SOCIEDAD › EL PRIMER DíA DEL JUICIO MOSTRó CóMO ERA LA RUTA DE LA EFEDRINA

Un camino asfaltado y sin baches

El tribunal de San Martín leyó las acusaciones a los tres principales acusados, incluido el llamado “rey de la efedrina”. Se sospecha que hubo 93 envíos desde el aeropuerto de Ezeiza. Cómo funcionaba la sociedad; el papel de los mexicanos.

 Por Emilio Ruchansky

Fue necesario usar un carrito para trasladar la pila de expedientes de más de un metro, que conforma la megacausa conocida como “la ruta de la efedrina”. Ayer comenzó la segunda fase de este proceso, con la lectura de las acusaciones en el Tribunal Oral Federal 4 de San Martín y la presencia de los tres principales sospechosos: el mexicano Jesús “Chucho” Martínez Espinoza, Mario Segovia, apodado El Rey de la Efedrina, y Ricardo Martínez, padre del joven actor televisivo Mariano Martínez. El abogado de Chucho aseguró que éste era el dueño de la quinta-laboratorio en Ingeniero Maschwitz, aunque negó que allí se fabricara metaanfetamina. “Ha tenido comportamientos que pueden interpretarse como sinuosos, pero no es responsable de toda la andanada de imputaciones que se le hacen”, agregó Francisco Chiarelli. Chucho y el Rey están acusados de haber hecho 93 envíos de efedrina desde el aeropuerto de Ezeiza.

La primera fase de este juicio terminó el 18 de octubre de 2010 con las condenas de ocho ciudadanos mexicanos por fabricar metaanfetamina en la quinta de Maschwitz y también dos farmacéuticos vinculados con la compra y distribución de medicamentos con pseudoefedrina y efedrina, cuyas cajas vacías fueron halladas en dos casas del barrio cerrado Parque Irízar en Pilar. Estas casas, según se desprende de aquel fallo, fueron alquiladas por Martínez Espinosa. Otro de los condenados fue Mario Ribet, distribuidor farmacéutico, vinculado comercialmente con Segovia.

“Segovia, Martínez Espinoza y Ricky Martínez son enjuiciados ahora y no antes porque sus detenciones se dieron después que las del resto de las personas que fueron juzgadas antes”, aclaró a este diario el abogado Diego Storto, el otro defensor de Chucho, quien también representó a los ocho mexicanos condenados. Espinoza, agregó, también está acusado de ser “jefe” de una asociación ilícita para hacer envíos de efedrina simulados en botellas de vino que iban en equipaje de supuestos turistas a México. “Nada lo vincula a Segovia, sólo un puñado de efedrina que estaba en la quinta y que al parecer Segovia le compró a Ribet”, apuntó Storto.

La sociedad entre el llamado Rey de la Efedrina y Ribet superó la tonelada de efedrina. Este precursor químico, necesario para preparar metaanfetamina y regulado en México, era conseguido sin demasiados problemas por la falta de controles de la Sedronar, la secretaría antidrogas local, que está siendo investigada por este tema. Segovia usaba la identidad de Héctor Benítez (un preso en la cárcel de Sierra Chica) para adquirir esta sustancia y revenderla desde el laboratorio Galénika. Según se desprende del expediente, Segovia además traía y alojaba, con la complicidad de su primo, a mexicanos que luego cargaban la metaanfetamina. Dos de ellos fueron detenidos el 22 de noviembre de 2008 en el aeropuerto de Ezeiza. Tenían más de nueve kilos de metaanfetamina repartidas en bolsas marca Ziploc, cubiertas con papel carbónico, dentro de sus valijas. Primero dijeron que venían como turistas, pero sólo pasaron un día en la Argentina. Luego mencionaron al Rey de la Efedrina: aseguraron que les ofreció montar una fabrica de DVD. Habían hecho siete viajes en poco más de un año.

A Ricky Martínez se lo mencionó ayer como “el dueño de un galpón de Barracas donde se guardaba efedrina”. El padre del actor Mariano Martínez siempre aseguró que no sabía qué le enviaban en los barriles. En la acusación, también se afirma que el resto de la banda le pedía que “los ayudara a esconder aproximadamente unos 200 mil dólares por mes”, producto del lavado de dinero, y por eso se lo considera un “partícipe necesario”.

Según explicó a Página/12 una calificada fuente en la materia, la situación actual sigue siendo bastante similar a la ocurrida en 2008, año record en la importación desmedida y legal de efedrina. La resolución que involucraba el intercambio de información y controles entre varias agencias (Sedronar, Anmat, Aduana, entre otras) quedó desajustada tras la separación de los ministerios nacionales de Seguridad y el de Justicia.

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Mario Segovia, apodado El Rey de la Efedrina, conversa con su abogado durante el juicio.
 
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