SOCIEDAD › EN EL DíA MUNDIAL DEL ACV, UN DOCUMENTAL EN EL CANAL ENCUENTRO

Cuando el cuerpo da el alerta

Un documental argentino será emitido hoy a las 22, por Canal Encuentro, para informar a la población sobre cómo reconocer las señales de alerta sobre esta enfermedad, cómo prevenirla y qué tratamiento y cuidados posteriores son necesarios.

El Ataque Cerebrovascular (ACV) es la primera causa de discapacidad y la tercera de muerte, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se produce por una falla de irrigación en el cerebro, debido a la obstrucción o ruptura de vasos sanguíneos que suministran oxígeno y nutrientes al cerebro, lo que provoca la muerte de las neuronas. En la Argentina, cada cuatro minutos una persona es víctima de esta enfermedad que puede tratarse y, sobre todo, prevenirse. En conmemoración del Día Mundial del ACV, que se celebra hoy, testimonios de varias personas que superaron esta patología y médicos dedicados a tratarla fueron recopilados en el primer documental argentino que será emitido a las 22 por Canal Encuentro, con el objetivo de informar a la población acerca de la importancia de reconocer las señales de alerta sobre esta enfermedad, cómo prevenirla y qué tratamiento y cuidados posteriores son necesarios.

“El ACV es un déficit cerebral originado bruscamente y que se manifiesta porque hay una pérdida de una función cerebral”, señaló a Página/12 Pedro Lylyk, neurocirujano y presidente de la Fundación para el Estudio de las Neurociencias y Radiología Intervencionista (Feneri), que participó en la coproducción del material audiovisual. “Puede producirse por dos factores: el primero, porque el cerebro necesita sangre y si la llegada de ésta es interrumpida porque hay un coágulo que obstruye una arteria, se producirá un ataque cerebral isquémico o infarto cerebral (80 por ciento de los casos). También puede darse que un exceso de sangre provoque el estallido de una arteria y fluya la sangre hacia fuera, lo que llevará a un ataque cerebral hemorrágico o derrame cerebral”, añadió el neurocirujano.

En la Argentina hay cerca de 120 mil casos nuevos de ACV por año y la mayoría de las personas desconoce los aspectos de la enfermedad, por lo que Lylyk recomendó “estar atentos a los dolores de cabeza fuertes, a las pérdidas bruscas y temporales de la visión, a la aparición inesperada de problemas para hablar o entender, a la pérdida del equilibrio y a una parálisis o cosquilleo en brazo y pierna de un solo lado del cuerpo, para poder ir rápido al neurólogo y averiguar si hay algún riesgo de ACV y tratarlo en las primeras ocho horas posteriores al episodio, para poder recuperar íntegramente el cerebro”. Asimismo, Lylyk dijo que “el ACV puede prevenirse, controlando los factores de riesgo vascular: hipertensión arterial, sedentarismo, obesidad, tabaquismo, diabetes, colesterol alto, consumo de alcohol y drogas”.

Por su parte, Fernando Cáceres, médico neurólogo y director del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba), afirmó a este diario que “un ACV puede dejar secuelas físicas, cognitivas o trastornos en la conducta del paciente, si el paciente no llega a tiempo al médico”. “Al llegar a una urgencia, vemos cómo está la presión arterial, practicamos exámenes neurológicos y si ahí el médico detecta signos que pueden estar relacionados con un ACV, envía al paciente a realizarse los primeros estudios de diagnósticos por imágenes –la tomografía computada del cerebro o la resonancia magnética funcional– que sirven para detectar un ataque cerebral isquémico o hemorrágico y así certificar el diagnóstico”, agregó.

Asimismo explicó que “es muy elevada la probabilidad de repetir un ACV si no se corrigen los factores de riesgo”. “Cuando el paciente y su entorno están en manos del equipo interdisciplinario de Neuro-Rehabilitación, es quizás el momento más oportuno para iniciar esos cambios de hábitos de vida, que son tan necesarios para el buen pronóstico y para no tropezar dos veces con la misma piedra”, expresó Cáceres.

Una de las personas recuperadas que aportó su testimonio en el documental es el sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff, de 75 años, quien sufrió un ACV cuando tenía 68. “La primera señal fue un dolor de cabeza profundo, como nunca había sentido. Estaba con mi señora, empecé a decir cosas incoherentes y luego perdí el conocimiento. Estuve cuatro meses internado y tardé casi un año para recuperarme con tratamientos de reeducación neurolíngüística”, relató el hombre a este diario. “Mi error es que estaba tomando una medicación para controlar la presión arterial y una vez que logré controlarla la abandoné, en un tratamiento que deber ser de por vida para evitar que se generen coágulos”, añadió.

En tanto, Viviana Fornasier, de 47 años, una analista de sistemas que hace dos años sufrió un ACV, dijo que “tuvo un fuerte dolor de cabeza, se le nubló la vista y sintió que se le paralizó la parte izquierda del cuerpo. Estuve un año en tratamiento y hoy puedo decir que volví a vivir”. Ana Ribotta, una ama de casa cordobesa de 59 años que sufrió un ACV a los 43, cuenta en el documental que antes de padecer ese episodio su cuerpo fue expresándose durante toda la mañana. “Me sentía muy rara, como si no fuera yo, arrastraba la lengua al hablar y sentía que tenía la mirada perdida.” La mujer recuerda que ese día la habían visitado familiares que tampoco reconocieron los síntomas. “Cuando se fueron de mi casa, yo quise lavar una papa, y al tomarla con la mano izquierda, la papa se me cae; la levanto y se vuelve a caer, y ahí fue cuando la angustia me invadió por completo, porque recordé la taza de café que se le había caído a mi tía cuando sufrió un ACV. Llamé a mi médico, me pide que acuda ya a la clínica y ahí me detectan un coágulo que estaba provocando un ACV que lo trataron a tiempo con éxito, por el cual no necesité rehabilitación.”

“Lograr que un paciente que pasó por un ACV se muestre en un documental recuperado y hable del tema es importantísimo para concientizarnos de que debemos estar alerta ante los síntomas de un ataque cerebral, para tratarlo a tiempo”, dijo Lylyk.

Informe: Sabrina Améndola.

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“Es un déficit cerebral originado bruscamente y que se manifiesta con una pérdida de una función cerebral.”
Imagen: Corbis
 
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