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LAS DOS MIRADAS SOBRE EL JUICIO

Otra vez el debate por La Gotita: los peritos químicos Jorge Sambeth (foto) y Luis Gambaro analizaron la cuestión. Lo que dijeron ayer, lo que dijeron antes, las dos versiones de la polémica.

 Por Horacio Cecchi & Raúl Kollmann

TESTIMONIOS A FAVOR DEL PEGAMENTO

El “sería” que “es”

Habrá que ir acostumbrándose al lenguaje específico, obsesivamente minucioso, del científico. Ya había ocurrido en audiencias anteriores, pero durante la de ayer quedó claro: si a un perito químico sentado ante el tribunal en San Isidro se le pregunta si China existe, responderá que no lo sabe. Si le muestran un chino presente en la sala, dirá que no está probado, pero que “podría” ser que... Sólo abandonará el condicional como señal de certeza cuando lo lleven a China. Ayer, los dos expertos químicos de la Universidad de La Plata que participaron en la pericia para determinar si había rastros del compuesto ciano acrilato (La Gotita) en la piel del cráneo de María Marta, coincidieron plenamente con lo que ya había afirmado el experto internacional Luis Ferrari citado por Molina Pico en una audiencia anterior: se comprobó que había ciano y “podría” haber acrilato. Pero la tosudez de los químicos es extrema. Ayer, del testimonio del perito Jorge Sambeth quedó claro que un científico no arriesga un “podría” hasta que no está prácticamente convencido de que China existe. Lea Ud., estimado lector, la crónica que sigue: podría quedarle claro lo que ha ocurrido.

De los testigos, primero había llegado Leticia Ester García, vecina de El Carmel y una “muy amiga” de esa pareja “que se llevaba tan bien y era tan divertida”, refiriéndose a MM y Carrascosa. No habría agregado otro dato, perdón, sí: sostuvo que Pachelo robaba. Ella no lo había visto hacerlo, pero “era lo que se comentaba”. Después, fue el turno del comisario Angel Beserra (con “s”, según habría aclarado él mismo), quien sostuvo que el fiscal había investigado a Pachelo como probable hipótesis del crimen. Por último, lo que todos los presentes esperaban, los dos peritos de la UNLP, que junto a Luis Ferrari habían trabajado en la pericia sobre La Gotita, los químicos Jorge Sambeth y Luis Gambaro. Los dos, pese a versiones que indicaban lo contrario, jamás firmaron en disidencia con Ferrari. Los tres coincidieron. ¿En qué? En que había certeza de la existencia del ciano y en que podría vincularse con el acrilato. Podría, porque la curva del acrilato no se veía. Pero, recuerde Ud., lector, que el “podría” científico es casi casi como asegurar que China existe pero no poder hacerlo, con lágrimas en los ojos.

Y por qué dijeron que “podría” haber acrilato cuando podría no haberlo. Muy sencillo: porque el ciano apareció en una onda lumínica característica (2243 cm a la menos uno, ellos sabrán por qué lo dicen) que sólo se representa en esa longitud de onda si viene acompañada de su compañerito de pegamento, el acrilato. Pero entonces, ¿por qué no se vio la onda del acrilato? Porque, según dijeron, su onda tiene la misma frecuencia que los polímeros de la piel humana. En ese caso, el acrilato es lógico que no se vea. En realidad, se ve una onda un poco más a la derecha del ciano, que los científicos dicen que corresponde a la piel porque tienen la certeza de que piel había. Si el ciano está donde sólo puede estar si allí lo empuja su asociación con el acrilato, y el acrilato no se puede ver porque lo tapa su coincidencia con la piel, pero es el único elemento que puede ubicar allí al ciano, la mentalidad científica dirá: “podría” haber acrilato, en lugar de asegurar que lo hay. Si pasó un avión bombardero, y hay un edificio partido al medio, y un cráter con olor a pólvora, el científico dirá que “podría” haber sido una bomba pero que no tiene certeza porque no la ve. Lo de los chinos.

