SOCIEDAD › ESCRIVA SERA CANONIZADO ANTE 230 MIL PERSONAS

El Opus Dei con santo propio

Es la institución más conservadora y sectaria de la Iglesia. Y con más poder económico y político. Su fundador será santo a partir de mañana. El Papa presidirá la ceremonia en Roma.

Si Dios quiere, y como broche a su trajinado camino de flagelaciones y negocios, mañana el Opus Dei tendrá su santito propio: Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus, será canonizado por el Papa en el Vaticano, ante una multitud calculada en 230 mil personas. La canonización se realizará después de que una comisión especial vaticana comprobara que Escrivá produjo un segundo milagro tras su muerte: la cura de un médico enfermo de cáncer, cura catalogada como milagro porque no se encontró explicación científica. El Opus es la institución católica más ultraconservadora y cuestionada de la Iglesia. Aportó funcionarios a los gobiernos más conservadores y a dictaduras, y en la década del 80, tras la bancarrota del Banco Ambrosiano, trepó como soporte económico del Vaticano.
En realidad, además de los dos necesarios para su beatificación y posterior canonización, Escrivá produjo unos cuantos milagros más. Pero en vida. El primero fue ser considerado el fundador del Opus Dei. Según el historiador Emilio Corbière, autor del libro Opus Dei. El totalitarismo católico, en 1928 Escrivá fundó la institución junto al argentino Isidoro Zorzano Ledesma, pero fue éste quien aportó las ideas y el dinero que al futuro santito le faltaban, incluso organizó los estatutos internos y le dio letra para que Escrivá escribiera el best seller Camino. Convencido por Zorzano, Escrivá produjo su segundo milagro in vita: hijo de Dolores Albás y José Escribá, se llamaba José María Escribá Albás y pasó a llamarse Josemaría, para diferenciarse de la multitud de Josés Marías. También cambió la b por v y anuló Albás para adoptar el apellido pseudo honorífico “de Balaguer”. Zorzano murió tempranamente y pasó al olvido mientras que Escrivá terminó siendo un santo.
“El Opus Dei es una mezcla de organización religiosa y empresa capitalista. Su estructura fue copiada de la masonería –dijo Corbière a Página/12–. Secreta, celular, de poder y elitista, y estaba relacionada desde su origen con las corrientes integristas fundamentalistas del catolicismo. Durante la primera etapa del franquismo se mantuvo muy alejada del poder, incluso provocaba mucho recelo entre las jerarquías de la Iglesia. Tiene una característica principal: funciona como una secta. El sociólogo español Alberto Moncada, que participó de joven en el Opus Dei, presentó una tesis en la que sostenía que era una secta por su forma de reclutamiento y lavado de cerebro.”
Pero, quizás, lo que hace más poderoso al Opus es el modo en que insertó a sus hombres en las tramas del poder. “En la segunda etapa del franquismo, pasan a instalarse en el poder –agregó Corbière–. En 1971, sobre 19 ministros, 12 eran del Opus. Tomaron al Estado español como nodriza, logrando que los funcionarios que colocaban fueran desviando fondos hacia sus propias arcas.”
Durante la década del 80 se desató la quiebra del Banco Ambrosiano, donde el Vaticano colocaba sus inversiones. La crisis económica interna fue brutal. Y fue en ese momento en que el Opus Dei comenzó a ocupar ese lugar vacío, aportando dinero a cambio de poder dentro de la Iglesia. Actualmente, cuenta con unos 86 mil miembros, repartidos entre 80 países. Todos convenientemente colocados en funciones de poder. En Argentina desembarcaron en 1951, de la mano del entonces obispo de Rosario, Antonio Caggiano, y desde entonces estuvieron relacionados con el poder y con una serie de escándalos. Entre ellos, según Corbière, el vaciamiento del BIR (José Trozzo era opusdeísta) y del Banco de Crédito Provincial (de Francisco Trusso, también recomendado como embajador ante el Vaticano por Gustavo Beliz). El Opus tuvo gran participación durante la dictadura de Onganía, y de Videla y compañía, y creció y se encaramó con Carlos Menem. Importantes empresarios forman parte de su trama celular: Goyo Pérez Companc, Francisco Macri entre otros; o políticos como Rodolfo Barra y el ministro de la Corte menemista Antonio Boggiano.
Aunque la política del Opus es creer fervientemente en que la plata no cae del cielo, logró finalmente el diploma indiscutible de su catolicidadlogrando la santificación de Escrivá. Para ello, su alma debió sortear la aprobación de la rigurosa Congregación para las Causas de los Santos, del Vaticano, más conocida como la fábrica de santos. En primer lugar, un milagro para ser beatificado, cosa que ocurrió en mayo del ‘92, después de muchas acusaciones de haber sido un proceso de selección trucha. Con una velocidad inédita (Escrivá murió en 1975) ahora será santificado, después de haberse comprobado concienzudamente que se había producido il secondo miracolo, la sanación de un médico español con cáncer cuyo tratamiento de cura fue particular: se puso una estampita de Escrivá y rezó.
A partir de mañana, José María Escribá Albás será colega de San Pablo y San Pedro, bajo el nombre artístico de San Josemaría.

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Miles de fieles están llegando a Roma para participar de la ceremonia de la canonización.
 
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