SOCIEDAD › DETUVIERON POR EL CASO BERGARA AL JEFE DE LA DISTRITAL DE BERAZATEGUI

Del otro lado del mostrador

El jefe policial ahora preso está acusado por encubrimiento en el caso del secuestro del empresario. López, el subteniente dueño de la casa donde apareció Bergara, y Pardini, dueño de un auto y un celular bajo sospecha, fueron procesados con prisión preventiva.

 Por Horacio Cecchi

El comisionado Roque Luján, jefe de la Distrital de Berazategui, fue detenido ayer por orden de la Justicia, acusado de encubrimiento en el caso del secuestro del empresario Leonardo Bergara. Además, el ahora ex jefe de calle de Los Patos, Jorge López, y el desde hace años ex cabo de la 3ª de Varela, José Luis Pardini, compartirán más que el haber vestido temporariamente el uniforme de la Bonaerense: el juez federal de Quilmes, Luis Armella, los procesó y dictó la prisión preventiva, acusados de haber participado de una u otra forma en el secuestro. Luján, el quinto policía detenido durante la investigación, era el jefe directo de tres de los procesados en el caso.

“A ninguno de los dos, ni Pardini ni López, el juez les creyó ni una palabra”, deslizó a Página/12 una fuente de la investigación. A López –que sostiene que le plantaron al secuestrado en su casa–, porque no pudo explicar el motivo del regalo y ni siquiera arriesgó el nombre de a quién pertenece el gesto samaritano. De Pardini, la cuestión parece más obvia. En el llamado que se registró a su propio celular no sólo se escucha que alguien hace un pedido referido a “la comida del chancho”, sino que el pedido, según la misma fuente, está hecho a nombre de un tal “José Luis”, curiosamente coincidentes con los nombres del ex cabo de la 3ª. En otro orden del mismo desorden, el juez Armella decidió rechazar el pedido de apartamiento del caso, solicitado por el mismo José Luis.

López, hasta ayer subteniente y jefe de calle de la subdelegación de El Pato –ver unas líneas más abajo–, y Pardini fueron procesados con prisión preventiva por orden del juez Armella, tras las indagatorias sobre ambos en las que –cabe recordar– ambos se declararon inocentes. Por qué el juez y la fiscal federal Silvia Cavallo no creyeron las versiones defensistas.

Por partes: López sostuvo que la puerta de su casa es de doble hoja y que quitaron el candado que él había colocado y un tornillo y abrieron la puerta sin la llave y que le plantaron a Bergara. Pero la casa está ubicada al final de una calle que cierra su recorrido allí. “No es una casa de paso. No es que pasaban por ahí y vieron una casa medio abandonada y lo tiraron como quien se lo saca de encima en un descampado”, dedujeron los investigadores. Para hilvanar la sospecha, agregan que “la casa está totalmente cubierta de rejas” y para colmo el perito demostró que quien abrió para dejar a Bergara no violentó la puerta ni levantó los goznes ni ningún tornillo, sino que abrió como quien abre su casa.

“La casa –aseguró a este diario el mismo investigador– tiene una cama y todo lo necesario para tener guardado allí a alguien.” Pero, además, llamó la atención que a la casa de López jamás se acercó nadie a robar nada. “Nunca tuvo problemas, porque siendo conocido en el barrio y siendo el jefe de calle, los vecinos le avisaban enseguida si veían algo raro.” Creen también que a Bergara lo llevaron en un auto que no llamó la atención a los vecinos porque ya había sido visto.

En favor de la versión del plantado, está confirmado que poco antes de que se recibiera el llamado al 911 anunciando que había un hombre encadenado, otro llamado al mismo número denunciaba un robo en un sector distante de la casa, lo que obligó a movilizar patrulleros y vigilancia hacia esa zona (el robo nunca existió), evidencia de zona liberada para llegar y colocar libremente a Bergara en la cama.

Las pruebas no parecen demasiado consistentes a la hora de demostrar que López fue quien introdujo a Bergara en su casa, pero sí creen que tienen indicios suficientes para procesarlo y mantenerlo tras las rejas. En realidad, no es sólida la explicación del ex jefe de calle de que alguien pasó por ahí y ya que estaba dejó un Bergara. Pero sí tienen una sospecha que les resulta muy verosímil de que a López literalmente le hicieron una cama, y él puede conocer a quien le dejó el regalo, pero no lo puede decir porque se trata del vuelto por algún diferendo en negocios con participación de más de una jerarquía.

Así, se llega a la situación de Pardini, igual de complicada que la de López pero más fácil de entender: “Pardini no fue detenido solamente porque alguien llamó a su celular y habló de ‘la comida del chancho’ –aseguró el investigador–, sino que el pedido estaba dirigido a ‘José Luis’”. En relación al Renault 9 gris a nombre de un familiar y que funcionaba para la remisería de Pardini, “Bergara y la mujer no reconocieron el auto pero tampoco dijeron que no era. Dudaron, que no es lo mismo que decir que no”.

Pardini había recusado al juez Armella porque en una investigación anterior el juez recibió una amenaza. Se investigó el número del que provenía y éste pertenecía a un celular de Pardini. Armella abrió una causa en su contra y ahora Pardini pidió que se apartara por enemistad. Pero Armella rechazó la recusación.

Con Vega y Costa, más Luján, los procesados ya suman cinco policías y ex policías pasados del otro lado del mostrador. En el caso de López, el ministro de Seguridad Stornelli dispuso apartarlo de la policía.

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A Pardini no le creyeron demasiado: en la llamada a su celular mencionaron su nombre de pila.
Imagen: Télam
 
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