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- Pedro Aznar: “Para cuando tuve uso de razón era un tipo que había hecho películas en las que se mostraba bajo una buena luz el enrolamiento, o se glorificaba el plan sinatresco del playboy ganador. Quedó con la ñata contra el vidrio mientras la juventud exploraba las fronteras de la conciencia y se enfrentaba a la picadora de carne. Después fue un señor hinchado de alcohol y pastillas cantando para la mafia de Las Vegas. No había que pensar mucho para quedarse con Mohammad Alí, Lennon o Hendrix. Pero más allá de favoritismos racistas en la industria, fue el primer rock star por derecho propio. Se lo ganó por talento, carisma, fuerza y amor a la música. Sus agachadas posteriores son otro cuento”.
- Litto Nebbia: “Nunca fui fanático de él. Me apasionaba Neil Sedaka porque era un compositor muy original, y tocaba bien el piano. Otro que me enloquecía era Dion Di Mucci. Al lado de estos dos tipos, Elvis era un producto de moda. Menos atención le presté cuando retomó su carrera al salir del servicio militar. En ese momento empezó a transformarse en un cantante semirromántico y convencional”.
- Fidel Nadal: “Fue un agente del FBI y la CIA. Su caso funciona como símbolo de cómo el imperialismo y el sistema usan la propaganda y las superproducciones de discos o películas para maleducar al mundo y esclavizar a las razas. Es una especie de McDonald’s humano. Y nació en Memphis, uno de los estados en el que más se asesinaban negros”.
- Daniel Melero: “Inventó todos los gestos del rock and roll y gran parte de los del rock. Para sentirlo como influencia directa tendría que haber vivido los 50, cuando produjo un quiebre. Con él comienza la estética de lo joven, porque el rock existía antes de él pero no como género joven ni como forma de vida nueva. Era tan freak que su historia con la CIA puede ser cierta. Si, Elvis puede ser pensado como un freak paranoico capaz de convencer a Nixon de que puede trabajar para él. Con todo, hay cosas peores, como su actuación en cine. Siempre me asombró eso de que hay mucha gente que cree que sigue vivo, como Yabrán”.
- Adrián Otero: “Memphis La Blusera debe su nombre al lugar donde nació. Fue el primero que hizo todo lo que vino después y, de algún modo, continúa en el trono de rey, pese a que 25 años confirman lo lejos que estamos del jopo.”
- Alejandro Medina: “Fue el inventor del rock. A la generación de los 60 y 70 nos dio muchísimo. No es mi ídolo, pero lo admiro porque las primeras canciones de rock las escuché en su voz. Con Manal escuchábamos más blues y jazz y no nos preocupaba demasiado Elvis. Por eso no anula mi opinión: es el Gardel de EE.UU. El imperio que lidera Bush no tiene nada que ver con la música. Sólo la utiliza en beneficio propio y a Elvis, muy probablemente, lo hayan usado.”
- María Gabriela Epumer: “Marcó una tendencia. Fue un rockero de ley, el primer rocker de limusina y glamour. Igual, conozco poco de su historia como para profundizar. Como hombre tengo imágenes de su decadencia. Sé que fue un sex symbol, pero a mí como mujer no me despierta nada.”
- Claudia Puyó: “Me recuerdo mirando las películas de Elvis. Por ejemplo, la que canta el ‘Rock de la cárcel’. Era un muchacho guapo, aunque no de mi tipo. ‘Fiebre’ es una de mis canciones predilectas. Tengo un Elvis de plástico colgado del espejito del auto”.
- DJ Javier Zuker: “En mi casa había un grandes éxitos que era de mi vieja y me deprimía escuchar su voz. Su rock era básico, muy distinto a músicos como Led Zeppelin o Jimi Hendrix. Nunca entendí por qué Lennon, al que idolatro, lo admiraba tanto. Imagino que era porque personificaba la liberación de la época”.
u Alfredo Toth: “Su música fue la primera que escuché. Me empezó a gustar el rock and roll a través de él y Bill Haley. De gastar el ‘Rock de la cárcel’ en el tocadiscos me surgió el amor por el rock. Me importa poco que lo consideren un símbolo del imperio. Lo admiro sólo como músico”.