ESPECTáCULOS › ENTREVISTA CON LA DIRECTORA CLAIRE DENIS, RECIEN LLEGADA A BUENOS AIRES

“Estoy realmente interesada en la simpleza”

La realizadora de “Nenette et Boni” y “Trouble Every Day” es una de las figuras del Festival, en donde se exhibe “Vendredi Soir”. Además de hablar de su último film, define sus intenciones artísticas y cuenta su experiencia laboral con Wim Wenders.

 Por Martín Pérez

“¿Te hace falta una foto?”, pregunta Claire Denis en voz alta, parada en medio de su habitación de hotel. Y entonces se lanza a revolver sus cosas hasta dar con un sobre del que extrae una serie de imágenes en las que se la ve con el ojo muy morado y una herida sangrienta sobre la frente. “Acá tenés tus fotos”, muestra, desafiante y avergonzada a la vez por su exabrupto. Tal vez por eso es que, a pesar de haberse negado a hacerlo una y otra vez, terminará posando para el fotógrafo de Página/12. Aun cuando guarde serias dudas al respecto, ya que no quiere que aparezcan públicamente los últimos resabios que le quedan del accidente automovilístico –”no fue muy serio, pero me golpeé la frente con el cordón de la vereda”, cuenta– que estuvo a punto de impedirle estar presente en esta quinta edición de Festival de Cine Independiente porteño. “Cuando se notaba más mi ojo morado, iba por la calle y no podía dejar de pensar que debían creer que era una mujer golpeada”, confiesa Denis, que no tiene nada de mujer golpeada. Frágil y fuerte a la vez, profunda e inteligente durante toda una entrevista realizada en inglés, esta directora francesa es la dueña de una visión cinematográfica libre, estricta y única. Algo que la convirtió en una directora personal y atípica, incluso dentro del particular mundo del cine francés. Con dos de sus films estrenados comercialmente en la Argentina –Nenette et Boni y Bella tarea–, aunque en un circuito reducido, Denis sorprendió con una particular visión del cine de género como Trouble Every Day, exhibida el año pasado tanto en el Festival de cine marplatense como en el de Buenos Aires. Con música de uno de los integrantes del grupo de culto británico Tindersticks –sus habituales colaboradores musicales–, su último trabajo es la tierna y minimalista Vendredi Soir, la historia de un encuentro de una sola noche entre un hombre y una mujer, un trabajo elegido para honrar anoche en la función inaugural del festival porteño.
–Su último film sorprende porque, aunque su filmografía no parece particularmente femenina, “Vendredi Soir” se presenta como un trabajo muy femenino y personal...
–Tal vez tenga razón, pero lo que sucede es que, a diferencia de otras películas que hice, esta vez la historia está adaptada de un libro escrito por una mujer, y tal vez de ahí venga el toque femenino... (sonríe). No tengo ninguna teoría sobre lo femenino o lo masculino en un film. Hacer un film es lo suficientemente difícil, así que si además hay que elegir escribir un guión que sea más masculino o más femenino, sería demasiado aburrido. La única libertad es elegir la clase de historia que uno quiere contar. La historia del cine es tan corta que la gente está demasiado acostumbrada a ver cine desde el punto de vista de los directores hombres. Y por eso piensa que las mujeres deben necesariamente tener un punto de vista opuesto. Pero el cine tiene mucho que ver con describir la tensión y una de esas tensiones tiene que ver con el deseo de describir ciertos personajes. Por eso creo que lo femenino no tiene que ver ni con el tema ni con el personaje que se pueda elegir. Cuando hice Bella tarea, todo el mundo no hacía más que repetir “qué extraño que una mujer se interese por el mundo de la Legión Extranjera”. Y yo pensaba: “¿Por qué creen eso?” Cuando hice Bella tarea no tuve en cuenta que esta guerra podía llegar a comenzar. Para mí era como filmar un ejército en vías de desaparición, o una especie extinguida. Pero ya vemos que no fue así. Y por eso ahora no me interesaría hacer un film así.
