SOCIEDAD

Una vacuna contra el sida logra buenos resultados

Aunque aún a nivel experimental, el resultado de la vacuna terapéutica abre importantes perspectivas. Los pacientes que la recibieron pudieron pasar casi un año sin recibir medicación.

 Por Pedro Lipcovich

Por primera vez, una vacuna terapéutica contra el sida dio resultados consistentes. El nuevo método se probó en forma combinada con los cócteles antivirales, del siguiente modo: a pacientes que, gracias a esas terapias combinadas, habían reducido al mínimo la cantidad de virus en su sangre, les dieron las nuevas vacunas y les suspendieron el cóctel; por efecto de la vacunación, algunos de ellos pudieron estar cerca de un año sin volver a necesitar la medicación habitual. El ensayo se hizo en Francia, sobre un grupo reducido de pacientes, y será seguido por una prueba de por lo menos dos años. “No es más que una lucecita”, previno una investigadora argentina que forma parte del equipo científico. Pero esa lucecita ilumina perspectivas de gran interés: la más concreta es la posibilidad de que, al menos para algunos pacientes, la toma diaria del cóctel terapéutico, con sus molestos efectos secundarios, pueda interrumpirse y retomarse periódicamente, lo cual además abarataría los costos totales; más ambiciosa, pero igualmente cierta, es la perspectiva de que vacunas terapéuticas perfeccionadas puedan llegar a sustituir a las actuales terapias combinadas. En todo caso, este primer éxito dará un fuerte impulso a la investigación en vacunas, tanto terapéuticas como preventivas.
El ensayo clínico se efectuó bajo responsabilidad de la Agencia Nacional Francesa de Investigación sobre el Sida (ANRS) y causó fuerte impresión cuando, ayer, fue presentado en la 10ª Conferencia sobre Retrovirus que se realiza en Boston.
Los vacunados fueron 118 pacientes que estaban ya en tratamiento con los cócteles antivirales de uso corriente, lo cual ya les había permitido hacer bajar la cantidad de virus en su sangre hasta niveles indetectables. Ya se sabe que estas terapias pueden retrasar indefinidamente la aparición de los síntomas del sida, pero que su interrupción suele provocar un rebote del virus que puede precipitar la enfermedad.
Les fueron aplicadas dos vacunas –cuyos nombres técnicos son Alvac VCP1433 y Lipo-6T–, preparadas a partir de fragmentos de la membrana del virus del sida. Las vacunas se administraron mediante inyecciones subcutáneas en los brazos, repetidas cuatro veces con intervalos de un mes. A una parte de los pacientes se les había administrado también un fármaco llamado interleukina-2, que en determinados casos actúa sobre el sistema inmunitario incrementando la producción de linfocitos CD4, que son los atacados por el VIH. En el 57,5 de los pacientes, y el 61 por ciento de los que habían recibido interleukina-2, se registraron respuestas inmunitarias, consistentes en la aparición de anticuerpos y la proliferación de células killer específicas contra el VIH.
El punto más fuerte de la investigación consistió en la suspensión planificada de los cócteles antivirales que los pacientes venían recibiendo. A un grupo testigo de pacientes no vacunados también se les interrumpió la medicación pero al poco tiempo –previsiblemente– hubo que restituirla debido a la reaparición del virus. En cambio, el 25 por ciento de los vacunados permanecieron, hasta ahora 48 semanas, sin medicación antiviral y con el VIH indetectable en su sangre.
“Nos proponemos continuar hasta dos años la experiencia con estos pacientes, para evaluar cuánto tiempo dura el efecto de la vacuna”, anticipó Michel Kazatchkine, director de la ANRS.
“Esto no es más que una lucecita”, aclaró desde Francia la científica argentina Alejandra Compagnucci, investigadora en la ANRS. “Pero es muy alentador”, agregó. Lo alentador es “haber establecido que efectivamente hay una respuesta positiva a la vacunación. Lo que esto demuestra es que hay que continuar con los ensayos sobre vacunas terapéuticas. Y es posible pensar en un futuro en el que los tratamientos empiecen con combinaciones de antivirales y continúen con vacunas, lo cual aliviaría los efectossecundarios, además de abaratar costos; o, incluso, en que las vacunas puedan utilizarse en lugar de las terapias actuales”.
“En todo caso, es probable que estos resultados alienten a otros laboratorios a insistir en los ensayos sobre vacunas, tanto terapéuticas como preventivas; muchos de estos proyectos se habían interrumpido por falta de resultados positivos, y los datos que ahora se presentan, aunque sean preliminares, estimulan a los investigadores a reexaminar las perspectivas de las vacunas”, comentó la investigadora argentina.

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La prevención sigue siendo fundamental ante el sida.
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