SOCIEDAD › OTRA PRECIPITACIóN INTENSA HIZO COLAPSAR LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Va a estar bueno pero si no llueve

Bastaron unos minutos de lluvia para que barrios enteros quedaran anegados. Vehículos arrastrados, cortes de luz, subtes parados, semáforos sin servicio y mucha agua dentro de comercios y viviendas encendieron la bronca de los vecinos.

Por tercera vez en poco más de un mes, gran parte de la ciudad de Buenos Aires volvió a quedar bajo el agua tras apenas unos minutos de lluvia. Luego el agua escurrió, pero los estragos provocados quedaron a la vista y sus consecuencias se sintieron en las horas posteriores: cortes de luz, semáforos fuera de servicio, decenas de autos arrastrados por el agua, líneas de subte paralizadas, demoras en los vuelos y embotellamientos descomunales en los principales accesos y salidas ocasionaron un malhumor generalizado. Muchos vecinos vieron entrar el agua en sus casas por primera vez. A la lluvia torrencial (112 milímetros en una hora, promedio) se agregaron como causa el lento escurrimiento por los sumideros (ya sea por acumulación de basura o por falencias en el mantenimiento), el exceso de pavimento y el ya conocido retraso en las obras hidráulicas. Ante versiones de que se encontraba fuera del país, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, se mostró en fotografías y comunicados que lo ubicaban recorriendo las zonas anegadas.

Ayer llovió con intermitencias desde la madrugada, pero alrededor de las 16 se desató una tormenta torrencial que en pocos minutos anegó calles y veredas: se hacía imposible cruzar una arteria sin sumergir los pies en el agua en barrios que no suelen padecer ese fenómeno. Y la circulación de vehículos, aunque fuera a marcha lenta, bastaba para descargar una ola sobre los transeúntes.

En los últimos 38 días se registraron en la ciudad fenómenos similares. El primero fue el 29 de octubre; el segundo, menos de dos semanas después, el 9 de noviembre. En todos hubo anegamientos que provocaron el colapso de la ciudad y los consiguientes trastornos a quienes transitaban por ella.

Ayer, el paisaje veneciano volvió a repetirse en la calle Blanco Encalada y Cabildo, aunque esta vez se extendió a cuadras vecinas. Para cruzar la avenida hubo que hacerlo con el agua a la cintura, aferrándose a una soga, extendida por personal de Defensa Civil. Hubo vecinos incluso que salieron a navegar en kayak, como pudo verse en una imagen de TV (ver nota aparte). Allí, el agua alcanzaba una altura de 80 centímetros.

Las intensas lluvias también afectaron a la localidad de Avellaneda, donde la avenida Pavón quedó anegada frente a la estación y hubo unas cuarenta familias evacuadas, confirmó a Página/12 el intendente Jorge Ferraresi.

En la ciudad de Buenos Aires, además del barrio de Belgrano, se inundaron los puentes bajo nivel de la calle Yatay, en Caballito, y Salguero, en Almagro. En Villa Crespo, los comerciantes buscaban sacar el agua de adentro de sus locales, mientras bomberos y personal de Defensa Civil intentaban limpiar los sumideros y las bocas de tormenta.

“Parece increíble pero cada vez que llueve los porteños somos víctimas de las inundaciones por falta de obras y el pésimo mantenimiento de los sumideros”, reclamó Eduardo Epszteyn, miembro de la Auditoría de la Ciudad. “Calles y barrios enteros quedaron anegados pocos minutos después de que empezó a llover”, agregó.

Todas las líneas de subte quedaron suspendidas tras los primeros minutos del diluvio. Luego, el servicio se restableció parcialmente: anoche no funcionaban los ramales A, C y D, y la línea B realizaba un servicio condicional entre las estaciones Leandro N. Alem y Angel Gallardo; respecto de los ferrocarriles, la línea Mitre estaba interrumpida en forma total en los ramales Retiro-José León Suárez y Retiro-Mitre, al igual que el ferrocarril Urquiza, por anegamiento en las vías.

También estaban inundados la Avenida del Libertador, a la altura de Mariscal Ramón Castilla, en Palermo, a metros de la casa de Macri; Figueroa Alcorta, en la zona del barrio River –donde por la calle Lindoro Quinteros el agua superaba los 40 centímetros–: allí no se cortó el tránsito y los colectivos generaban un oleaje que hacía ingresar el agua dentro de las viviendas.

Según el director de Defensa Civil de la Ciudad, Daniel Russo, en Belgrano las zonas más comprometidas fueron los cruces de Blanco Encalada y Ciudad de La Paz, y Blanco Encalada y Cramer. Otros barrios afectados fueron Devoto, Núñez, Almagro y Floresta, mientras que en el conurbano los anegamientos se registraron en Avellaneda, Quilmes, La Matanza, Santos Lugares y Vicente López. De acuerdo con un informe del gobierno porteño, Colegiales fue el barrio donde más agua cayó: 157 milímetros en una hora. Le siguieron Palermo, con 150; Recoleta, con 123; Boedo y Villa Ortúzar, con 110; Mataderos, con 70, y Parque Avellaneda, con 56.

Atento a las críticas recibidas en ocasiones anteriores, Macri informó que había presidido el comité de emergencia que se reunió en la sede comunal y recorrió zonas afectadas por el temporal. Por las dudas, en el sitio de la Ciudad se publicó una foto del jefe de Gobierno junto a la anegada Avenida del Libertador.

La Panamericana, en tanto, se inundó en varias zonas, por ejemplo, a la altura del puente Márquez, por lo que el tránsito fue demorado y varios automóviles quedaron atascados por el agua, mientras que en la autopista Buenos Aires-La Plata hubo cierre de algunas bajadas y un piquete a la altura de Quilmes. También presentaba inconvenientes, en todo su recorrido, la avenida General Paz.

El gobierno bonaerense activó un plan de contingencia y monitorea las cuencas Matanza-Riachuelo y Luján, ante las intensas lluvias caídas ayer por la tarde, informó Luciano Timerman, coordinador del Consejo Provincial de Emergencias del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia.

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Imagen: DyN
 
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