–En sus últimos films, usted parece buscar una forma diferente y personal de mirar las cosas. Lo hizo con el tema de la Legión Extranjera en “Bella tarea”, y también con el cine de género en “Trouble Every Day”. Y sin embargo en este film parece abrazar la clásica idea de la fantasía femenina...
–Lo que sucedió es que me gustó mucho la manera muy simple en que estaba escrita la novela en la que está basada la película. Porque iba hecho por hecho. Totalmente desde el punto de vista de la protagonista, y era interesante porque destilaba la esencia despojada de dos personas reuniéndose inesperadamente. Algo que yo creo es la basa de cada cosa dentro del cine: la gente se tiene que encontrar. Porque si no, nada sucede. Y el libro era extraordinario porque casi no había nada dramatúrgico en él. Era sólo un encuentro. Van al hotel y hacen el amor y eso es todo. Como Cenicienta, a la medianoche todo desaparece y regresa a su vida ordinaria.
–Parece necesitar de mucho lugar en sus films para permitirse su particular forma narrativa. ¿Eso es algo que busca o que aparece?
–No es algo que busqué. Lo que sucede es que estoy realmente interesada en las cosas simples. A la hora de hacer Trouble Every Day, lo simple era escapar del género. Porque las películas de género nacieron mayormente porque los directores no se sentían libres para hablar del sexo en sus películas. Entonces las historias de vampiros eran metáforas para hablar de eso. Pero como yo no era una mujer victoriana, sentí que no necesitaba de esas metáforas y encaré la historia de la manera más sencilla posible. Hay una pasión en las relaciones sexuales que siempre es atemorizante, porque uno siempre puede ir demasiado lejos. Así que pensé que ése era el camino que podía tomar, sin tener que ponerme ropas que no eran mías.
–Antes de dedicarse a su cine, trabajó como asistente de dirección con directores como Jim Jarmusch, Costa Gavras y Wim Wenders. ¿De qué manera la influenciaron?
–Haber trabajado con Wenders significó una oportunidad muy especial. No para aprender de cine y de dirección, porque siempre me pareció que uno puede aprender todo lo que necesita del cine, mirando películas. Pero me permitió aprender la clase de relación es la que uno tiene con su propio trabajo. Wenders tiene una cierta libertad de explorar sólo en lo que está interesado. Sentí esa libertad desde que vi su primera película. Y creo que es la que origina sus films, sin saber exactamente qué es lo que quiere hacer, sino buscando algo. Es algo que siempre me gustó. Trabajar con él me convenció de que ahí había un camino estrecho para mí. Sólo necesitaba comprender qué quería hacer, confiar en eso y hacerlo tan bien como pudiera, pero no tratando de pretender que era una cineasta con un cierto estilo, sino tratando de quedar un poco desnuda en el camino.
–¿Cree haber logrado eso?
–Uno nunca sabe si ha logrado algo así. Tal vez algunas personas hacen una gran religión con su propio trabajo, pero a mí me gusta verme como una buscadora; de oro, petróleo o algo que no tenga nada de valioso. Pero soy una buscadora, y cuando estás buscando no sabés qué es lo que estás haciendo, sólo seguís buscando. No me imagino a mí misma como una cineasta con un estilo determinado. Siempre envidio a mis amigos que hacen cine y tienen una imagen precisa de sí mismos. Porque yo nunca tuve. Pero no creo que sea por humildad, sino porque me gusta este estado de vaga ceguera. Porque si me viese a mí misma, creo que eso detendría mi búsqueda.

Vendredi Soir repite el sábado a las 21.15 (Abasto 11), el lunes a las 20.15 (Abasto 12) y el próximo jueves a las 22 (Malba).

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Claire Denis en sus primeras horas porteñas, todavía reponiéndose de un reciente accidente.
 
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