EL PAíS › EL GOBIERNO FRENTE A LOS PEDIDOS OPOSITORES

Los cambios en estudio

Luego de las primeras reacciones adversas, sectores de la oposición comenzaron a mostrarse más contemplativos con la propuesta de reforma política diseñada por el Gobierno, con lo que quedó la puerta abierta a acuerdos. Página/12 consultó con fuentes gubernamentales acerca de las principales objeciones opositoras y la posibilidad de negociar cambios.

- Boleta única: Este es uno de los ítem que recibe mayores adhesiones, ya que está dando vueltas desde las acusaciones de boletas faltantes en las presidenciales de 2007. En la Casa Rosada aseguran que “la boleta única no está contemplada, pero tampoco descartada”, y que el único inconveniente para su implementación es “fáctico”, ya que en las actuales condiciones quedarían “listas sábana matrimonial”. “Con la cantidad de partidos que existen hoy en día, sería una boleta gigantesca, que impediría cualquier tipo de implementación: en la provincia de Buenos Aires estaríamos hablando de boletas con más de 2600 candidatos”, explican.

- Piso de votos: El proyecto tal como lo presentó la presidenta Cristina Fernández la semana pasada establece un piso del tres por ciento del padrón de cada distrito en las primarias para poder acceder a la general, además de establecer una cantidad mínima de afiliados para poder participar, cuando antes se requerían sólo adherentes. “El incentivo es sumar: que los partidos con posturas similares se concentren y eso genere partidos más fuertes”, explican desde el Gobierno. “Es como pasar de una vuelta a otra en el mundial –grafican–, y pasar para competir como candidato a presidente es un premio muy grande.”

- Ministerio del Interior: Casi toda la oposición pide que se limite el rol de esa cartera en la carrera electoral, desde la financiación hasta el control del escrutinio. “El Ministerio del Interior actúa a pedido de la Justicia electoral, brindándole ayuda administrativa en aquellos aspectos en los que ella lo solicita. El que diga otra cosa tiene un desconocimiento muy fuerte”, aseguran. Si se quisiera cambiar el sistema, habría que crear un órgano de competencia propia, que no dependa de ninguno de los tres poderes, como sucede en otros países. “Es algo ajeno a la tradición política argentina”, justifican.

- El bipartidismo: “En Uruguay fue gracias a un instrumento como éste que la izquierda pudo concentrarse y romper con el bipartidismo”, asegura un funcionario que trabajó directamente en el tema. Esto se basa en la premisa de que es más funcional a los grandes partidos que haya muchos candidatos chicos sin chances antes de que varios de ellos busquen coincidencias programáticas y comiencen a construir una alternativa en conjunto. De todas formas, advierten, “es un proceso que lleva muchos años.”

- Universalidad y obligatoriedad: La justificación en este caso es que, a partir del nuevo andamiaje electoral, las primarias dejan de ser simplemente elecciones internas para ser parte del proceso de la elección general, por lo que tiene que tener las mismas condiciones. ¿No devalúa la figura del afiliado?, preguntó este diario. “No, porque los partidos siguen eligiendo a sus autoridades y plataformas a partir de sus afiliados –explican–. Además, hoy ningún partido hace internas entre sus afiliados.”

- Voto electrónico: Aunque no fue un reclamo masivo, algunos –como Felipe Solá– pidieron que la reforma incluyera el paso al voto electrónico. “No está claramente aceptado, en general las principales democracias del mundo no lo utilizan –afirman desde el Gobierno–, es un sistema que tiene sus bemoles y si no hay una gran confianza ciudadana, puede despertar dudas.”

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