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Para responder a las acusaciones sobre cierto distanciamiento mostrado hacia las víctimas de la tragedia, Aníbal Ibarra recibió a Página/12 junto a la subsecretaria de Derechos Humanos, Graciela Alegre, en la oficina que el Gobierno de la Ciudad utiliza para atender a los familiares. Alegre buscó demostrar que aquella percepción de frialdad es equivocada: “Se dio asistencia psicológica, hay un 0-800 para que se comuniquen, se está dando ayuda económica. No nos pareció de buen gusto andar contando la intimidad de las personas que todos los días, a la hora que sea, andan por acá. Ya han pasado unas 400 personas pidiendo distintos servicios. Nos han llegado a llamar a las 2 de la mañana, pero esto no es algo que querramos contar”.