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Como en otros actos de Carlos Menem, el periodismo fue tratado como un enemigo. Cuando terminaba el encuentro y los manifestantes comenzaban a retirarse, un grupo de personas se acercó a un sector que estaba vallado, donde se hallaban los medios de prensa. Primero comenzaron los insultos, pero luego siguieron golpes y patadas que tuvieron como blanco preferido a los cronistas y camarógrafos del programa “Kaos en la Ciudad”. También recibieron algunas piñas los periodistas del canal de cable Todo Noticias (TN). Los enfervorizados menemistas acusaban a los movileros de haber “construido la Alianza”, y entre agravios y empujones los obligaron a retirarse del pabellón 3 de Costa Salguero. Los periodistas sólo pudieron ponerse a salvo cuando llegó la Prefectura –que tiene poder de policía en la zona portuaria–, aunque debieron quedarse del otro lado de la avenida Cantilo y con custodia especial.