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Una obra del plástico León Ferrari sobre la masturbación femenina se convirtió en la máxima atracción de la muestra “Pie de Obra” que se inauguró el sábado en Rosario, en el marco del décimo “Festival Internacional de Poesía”, después de un intento de censura por parte de las autoridades locales. “Amate” fue colgada recién el martes en el lugar que tenía destinado en el Museo, cerrando un capítulo escandaloso que salpicó a la Secretaría de Cultura rosarina a partir del viernes de la semana pasada. El secretario Marcelo Romeu atribuyó a un malentendido que el cuadro no estuviese en su lugar en el momento de la inauguración, intentando, en vano, parar la repercusión. Romeu llegó a decir que luego de lo ocurrido está estudiando la posibilidad de invitar al artista para presentar una futura muestra individual. Sin embargo, nada de esto impedirá que el tema sea investigado por la Legislatura rosarina.
El día de la inauguración se produjeron dos situaciones tan controversiales como inexplicables. La obra de Ferrari estaba en el recinto del Museo pero no la habían colgado. Entonces, los otros artistas que exponían y la curadora Marcela Römer hicieron circular una copia de mano en mano, manifestándose en contra de lo que consideraban un flagrante acto de censura de las autoridades municipales. La actitud de los plásticos motivó que los visitantes presentes se enteraran de la posible censura de “Amate”. El escándalo estalló cuando la noticia llegó a los medios. El sábado circulaban por el recinto del Museo Castagnino dos catálogos: uno de ellos contenía la obra de Ferrari. El otro, no. Las autoridades dijeron que se trababa de un error.
“Amate” parte de una estampa japonesa del siglo XVIII, del artista Utamaro, que pintó una mujer masturbándose. Ferrari intervino esa estampa, agregándole en idioma Braille la cita bíblica “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Resulta difícil asegurar que la Secretaría de Cultura de Rosario no supiera que la obra podía ser cuestionada por los sectores más reaccionarios y conservadores cuando por algún motivo alguien decidió que no estuviese colgada el día de la inauguración. Ferrari ha sido un crítico constante del comportamiento de la Iglesia Católica y por ende esta no es la primera vez que su obra genera controversias. Algunas fuentes señalan que lo que pasó pudo haber sido una maniobra táctica tendiente a evitarle una polémica con la curia al intendente Hermes Binner. Claro que la Iglesia santafesina debe tener cuestiones más urgentes por resolver, si se tiene en cuenta que está a punto de ser apartado de su cargo nada menos que su obispo, Monseñor Storni, acusado de corrupción de menores.