SOCIEDAD › INTENTO FRENAR UN DESALOJO

Un cura detenido

Por intentar frenar el desalojo de una familia, un sacerdote de la localidad de Monte Comán, en el sur de Mendoza, fue detenido durante seis horas. La familia ocupaba una casa ubicada en un predio del ex ferrocarril. El cura denunció que el hecho “fue una carnicería” y que los agentes policiales lo golpearon. A las horas, el hombre fue liberado, pero quedó imputado por los delitos de obstrucción a la Justicia y resistencia a la autoridad.

El desalojo ocurrió el miércoles pasado, en el departamento de San Rafael, en un galpón en tierras ferroviarias. Allí vivía una familia integrada por cuatro adultos y cuatro chicos, entre ellos una beba de 15 días. Les habían dado un plazo para abandonar el lugar, pero no lograron encontrar un espacio para vivir. El cura Fernando Yáñez, a cargo del Hogar de Jóvenes San Luis Gonzaga, intentó evitar que esta familia quedara en la calle. El hombre explicó que se opuso a la orden “porque había chicos, entre ellos una bebé de 15 días”, y remarcó que la orden “no cumplía con la Ley 26.061” de Protección Integral de los Derechos de los Niños y Adolescentes.

Después hubo episodios de tensión con el personal de Infantería que se apostó en la vivienda para cumplir la orden judicial y los operadores del Hogar, que acompañaban al sacerdote. El abogado del religioso, Diego Sierra, precisó que, “ante el desalojo, el cura intentó mediar en esta situación”. Cuando la policía quiso entrar, “me paré y los empujé”, y ahí comenzaron los disturbios, contó Yáñez.

Entre forcejeos y golpes, el cura fue detenido. “Empezaron a disparar balas de goma, gas pimienta y varios de mis operadores (del Hogar) fueron atacados. Me pegaron por todos lados con bastones de goma. Me esposaron y estuve seis horas detenido”, contó a Página/12. A pesar de la resistencia, el desalojo se produjo en el antiguo predio ferroviario que el Onabe cedió a la policía local.

Ahora, los miembros de la familia están viviendo separados en varias casas de Monte Comán. Por medio de la Municipalidad consiguieron un terreno y les darían materiales para que construyan una casa, según averiguó este diario. En Villa Talleres, como se conoce al lugar donde se realizó el desalojo, hay varias familias de bajos recursos que viven en predios tomados y “nunca se ordenó un desalojo”, precisó Yáñez. El sacerdote cuestionó la medida, ya que podría obedecer a otros motivos, incluso personales. “Varias veces estuve como mediador, hace 30 años estoy acá, ahora me ocupo de los chicos –con conflictos con la ley y drogadependencia– ayudándolos a salir adelante.”

Informe: Soledad Arréguez Manozzo.

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Imagen: Gentileza Diario Los Andes
 
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