UNA PERICIA QUE NO PRUEBA NADA

La trama de La Gotita

El conocido forense y profesor titular de Medicina Forense de la UBA, Mariano Castex, miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, describió la situación así ante Página/12: “El fiscal preguntó si en la cabeza de María Marta García Belsunce había, por ejemplo, Coca-Cola. Y la pericia contesta, podría ser, porque encontramos líquido. ¿Pero ustedes pueden determinar si ese líquido era Coca-Cola? No, porque el instrumento que usamos no detecta Coca-Cola”. Este es el razonamiento con el que los peritos químicos oficiales intentan convalidar que se usó La Gotita para cerrar los agujeros producidos por los proyectiles en la cabeza de María Marta. Detectaron grupo ciano, pero no ciano-acrilato, el que contiene La Gotita. Líquido, que podría ser Coca-Cola, pero también jugos, soda o lo que fuera. En verdad, las conclusiones de la pericia realizada por los tres químicos que expusieron hasta ahora en el juicio –ayer lo hicieron Luis Gambaro y Jorge Sambeth–, ya fueron evaluadas por un juez, Diego Barroetaveña. El magistrado desestimó la pericia porque no prueba nada, mientras que otros especialistas sostienen –y están convocados a declarar– que el ciano puede provenir del fulminante del proyectil o de productos de cosmética o limpieza.

El caso del pegamento es llamativo desde su surgimiento. El fallecido jefe de los fiscales, Eduardo Matías De la Cruz, sostén del fiscal Molina Pico, tenía como asesor al doctor Néstor De Tomas. En una conversación informal, se deslizó la idea de que los orificios podrían haber sido tapados con La Gotita, una especulación hecha por quienes ni habían tomado contacto con el cuerpo. Sorpresivamente, el 6 de abril de 2003, seis meses después del crimen, De la Cruz dijo en una entrevista: “A tres heridas de bala las cerraron con La Gotita”. Nada de esto estaba en la causa, por lo que De la Cruz fue denunciado judicialmente. Ante el apriete, De Tomas declaró en la causa que viendo el video de la autopsia había percibido que los agujeros estaban cerrados con pegamento.

Este diario le preguntó a De Tomas en su momento cómo había visto algo en el video de la autopsia que los forenses que hicieron la autopsia, designados por el propio fiscal, no percibieron y niegan.

–No puedo responder esa pregunta –contestó De Tomas.

Para salvar a De la Cruz, le pidieron al químico de la Asesoría Pericial de la Corte bonaerense, Luis Ferrari, que hiciera una pericia sobre los tacos de piel que quedaron de la autopsia. Ferrari sostuvo que sólo la Gendarmería tenía los elementos necesarios y la Gendarmería determinó que lo único encontrado fue plata y estroncio. Ahora Ferrari sostiene que la pericia de la Gendarmería fue superficial y que él pudo hacer una más profunda en la que detectó ciano en uno de los diez tacos de piel.

Cuando ayer se le preguntó por qué apareció el ciano en una sola muestra, argumentó que tal vez el formol lo hizo desaparecer en las otras. Cuando al perito Sambeth le insistieron en que el ciano podría provenir del fulminante del proyectil o de productos de belleza o limpieza, contestó que “la banda hubiera dado distinto”. Consultado Mariano Castex por este diario, respondió: “¿Cómo hubiera dado distinto? ¿Por qué? ¿Qué banda le hubiera dado? ¿En qué se basa para decir semejante cosa que no asentó en la pericia?”.

Este periodista entrevistó, por teléfono, a Sambeth y Gambaro la misma noche en que hicieron la pericia, hace cuatro años.

–La procuración que encabeza De la Cruz está diciendo que ustedes encontraron pegamento. ¿Es correcto?

–No, de ninguna manera –fue la respuesta–. Encontramos ciano, pero no ciano-acrilato, que es lo que hay en los pegamentos.

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