EL PAíS

Propuestas para la nueva etapa

Producción: Mariano Blejman, Angel Berlanga y S. F.

TOMAS ABRAHAM * .
Una sociedad conformista

“Torcuato Di Tella es un hombre que tiene muchos libros publicados. Tiene una preparación y una capacidad intelectual que no es ningún secreto, es uno de los inspiradores del Instituto Di Tella, una institución de las más importantes de la historia argentina. No voy a pensar que a Di Tella no le importa la cultura. Supongo que estaba un poquito harto de este escenario porteño culturoso, donde la cultura le sirve a una serie de incapaces para sacarse fotos con los turistas o para hacer una pequeña París. Di Tella tiene alguna idea de la sociedad argentina, sabe en qué real situación estamos, que no hay un mango para la cultura. Di Tella sabe que la mayor parte de los productos culturales se va en mano de obra gratis, que los que hacemos cultura no cobramos casi nunca. Se debe haber hartado sabiendo dónde está la sociedad argentina, en la que hay hambre, chicos en la calle, pidiendo limosnas y en dos o tres frases mandó a pasear a un par de personas. Y eso es todo. Ahora, la reacción de la culturalina argentina para que se vaya es justamente a lo que él se refería, a esos ineptos que hacen de la cultura un vernissage, hacen una muestra para salir en algún folleto y el tipo este que hace lo que puede, que hizo lo que pudo, que aportó a la cultura argentina, es un irreverente, no se lo bancan. Entonces todo el resentimiento pequeño burgués se le fue encima. Me da pena porque es un librepensador, culto, libre, medio anarquista y provocador. Era un buen secretario de Cultura en ese sentido. Si el nuevo secretario es José Nun, ya podemos ir a dormir la siesta porque nos vamos a aburrir en grande. Cuando Daniel Scioli o Mauricio Macri dicen que la cultura es importante porque favorece al turismo, uno se da cuenta de la cabeza que tienen. No creo conveniente que hablemos tanto de cultura en una sociedad como la nuestra, tan conformista, tan arrebañada, porque en algún momento ésta va a ser tan minoritaria que nadie se va a enterar de nada. Nos gusta León Gieco gratis, o Pavarotti en la cancha de Polo, o Julio Bocca en Tierra del Fuego, o los comedores escolares que usamos para una peña. Pero el artista que quiere hacer algo vive en silencio durante años, limando la piedrita en soledad. Lo anónimo es lo que vale, lo otro es pour la galerie.”
* Filósofo.



TITO COSSA *.
Generar un mundo mejor

“Este gobierno no le ha dado pelota a la cultura; lo mismo que dijo Di Tella nos lo dijo hace un tiempo Parrilli: ‘La cultura es importante, pero no es prioritaria’. La cultura no es el Teatro Colón, es algo mucho más extendido. El argumento de que habiendo miseria no hay que ocuparse de la cultura es una barbaridad. La miseria no viene porque la cultura no sea un bien sobrante; la miseria es producto de una estructura económica salvaje de mala distribución de la riqueza. La cultura es necesaria para aquellos que la pueden tener, que no son los hambrientos, pero además sirve para trabajar sobre un imaginario popular y generar un mundo mejor. Por otra parte, si uno supiera que ese dinero va a paliar al hambre, muchos renunciaríamos a ese apoyo. Este gobierno no tiene una estrategia en lo cultural, no la tuvo ninguno. En este país, la cultura es una especie de hoja al viento que depende mucho de la capacidad y del trabajo de algún funcionario. Es una cuestión azarosa, hubo mejores secretarios de Cultura que otros, pero por cuestión personal de los funcionarios.
Lo primero que hay que hacer es aumentar el presupuesto. Creo que lo primero que tienen que pedir el secretario de Cultura, que en los papeles es un buen nombre, de gran formación, es apuntar a largo plazo. Nosotros le pedimos a este gobierno que viene con aire de cambio, que se instale a la cultura a largo plazo. La tarea del Estado es poner funcionarios apropiados, con capacidad de gestión y abrirle el apetito a la gente. El Estado tiene que hacer una política de acercamiento con la gente. Se hacen megarrecitales, pero habría que hacer tarea de educación en las escuelas, en la universidad, un plan estratégico serio de vínculo con el exterior. Una salida de la cultura hacia el exterior, también generadora de industrias. La cultura mueve la economía, los economistas deberían saberlo.”
* Dramaturgo.



