Oficialismo y oposición retomarán hoy la negociación por la integración y las presidencias de las 26 comisiones del Senado. En la última reunión de la semana pasada, la oposición había alcanzado los 37 votos y con ese impulso les llevaron sus exigencias a los senadores kirchneristas Miguel Pichetto y Nicolás Fernández. En aquel encuentro reclamaron la presidencia de 14 comisiones y la mayoría de sus miembros –8 de 15– en las 26 totales. El oficialismo rechazó el planteo y amenazó con definir la cuestión en el recinto si no se lograba un acuerdo. La clave sigue puesta en el senador pampeano Carlos Verna, que conformó junto a otros cinco legisladores un bloque que pretende definir las votaciones en todas las comisiones.

Astuto como pocos, Verna consolidó su fortaleza en la debilidad de ambos bandos legislativos: ni la oposición dura ni el kirchnerismo tienen los votos necesarios para imponer su voluntad en el reparto de la Cámara alta. Consciente de esa flaqueza y con las mañas aprendidas durante el menemismo, el senador pampeano llevó para su molino a los cordobeses Luis Juez y Norma Morandini, a la chubutense Graciela Di Perna y a la correntina Josefina Meabe, además de a su comprovinciana María Higonet. “Esos seis representan el 8 por ciento del cuerpo. El oficialismo, un 46 por ciento, y el otro 46 por ciento los grandes bloques de la oposición más dura”, explicaba un avezado negociador parlamentario.

Con esa carta bajo la manga, Verna inició las conversaciones con un objetivo claro: convertir a esos seis senadores en los jueces de todas las decisiones de cada comisión. Por eso el pampeano no reclamaba para ellos ninguna presidencia, sino colocar al legislador número 15 de todas las comisiones. Es decir que el oficialismo tenga 7 miembros; el arco opositor conformado por la UCR, el PJ disidente en sus distintas variantes, la CC y el socialismo los otros 7, y ellos el último.

Fuentes del radicalismo confirmaron que la oposición no ve nada mal ese acuerdo, más allá de que prevén, en algún caso particular, que la balanza se incline a favor del oficialismo. “De esos seis hay cuatro que son opositores”, analizaba un alto dirigente del Congreso. Se refería a Juez y Morandini, ambos con expectativas políticas en Córdoba, donde el impacto de una votación a favor del oficialismo podría perjudicar sus intereses.