentiva la inflación y la velocidad de circulación del dinero.
Formadores de precios: Los precios son altos o bajos según que predomine el interés de la oferta o la demanda, respectivamente. El poder respectivo está dado por el tamaño y número de las empresas. En la realidad, el tamaño decrece y el número aumenta al bajar desde los grandes productores y mayoristas hasta el comercio minorista, por lo que la capacidad de fijar el precio se concentra en las etapas iniciales del proceso.
Iliquidez: La liquidez es la posibilidad de vender un bien sin demora y sin descuento. El bien perfectamente líquido es el dinero. Iliquidez es falta de dinero, y por lo tanto, imposibilidad de comprar o de cancelar deudas pecuniarias. Los particulares procuran superarla enajenando parte de su patrimonio, que puede incluir desde la vivienda hasta medios de producción, como campos y herramientas.
Indexación: Variación (ascendente) de un precio según la alteración sufrida por otro precio. P. ej., ajuste de precios (v. Remarcación) en el comercio minorista según la devaluación (véase) sufrida por el tipo de cambio. Como el precio es un ingreso para quien vende algo y un costo para el que lo compra, la capacidad de indexar del vendedor está condicionada por la fuerza que pueda oponer el comprador, tal como abstenerse de comprar.
Inflación: Suba del nivel general de precios. No hay un único nivel de precios, sino tantos como bienes quieran considerarse. Los más comunes son los IPC, o índice de precios de consumo, y los índices de precios minoristas. Los IPC consideran los bienes y servicios consumidos por una familia típica, representativa de los consumidores de toda una región o país.
Pobres: Catorce millones de argentinos. Población que carece de lo mínimo para una vida digna. Se clasifican en pobres estructurales, nuevos pobres, etc.; se atribuye su aparición al dislocamiento de las economías regionales, el cambio tecnológico, etc.; ocuparse en ellos no rinde ganancia alguna, por lo que nadie los atiende, salvo en época electoral.
Prestamista de última instancia: Función del Banco Central, que le permite asistir a bancos comerciales en situación comprometida. Tal función desaparece con el régimen de convertibilidad a tipo de cambio fijo, donde el Banco Central (o Caja de Conversión) sólo puede entregar pesos si recibe a cambio dólares que pueda incorporar a sus reservas. A falta de un prestamista de última instancia local, los tratadistas sostienen que la banca extranjera tiene un recurso último: sus matrices en el exterior, y por ello no disimulan su simpatía por extranjerizar la banca. La experiencia muestra que, en caso de emergencia, la banca extranjera mira para otro lado.
Remarcación: Alteración de los precios de artículos por sus propios oferentes. Para los vendedores, tales artículos son parte de su capital de trabajo, y la remarcación apunta a mantener el valor monetario de ese capital. La remarcación puede ocurrir en proporción mayor al aumento de otros precios (v. indexación) debido a preverse futuros aumentos (v. expectativa inflacionaria). Como en la sociedad los ingresos se ajustan con diferente rapidez, la remarcación es la forma más rápida de ajustar ingresos, por lo que origina un conflicto social, en la forma deempobrecimiento repentino de quienes, como los vendedores de trabajo -asalariados y empleados en relación de dependencia–, no pueden ajustar su propio ingreso (v. control de precios).
Retenciones: Toda devaluación entrega al exportador mayor número de pesos por el mismo número de divisas originadas en su exportación. Es una ganancia que no supone ningún esfuerzo precio, cambio tecnológico o mejora de eficiencia, para obtenerla. Tal ganancia tiene su contrapartida en la pérdida que sufren los importadores. Es una verdadera redistribución de ingresos entre exportadores e importadores, que el Estado puede evitar absorbiendo el total o parte de la ganancia obtenida por los exportadores. Tal medida es resistida por las empresas extranjeras exportadoras, porque al mismo precio que antes de la devaluación, ésta implica menos dólares de ganancia.
Seguro de cambio: Contrato que garantiza la disponibilidad de divisas en un momento futuro (v. dólar futuro) a cierto tipo de cambio. Las normas que fijan un tipo de cambio operan como seguros de cambio. Entre otros sectores beneficiarios, se cuentan los inversores extranjeros, a los que se garantiza recuperar al cabo de un tiempo la misma cantidad de dólares que la aportada en el momento de la inversión, más las ganancias.

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