A eso de las 16, unos 30 operarios de la Unión de Gestión Operativa Ferroviaria (Ugofe) levantaban las maderas que hicieron de piso para que una grúa pudiera pasar al lugar y remover la formación del tren de carga que había descarrilado a la madrugada. Una de las torres derrumbadas por el impacto estaba tendida en el piso: atravesaba de lado a lado la vía con varios cables pelados. Por eso, ayer el servicio estuvo suspendido hasta después de las 19. Para facilitar el viaje a los pasajeros, la empresa dispuso el servicio diésel de emergencia de manera condicional. “Las vías de ese tramo están renovadas”, sostuvo un vocero de Ugofe para despejarlas como posibles causantes del hecho.

El tren perteneciente a la empresa Ferrosur Roca (de Loma Negra) descarriló a la 1.45 cuando se dirigía desde el depósito del kilómetro 5 en Gerli hacia Cañuelas. Es justo en la esquina de 30 de Septiembre y Estrada, en el límite entre las localidades de Turdera, Temperley y Adrogué. Allí hay un paso peatonal y las vías se bifurcan en una curva con destino a Glew-Korn o a Ezeiza. Todo el servicio, incluido el tramo hacia Bosques, debió ser interrumpido debido a que la formación de siete vagones volcó, bloqueó los carriles y derribó dos torres de electricidad que quedaron tendidas en el suelo.

Para conocer las causas de lo ocurrido, la Secretaría de Transporte de la Nación junto con la Comisión Nacional del Transporte realizaban peritajes en el lugar, pero al cierre de esta edición no se difundieron aún las conclusiones. “Los operarios hicieron dos trabajos: ajustar la vía a su geometría correcta y reparar la provisión de energía porque dos torres catenarias fueron derrumbadas por el tren”, explicó el gerente de relaciones institucionales de Ugofe, Eduardo Montenegro.

“A las 19.15 el servicio de trenes eléctricos de la Línea General Roca fue reestablecido luego de que culminaran los trabajos de reparación de los daños producidos por el descarrilamiento de un tren carguero”, informaron en un comunicado. Aun así, Montenegro aclaró que “puede llevar un par de horas para que se cumplan los horarios normales”.

El Roca “dispuso servicios diésel adicionales y de emergencia que recorrieron el tramo Constitución-Temperley a los efectos de paliar la interrupción de los ramales eléctricos, pero esta oferta podría resultar insuficiente”. Es que, pese a que el tren paraba en todas las estaciones, no había horarios fijos.

Como consecuencia de la falta de servicio ferroviario, los colectivos que unen la Ciudad de Buenos Aires con el conurbano sur se movilizaron atestados de gente. El principal foco de amontonamiento fue en las paradas frente a la estación de Temperley, sobre la avenida Meeks, donde los pasajeros se disponían a esperar algún 165 o 318, que los alcanzara hasta destino. Al igual que sobre Alsina o Hipólito Yrigoyen. En Constitución, los carteles que asignan andén y horarios de salida de los trenes estuvieron apagados durante la tarde, por lo que quien pretendía viajar sólo esperaba que una voz desde los parlantes anunciara el próximo servicio.