SOCIEDAD

Batalla campal entre vendedores ambulantes y policías en Retiro

Los vendedores ambulantes desafiaron la prohibición y volvieron a instalarse en Retiro. La policía intentó desalojarlos y hubo heridos y detenidos. Pero los vendedores prometieron volver.

Palos en mano, unos 40 policías cubrían en la tarde de ayer el frente de la terminal del ex ferrocarril Belgrano en el barrio porteño de Retiro mientras otros 60 custodiaban los alrededores. A pocos metros y enfrentados, unos 50 puesteros desalojados sostenían sus banderas y esperaban. La situación se había calmado después de casi seis horas de tensión, durante las que se repitieron choques entre policías y vendedores, en medio de gritos desesperados, corridas y forcejeos que culminaron con cinco puesteros detenidos, uno de ellos herido y un policía también con heridas. Pero el conflicto no fue resuelto ni parece posible que se solucione en los próximos días, si se atiende a lo que dicen los funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y vendedores.
Según explicó a Página/12, la titular de la Secretaría de Gobierno y Control Comunal, Silvana Giudici, “no va a haber solución hasta que los violentos no vuelvan al carril de conversación cordial que veníamos manteniendo desde el 30 de agosto pasado cuando se realizó el desalojo”. Y agregó: “Nosotros nos comprometimos a conversar con las empresas de trenes para que les cedan un lugar donde ejercer su actividad, siempre que blanqueen todas las situaciones ilegales que hay detrás de la venta”.
En el mediodía de ayer, aunque sabían que los inspectores municipales tenían órdenes de impedirlo, los vendedores decidieron volver a armar los puestos. Enseguida llegaron los inspectores y detrás de ellos casi un centenar de policías. “El fiscal Lapadú ordenó que la policía utilice todos los métodos que posee para desalojarlos”, justificó el subcomisario de la seccional 46, Alejandro García Rey. “Hasta ayer el fiscal toleró pero hoy hubo voluntad política”, definió.
Los comerciantes se resistieron al desalojo y la policía avanzó. Entre corridas y forcejeos una mujer amenazó con cortarse las venas delante de las cámaras de televisión y dos vendedores atacaron a uno de sus representantes, Dardo Castro, y lo acusaron de traidor. “Esto es un problema interno y es producto de la desesperada situación que vivimos todos los que estamos acá. Retiro no aguanta, yo me voy a hacer matar por Retiro y los traidores son la municipalidad y TBA que le pagan 10 mil pesos por día a la policía para que nos reprima”, denunció Castro.
El vocero de TBA, Jorge Molina, se desentendió del asunto: dijo que “desde hace tres meses la empresa tiene un convenio con los ministerios de Seguridad y Transporte por el que la Policía Federal y Gendarmería Nacional están en todas las estaciones pero prohibir o autorizar los puestos callejeros es una atribución municipal”.
Tras un momento de relativa calma, vendedores y policías volvieron a enfrentarse. En un ambiente bastante confuso y con gases lacrimógenos de por medio, un hombre resultó herido de un botellazo en la cabeza, otros dos heridos con balas de goma y cinco puesteros, tres hombres y dos mujeres fueron detenidos por personal de la Comisaría 46ª, según informó el subcomisario Alejandro García Rey.
“Venimos todos los días para ver qué pasa. No nos dan ninguna solución. Primero cortamos la calle y hoy decidimos instalar los puestos sea como fuere”, afirmó Marcelo Leites, un vendedor de 45 años que desde hace 15 tiene un puesto en Retiro. Frente a él y detrás del vallado que habían formado los policías, una serie de carteles repetían los argumentos de los vendedores: “¿Quieren ver más niños con hambre y llorando por televisión?”.

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Una enorme cantidad de policías con palos en manos cubrieron la zona de la terminal.
 
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