SOCIEDAD › POR LOS 44 DE TERMICA Y LA MINIMA DE 27,6, AYER SE BATIERON RECORDS

Gran día para ser vendedor de ventiladores

Con 36,8 de temperatura y 44 de térmica, el de ayer fue el día más caluroso del año. Pero no sólo eso: la mínima fue la más alta de la historia. Los porteños se derritieron en las calles y se metieron en todo lugar con aire.

Qué año tan maravilloso. A sólo un mes del comienzo de este 2003 ya se rompieron 3 records. Ayer la sensación térmica alcanzó a las 16, cuando el termómetro marcaba 36,8, los 44 grados centígrados, lo que la convirtió en la temperatura más alta del año, rebasando por 3 grados la registrada el jueves, que para ese momento también había sido coronada como la diva de la temporada. Pero eso no es todo. Puesto a romper records, el día de ayer se despachó a las 7 de la mañana con una nueva plusmarca al imponer la temperatura mínima más alta que se recuerde, 27,6 grados. Este infierno en la Tierra provocó al menos que 200 personas debieran ser atendidas presas de la deshidratación y los golpes de calor y otros muchos otros no se hayan podido ni mover de sus domicilios. Pero lo que para muchos fue una pesadilla, para los cines, bares y tiendas de electrodomésticos significó una gran salvación, en un verano donde las ventas en la gran ciudad no pasan por su mejor momento.
Los que se levantaron temprano, y los que no pudieron dormir por el calor, ya presagiaban en la mañana de ayer que ese día sería recordado como uno de los más calurosos de la historia. Tras una noche tórrida, con una sensación térmica que a las dos de la mañana se negaba a descender de los 35 grados, el alba se presentó nubosa, húmeda y muy pero muy calurosa. Tan calurosa que llegó a batir el record de la temperatura mínima más alta de la historia, alcanzando los 27,6 grados.
Con el correr de las horas, el calor prosiguió su carrera hacia el estrellato, con el firme propósito de convertirse en el motivo de conversación de todos los porteños. Y lo logró, cuando alrededor de las 16 la sensación térmica alcanzó los 44 grados centígrados y la temperatura llegó a los 36,8. Misteriosamente, en ese preciso momento, la ciudad se vació. ¿A dónde habrán ido todos?, preguntó incrédulo un turista brasileño más acostumbrado a estas temperaturas, sin ver que la respuesta se encontraba a pocos metros de sus narices, donde los bares que contaban con aire acondicionado estaban haciendo su “agosto” en pleno enero, rebosantes de sedientos consumidores.
Similar invasión sufrieron los cines, que repentinamente vieron agotar en sus boleterías las funciones de media tarde, donde habitualmente no concurre mucha gente. “Me preguntaban qué película estaba por comenzar y se mandaban, incluso antes de que pudiera terminar la respuesta. Después, al rato, antes de que finalizara la película se iban mucho más contentos de lo que habían llegado, aunque creo que poco tenía que ver lo que habían visto”, contó a Página\12 Maximiliano, quien trabaja como boletero en el cine Atlas Santa Fe.
Igual de sorprendido, pero seguramente mucho más contento, se mostró el gerente de la sucursal Villa del Parque de Frávega, quien aseguró que en estos dos días habían vendido, en ventiladores y aires acondicionados, lo mismo que a lo largo de un mes. “Ya no tenemos más ventiladores y nos quedan unos pocos aires”, agregó.
Para los shoppings, por el contrario, el calor atrajo gente pero no ventas. “Vienen de a montones pero nadie consume nada. Bah, en verdad sí, consumen aire acondicionado, pero eso es gratis”, se quejó un vocero de uno de los shoppings más tradicionales de la capital.
En cuanto a las consecuencias físicas del calor, el SAME informó que hasta las 20 horas de ayer se habían atendido un total de 215 personas, de las cuales cuatro continuaban internadas con un cuadro de deshidratación y fiebre, aunque según confirmó el director del Servicio, Germán Fernández, ningún caso reviste gravedad y es probable que se les dé el alta hoy.
El fin de semana no promete grandes cambios, a excepción de algunos posibles chaparrones aislados, los cuales poco van a incidir en la temperatura, que tiene una máxima prevista para hoy de 34 grados y para mañana de 31. El esperado alivio, anunciado por el Servicio Meteorológico unos días atrás para el sábado y que luego se pasó al lunes, volvió a postergarse hasta el martes, cuando según dicen los cada vez menos confiables especialistas, finalmente cambiará el viento hacia el sur.
Producción: Damián Paikin

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Una vez más, las fuentes fueron el único respiro de
los parques.
Pero la ciudad se mostró vacía.
 
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