EL PAíS › LA JUSTICIA BUSCARA AVERIGUAR QUIENES COMPRARON LOS AUTOS EN EL EXTERIOR

Tirando del hilo que lleva a la Hummer

La Justicia librará exhortos a EE.UU. y a Europa para que informen quiénes pagaron los autos importados con franquicia diplomática. Esperan así dar con los nombres de quienes estuvieron detrás de la maniobra. Imaginan que los diplomáticos no tenían recursos para comprar los vehículos.

 Por Irina Hauser y Raúl Kollmann

La Justicia librará exhortos principalmente a Estados Unidos para que se les informe al juez Marcelo Aguinsky y a la fiscal María Luz Rivas Diez quiénes pagaron en ese país los “superautos” que ingresaron en la Argentina utilizando en forma irregular franquicias diplomáticas. “Ningún agregado de una embajada tiene 150.000, 200.000 dólares o más para pagar una Lamborghini en Miami –razonaron en Tribunales–. Ese dinero lo puso otra persona, el verdadero importador del vehículo. Es altamente probable que una concesionaria o individuo le haya dicho al diplomático `yo pago el auto allá, usamos su franquicia para traerlo y usted se ganará tanto’. Esa misma concesionaria o persona también es la que seguramente le pagó una coima a algún funcionario de la Cancillería para que esa franquicia, que no correspondía, fuera aprobada.” Por todo esto, los investigadores buscan saber quién firmó el cheque para comprar el auto en el exterior o de qué cuenta se hizo la transferencia hacia las agencias de Lamborghini, Hummer o Porsche que enviaron los vehículos a estas pampas. La medida es clave para reconstruir la cadena de complicidades en el ingreso de vehículos libres de impuestos y dar con los principales operadores del negocio.

La fiscal Rivas Diez le presentó ayer al juez en lo penal económico Aguinsky una propuesta de quince nuevas medidas de prueba. Incluye pedidos de declaraciones testimoniales y otras diligencias destinadas a identificar a cada una de las personas que intervinieron en la importaciones con el régimen de franquicias diplomáticas, según allegados al caso. La fiscalía y Aguinsky vienen siguiendo una línea consensuada de investigación, pero es probable que el juez –que mañana termina su turno en el fuero– mande la causa a sorteo para que asuma otro magistrado y deje en sus manos la decisión sobre las medidas en danza. Con excepción de una: la ampliación de la prohibición de circulación y salida del país a otro medio centenar de autos caros (BMW, Mercedes Benz, Lamborghini, Range Rover, entre otros), que podría disponer hoy.

Desde el punto de vista de la investigación, éstas son las hipótesis sobre cómo se hizo el negocio fraudulento con las franquicias diplomáticas:

- En la menor cantidad de los casos, hubo algún diplomático que vio el negocio. Trajo una Hummer o un Porsche, vehículos inadecuados para las relaciones internacionales, y su objetivo no fue usarlo sino ganar dinero.

- En la mayor cantidad de casos, hubo una concesionaria o una persona que contaba con los recursos económicos que decidió traer la Hummer o el Porsche a la Argentina. Casi siempre, para revender el vehículo y ganar una cifra sideral utilizando de forma irregular la franquicia.

Los diplomáticos que participaron en la maniobra (ver recuadro) no son en su mayoría embajadores de países desarrollados que ganan sueldos altos, sino funcionarios de segundas líneas, incluyendo agregados militares, que no son los de mayores ingresos. Por lo tanto, en Tribunales sostienen que no fueron esos diplomáticos los financistas de las operaciones, sino que detrás estuvieron concesionarias, importadores de envergadura o algún rico y famoso que buscó conseguir un auto más barato que en el mercado.

Una forma posible de determinar quién estuvo detrás de las operaciones es averiguar de dónde salió la plata para pagar cada auto en Estados Unidos, de donde vinieron la mayoría de los vehículos, o en Europa. Como por el expediente que existe en la Aduana está claro el origen de cada vehículo, se les librará exhortos a los jueces de cada lugar preguntándoles quién pagó la Hu-mmer, el Porsche, el Lamborghini o los Mercedes-Benz y BMW coupé que estarían en la lista que se dará a conocer hoy.

Para tomar como ejemplo el caso de la Lamborghini, adelantado por Página/12 en su edición del martes, se le preguntará a la agencia de Miami quién abonó los 200.000 dólares que costó el modelo que se envió a Buenos Aires. Es casi seguro que nadie llevó el dinero en una valija, sino que hubo un cheque o una transferencia de fondos de la cuenta de un particular o empresa a la agencia de Lamborghini. Y es muy probable que quien haya firmado el cheque o la transferencia sea el verdadero importador del auto, el que usó la franquicia ilegal para hacer el negocio.

En el caso del Lamborghini, el vehículo sigue a nombre del diplomático, el agregado militar venezolano Orán Jesús Primera Petit, y su verdadero dueño venía circulando por el país con un poder librado por el diplomático. El real propietario sigue en el anonimato y justamente se buscará quién es a través de la investigación de quién pagó la factura en Estados Unidos, desde donde vino la Lamborghini.

Los titulares actuales de algunos de los vehículos de lujo fueron informando dónde compraron los autos. Se repiten la concesionaria de Alejandro Minujen (que ya tuvo una condena por la importación y venta irregular de vehículos con franquicias para discapacitados en los noventa) y otra llamada Machines. El cantante Oscar “El Chaqueño” Palavecino señaló a la firma Manrique Automotores (ver nota aparte).

El último eslabón, el de los propietarios actuales de Hummer y Porsche a quienes se les prohibió sacarlos a la calle, en general alegan que los compraron de buena fe y cuando ya estaban en el país. Si eso es así, no habrá acusación contra ellos. Distinto será el caso de los que recibieron los “superautos” a poco de llegar, lo que daría pie a sospechar que el vehículo se trajo a pedido. En esa eventualidad, el magistrado resolverá unidad por unidad, verificando si lo que dicen los compradores es creíble, si la documentación indica que se beneficiaron de la franquicia irregular o si el punto neurálgico está en una concesionaria, un importador u operador de todo el negocio. El juez encuadrará la calificación, según corresponda, desde contrabando agravado, pasando por encubrimiento y hasta infracción aduanera, con penas previstas de prisión en el contrabando, condenas de prisión, pero menores, cuando sea encubrimiento y multas muy elevadas cuando se considere que se trató de una infracción aduanera.

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La agencia Minujen, sobre avenida Del Libertador, una de las que están bajo observación.
 
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