ANIBAL FORD *.
Es importante tener calle

“Hace cincuenta años que estamos discutiendo el maldito término de cultura, como diría Raymond Williams. Lo que es claro es que un secretario de Cultura no puede limitarse a la concepción tradicional del término como bellas artes, aunque se vea restringido a ellas por razones institucionales o por obsolescencia institucional o conceptual. La cultura es también memoria, genealogías del trabajo o de la vida cotidiana, formas regionales de entender la vida o la muerte, exploración tanto de las formas en que se cruzaron en el país, mal o bien, los gringos, los criollos y los pueblos prehispánicos. En el fondo –y tómese en cuenta que también hablamos de la cultura de la droga y de la violencia–, hablar, administrar e interpretar la cultura es ver cómo les damos sentido a nuestras diversas prácticas sociales o individuales. Hay una cultura de la política o de la ciudadanía y no sólo una política de la cultura. Y se puede seguir. Lo cierto es que éste es un tema colgado y que no se va a resolver si no cruzamos la cultura de las bellas artes con las culturas de la pobreza o de la exclusión, de la Recoleta con la de los caminos olvidados, la de las nuevas tecnologías con la de las memorias y los tiempos largos de la constitución fragmentaria de nuestro país. Por lo tanto, pienso que un secretario de Cultura tiene que tener calle y haber pateado barro en todas estas instancias.”
* Escritor y profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales.



ROBERTO FONTANARROSA*.
No apto para artistas

“Si supiera qué hacer me postularía para ministro de Cultura. No sé si buscaría a alguien de la cultura que esté en actividad, porque los pintores tienen que pintar y los músicos, hacer música. La gestión cultural es una función entre administrativa y operativa, que no sé si la puede llevar a cabo un artista. Al menos que esa persona tenga ganas y se sienta con capacidad. Me propusieron ser secretario de Cultura de Rosario y de Santa Fe hace un tiempo y les dije absolutamente que no, porque mi trabajo es otro. Además, no toleraría los compromisos sociales que tenés que llevar adelante. Si un día hay que inaugurar la feria de las colectividades y juega Central, no iría ni loco. Es una función para alguien que la quiera llevar a cabo, y que le guste. Hay sectores que necesitan un respaldo económico, y es cierto lo que decía Di Tella de que el presupuesto cultural no es suficiente, como lo diría un ministro de Educación o cualquier otro ministro. No espero nada del futuro ministro de Cultura, no porque no lo considere capacitado, sino porque yo, personalmente, no necesito nada de él.”
* Escritor y humorista.



JORGE ASIS *.
Gestión mixta

“Con su renuncia, Di Tella le hizo el mejor servicio político al Gobierno: todos hablamos de él y no del momento desafortunado que vive este gobierno. Casi todas las instituciones de la Secretaría de Cultura están muy anquilosadas, porque no han participado de la transformación de los años ’90 desde el punto de vista económico. Si no pudimos gestionar bien YPF o Aerolíneas Argentina, no sé por qué sorprenderse con los problemas que arrastra la gestión cultural. Creo, seriamente, que para darles cierta eficacia a todos estos organismos hay que ir a una gestión pública mixta que habilite la participación de los privados. Sería un plan de explotación conjunta entre el Estado y los privados. Para esto, incluiría fundaciones que tienen presencia cultural más notoria que la Secretaría. No es un buen gestor cultural, como suele pensarse, aquel que consigue más dinero del Estado, porque el que lo logra ejerce un peso sobre todos los contribuyentes. Me arriesgo a que digan que quiero privatizar la cultura, pero en mi caso daría lugar a la iniciativa privada de otro modo, en las grandes orquestas, en algunos museos o en el teatro Cervantes. No es la cultura un laburito de un pibe que toca la flauta dulce y le pagan un sueldo de oficinista. Con una gestión mixta, ese chico ganaría más, tendría mejores instrumentos y condiciones laborales, sin cargar ese costo enteramente sobre las espaldas del Estado.”
* Escritor, ex funcionario durante el gobierno de C. Menem.



