SOCIEDAD › LOS JUECES ATRIBUYERON LA EMOCION VIOLENTA DE EDUARDO VASQUEZ AL ESTRES POR EL INCENDIO EN EL BOLICHE

El fantasma de la tragedia de Cromañón

El tribunal atenuó la pena al baterista de Callejeros por la muerte de su esposa, Wanda Taddei, al considerar que actuó bajo “emoción violenta”. Ayer fueron difundidos los argumentos del fallo. Los camaristas tuvieron en cuenta lo sucedido en Cromañón.

El Tribunal Oral Criminal 20 atribuyó la emoción violenta, principal atenuante que usó para imponer la pena de 18 años de prisión a Eduardo Vásquez por la muerte de su esposa Wanda Ta-ddei, al “importante estrés postraumático” que sufre el baterista de-sde la tragedia de Cromañón. Así lo establecieron en los fundamentos de la condena, difundidos ayer, los jueces Fernando Niño, Pablo Gustavo Laufer y Patricia Mallo, quienes describieron a Vásquez como un sujeto “aquejado” por lo ocurrido en Cromañón “con algunos rasgos fóbicos, como el miedo a la oscuridad y el de experimentar pérdidas, impulsivo, pero no violento”. Para los magistrados, más allá de las declaraciones de familiares y amigos de Taddei, no habría episodios de violencia entre el sentenciado y la víctima, tal como surge del relevamiento de los mensajes de texto entre ellos y de psicólogos y psiquiatras que los atendieron a ambos.

El fallo dedica las primeras cien páginas, de un total de 222, a describir la acusación, los alegatos y a relevar los dichos del padre de Wanda, Jorge Taddei, y de sus otros dos hijos, quienes manifiestan que Vásquez agredía física y verbalmente a su esposa. Los amigos del ex baterista de Callejeros dijeron todo lo contrario. “Estimamos juicioso señalar que, más allá de la mención como probanzas incorporadas al debate, no se dará protagonismo a los relatos introducidos por testigos que sólo han depuesto respecto de aspectos intrafamiliares de las familias Vásquez y Taddei”, aclararon los jueces.

Sí fueron tomadas en cuesta las declaraciones del personal médico del hospital Santojanni, donde fue atendida la víctima el 10 de febrero de 2010, y la opinión de distintos peritos psicólogos y psiquiatras. La versión del músico, la única disponible, ya que los balbuceos de la víctima antes de entrar en coma no resultan esclarecedores, fue la columna vertebral del análisis, ya que varios peritajes desmintieron su versión accidental y pusieron de relieve que no fue un cigarrillo lo que comenzó el fuego que hirió de muerte a Taddei, sino un encendedor que tenía el músico.

Relevados del secreto profesional, varios psicólogos y psiquiatras que atendieron al matrimonio aseguraron que no se había mencionado episodios de violencia por parte del condenado. “No era una persona agresiva ni nada parecido; sí impulsiva, que es una gran diferencia”, dijo Paola Szerman, psicóloga de Vásquez. La profesional comentó que el condenado tomaba medicación antidepresiva, tenía problemas de abuso de sustancias y que no reaccionaba de forma violenta a las peleas; sus impulsos, en estos casos, lo llevaban a dar una vuelta o irse a la terraza a tomar aire.

“No podía estar en lugares oscuros, le faltaba el aire, se agitaba, también (tenía) situaciones de estar hiperalerta o con miedo a que lo agredieran o insultaran, con momentos de flashback”, comentó esta profesional al describir los momentos previos a la sentencia por Cromañón. La psiquiatra Leticia Ríos de Jeszensky sostuvo que el músico “emocionalmente no podía tolerar que se apagara la luz”. Lo mismo aseguró el psiquiatra del SAME Luis Mosca.

La noche de la pelea entre ambos, según Vásquez, Taddei lo obligó a dormir en el comedor y en un momento apagó la luz, trauma que él intentó soportar haciendo ejercicios respiración para relajarse. Lo jueces creen que lo que siguió, en verdad, fue un ataque de ira bajo emoción violenta y no una discusión accidentada o un crimen premeditado, como planteó la querella al pedir la reclusión perpetua. La ira, según se desprende del fallo, se fue acumulando en los momentos previos, cuando el baterista fue a ensayar con su banda y Wanda, aparentemente enojada por la situación, lo llamó 27 veces en cuatro horas y le dejó 10 mensajes.

Los jueces consideraron que cuando él volvió a su casa, pese al consejo de unos amigos de no hacerlo por el enojo de Wanda, “hubo discusión, hubo pelea y después, hubo oscuridad”. “Una oscuridad vívidamente rememorada por Vásquez durante la inspección domiciliaria e incorporada a su relato ante esta sede como el hecho inmediatamente anterior al tramo en que ingresó en la escena la botella conteniendo alcohol”, remarcó el fallo. En aquella inspección, resaltaron, Vásquez “con un tono de voz cargado de emotividad” señaló el interruptor de la luz, que habría accionado Wanda.

“Se han dado, pues, los tres elementos que la ciencia describe para explicar la violenta emoción: la mera representación mental súbita de una situación disvaliosa, la intensa conmoción afectiva y la respuesta psicomotora, con inhibición de las funciones intelectuales superiores y predominio de la actividad automática y neurovegetativa”, aseguró el tribunal. Lo que ocurrió en los momentos siguientes también influyó como atenuante de la pena. Vásquez declaró que se quedó “congelado, quieto” y luego se lanzó “al intento de salvación de la persona con la que se había casado pocos meses antes”.

El hecho de que la llevara al hospital, sumado a la pérdida de sus padres, sus problemas de consumo de drogas y los esfuerzos por superarlos y el informe socio ambiental también actuaron como atenuantes.

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A Vásquez también lo benefició la atención que le brindó a Taddei tras prenderle fuego.
 
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