El plenario de las comisiones de Legislación Penal y Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia analizará mañana una serie de proyectos relacionados con la trata y explotación de personas, entre ellas una iniciativa de varios legisladores que promueve penalizar al cliente de prostitución. Se trata de un proyecto de ley que retoma una iniciativa del gobierno nacional presentada ante las Naciones Unidas en junio pasado. Esa propuesta fue respaldada por la ONU, que resolvió impulsar la penalización de los consumidores que favorecen, con su demanda, la existencia del tráfico de seres humanos.

El apoyo expresado por la ONU significa un respaldo clave para que la iniciativa argentina pueda avanzar hacia la revisión de las legislaciones de los países que integran el organismo. Los diputados de las distintas bancadas que avalan el proyecto consideran que la sanción de los clientes representaría un paso decisivo en la lucha contra uno de los delitos más aberrantes. También a solicitud del gobierno argentino, el tema fue incorporado al Plan de Trabajo de la OEA para el período 2010-2012.

En el 19º período de sesiones de la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal de la ONU fue aprobado “por unanimidad” un proyecto de resolución sobre “visualización y penalización de la figura del cliente, consumidor o usuario de la trata de personas”. Esa resolución permitió que Argentina consagrara universalmente la necesidad de visualizar negativamente la figura del cliente, y la necesidad de reflexionar acerca de su sanción o penalización.

En la próxima reunión de ministros de Justicia de los países de Iberoamérica se firmará una recomendación en materia de trata de personas que resaltará la necesidad de avanzar sobre la figura del cliente. El primer paso en este tema se dio en la Segunda Reunión de Autoridades Nacionales en materia de trata de la OEA, organizada por el Ministerio de Justicia de Argentina en marzo de 2009.

La presidenta Cristina Fernández dijo en esa ocasión que “es básico admitir que sin la existencia de las personas que pagan para poder acceder a personas sometidas a esclavitud sexual o de otras características, sería imposible que esto se cometiera”. Llamó a enfrentar el problema “sin eufemismos, sin hipocresías y sabiendo que es fundamentalmente un problema de carácter social”. El ministro de Justicia, Julio Alak, agregó que “el desafío” es “desenmascarar al cliente, porque sin cliente no hay trata”.