BEATRIZ SARLO * .
Programas y objetivos

“En principio, el secretario de Cultura tiene que hacerse cargo de la complejidad material del aparato que va a tener que manejar, y de la pobreza presupuestaria de ese aparato. En segundo lugar, habría que diagnosticar áreas que son de una enorme importancia. Entre ellas, la Biblioteca Nacional, un área que los secretarios de Cultura, Di Tella para empezar, descuidaron. Al Fondo Nacional de las Artes, por otra parte, no se puede llevar la lógica del teatro de variedades. Y debe haber una discusión pública de las políticas del Instituto Nacional de Cinematografía, que maneja mucho dinero: quizá sea el mayor núcleo presupuestario de Cultura. Y ha sido manejado con una independencia respecto de los objetivos generales, y yo diría que con una privacidad respecto de sus balances y auditorías. Habría que remediar eso. En tercer lugar, Cultura debería fijar una política de atención a aquellas zonas que no sean atendidas por el mercado. Ni en el cine, ni en la música, ni en el teatro necesitamos que Cultura apoye al capitalismo privado; necesitamos, en cambio, que el capitalismo privado sea imaginativo, y que Cultura tenga sus propios objetivos; que cree las condiciones del desarrollo del mercado, pero que los gestores culturales no sean socios de los capitalistas culturales. Y, sobre todo, que mire con mucha atención a aquellos sectores que el mercado desprecia, ya sea porque son experimentales o porque no hay dinero en ellos.
Creo que un secretario de Cultura debe fijarse programas y objetivos. Por ejemplo, si se decide dar impulso a toda la infraestructura teatral que hay en el país, ése es un programa y un objetivo: en función de eso tiene que evaluar sus necesidades presupuestarias. Si decidiera dar un apoyo, como fue dado en otras gestiones culturales, a la industria editorial independiente, tiene que trazar un programa y un objetivo, y en función de eso debe buscar el dinero. No se puede pedir más presupuesto en abstracto. Lo que ha faltado en este año de gestión de Di Tella son programas y objetivos. Y también han faltado en el Instituto Nacional de Cinematografía.”
* Ensayista.



ANDRES RIVERA * .
Participar de un cambio

“La cultura y la comida son equivalentes. La Revolución Rusa, que recibió un país en desastre, le dio una importancia enorme a la cultura, a Tolstoi no lo hizo una empresa privada. Si se quiere, la cultura sirve de consuelo, porque lleva al que está hambriento a pensar que otro mundo es posible. Advierte que él es uno de los participantes de ese cambio. Recibe la satisfacción de participar en el campo de batalla; la otra satisfacción es que advierte que no le está vedado acceder a lo que unos pocos privilegiados tuvieron oportunidad de conocer. No conozco gobierno alguno que se haya ocupado jamás de eso que se llama cultura. El nombramiento de un nuevo secretario, por prestigioso que sea, no va a cambiar el rumbo de nada. El problema es que a este mismo gobierno la cultura no le interesa. A Torcuato Di Tella lo echan porque se propasó, es un provocador. Pero deberíamos preguntarnos por qué nombran al señor Di Tella, sabiendo que es, por lo menos, un diletante. Algún otro medio escribió que tiene lo suficiente como para vivir todo el tiempo que sea necesario, va a sobrevivir a los faraones. Este gobierno ha gastado una cantidad enorme de dinero que podía haber tenido otros fines más útiles, en la recepción de figurones para la foto. Simplemente para la foto. ¿Cuáles fueron las conclusiones del Congreso de la Lengua? No hay ninguna conclusión, se gastaron centenares de miles de pesos, que fueron a hoteles de cinco estrellas. O aquí hay, y yo lo dudo mucho, un viraje de 180 grados en el actual gobierno respecto de la cultura y se le presta, aun en las condiciones actuales, una atención primordial, o simplemente nos quedamos en el nombramiento. Hay que hacer una suerte de ágora griega, en la que se debata qué tipo de cultura hay que poner en juego, puesto que todo depende del dinero: ¿cuánto dinero está dispuesto a poner el Gobierno para que este plan estructural pueda estar bien solventado, y llegue no sólo a este país, desde Tierra de Fuego, hasta La Quiaca? Hasta que la persona más ignorante pueda disfrutar desde Julio Bocca al escritor más encumbrado. Hay que descentralizar este país; les suelo comentar a los escritores que si quieren que su obra trascienda tienen que ir a Buenos Aires. Pero me pregunto: ¿este gobierno está dispuesto a poner un millón de pesos para fundar una editorial que edite a autores argentinos? Di Tella sabe lo que dice, aunque recién ahora se acuerda de que en este país hay indigentes y hambrientos. Se quiso poner en loquito, pero alguien lo designó para ese cargo, es más responsable que Di Tella quien lo designó. Esa frase referida al hambre en Santiago del Estero es absolutamente demagógica. No se puede pedirle al sistema capitalista que se vaya a ocupar de los que se van a morir de hambre. Los indigentes van a seguir siendo indigentes en este sistema. Pero, ¿por qué Estados Unidos tiene la mejor literatura que se escribe sobre la Tierra? Porque hay aliento, aunque viene de mano privada. La gran burguesía argentina es grasa e ignorante. No creo, por ejemplo, que Macri haya leído ni siquiera la guía telefónica.”
* Escritor.

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