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El ministro de Salud, Ginés González García, informó ayer que “aunque el riesgo de colapso sanitario en Santa Fe ya pasó, aún queda el efecto tardío de la catástrofe: enfermedades mentales e infecciosas crónicas que dejan cola”. Tras visitar la zona afectada, ayer el ministro dio una conferencia de prensa y advirtió que “la emergencia continúa debido a la existencia de focos peligrosos de infección por las cloacas y depósitos de basura totalmente desbordados”. No obstante, aseguró que “la situación está controlada”, aunque –admitió– que el control no es total y se hace difícil entre quienes permanecen en los techos de sus casas y se niegan a abandonarlas.
Según el informe de situación oficial, presentado ayer por González García en el centro de Operaciones de Salud, montado en el ministerio para trabajar en conjunto con las autoridades santafesinas, el número de evacuados alcanzó anteayer su pico máximo: más de 50 mil personas distribuidas en 302 centros, donde las autoridades sanitarias trabajan para evitar un brote epidémico masivo a raíz de la contaminación de las aguas. El número no contempla los autoevacuados en los techos de sus viviendas o en casas de familiares, con lo que se estima que la cifra podría alcanzar los 100 mil.
Ante esta situación, el gobierno santafesino empezó a trabajar con lanchas y a entregar algunos medicamentos en cada techo aunque, según el ministro, “se está haciendo muy difícil trabajar en la prevención en esos casos porque la entrega de medicamentos requiere un control médico previo”. Lo cierto es que hasta ayer, a pesar de la disponibilidad de vacunas, todavía no habían sido alcanzados todos los centros de evacuados. Las cifras oficiales indican que hasta el domingo eran diez mil las dosis aplicadas entre los damnificados, especialmente contra el tétanos y la hepatitis A, dos de las enfermedades más riesgosas que pueden convertirse en epidemia debido a la gran cantidad de personas heridas y las aguas contaminadas. Aunque todavía hay stock de dosis en Santa Fe, el ministro anunció que hoy viaja con otras 20 mil para completar el plan de vacunación.
El funcionario remarcó que los mayores riesgos son los roedores y los insectos e informó que los alrededores de los centros de evacuados fueron rociados para evitar la reproducción de insectos transmisores de enfermedades y gérmenes en el agua. En tanto, aseguró que los diez casos de hepatitis y uno de varicela registrados hasta ahora “fueron controlados”.