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El anuncio del levantamiento de buena parte de los controles cambiarios se produjo la noche anterior a la decisiva reunión de directorio del FMI, en la que se analizará el caso argentino. Las medidas fueron comunicadas a Washington por la tarde. El staff del Fondo reclamó largamente liberar las operaciones cambiarias, por lo que la expectativa del Gobierno es que su decisión allane el camino a un acuerdo. Si bien cerca de Lavagna dijeron a Página/12 que los ajustes a los controles sobre el dólar se hicieron de manera independiente a la negociación con el FMI, admitieron que esperan que sean leídos como un gesto importante para alcanzar un entendimiento.
La reunión de Lavagna, Guillermo Nielsen (secretario de Finanzas) y Leonardo Madcur (subsecretario) por parte de Economía, con Alfonso Prat Gay y Pedro Lacoste, presidente y vice del Banco Central, tuvo como uno de los objetivos consensuar los datos que le presentarán a la misión del Fondo que partiría hoy hacia la Argentina. Los funcionarios quieren evitar discrepancias como las que ocurrieron cuando Mario Blejer o Aldo Pignanelli presidían la autoridad monetaria.
El directorio del FMI resolvería el viaje de la misión. En rigor, en el Gobierno descuentan que vendrá un equipo con capacidad negociadora, encabezado por el subsecretario del Departamento del Hemisferio Occidental, John Thornton. La delegación se quedaría hasta el próximo domingo y se llevaría la última carta de intención del acuerdo, después de un largo intercambio de borradores. Esa carta debería ser aprobada por el directorio el 17 de enero, en su próxima reunión. Eso es lo que supone el Gobierno que ocurrirá, para así terminar la negociación.
El convenio consistiría en la refinanciación de vencimientos con los organismos internacionales hasta junio próximo. En el Ministerio de Economía son más cautos que en la Casa Rosada. Sostienen que esperan a la misión con un “moderado optimismo”, pero admiten que no se sorprenderían si la negociación volviera a estancarse.