SOCIEDAD › DETUVIERON A UN ENFERMERO POR LA MUERTE DEL CARDIOLOGO

Otro guardapolvo blanco en la mira

El segundo detenido trabajaba en el Tornú junto al médico Morelli. Un día antes del crimen se atendió con Martínez Martínez.

 Por Horacio Cecchi

La misteriosa sombra buscada bajo cielo y tierra en el caso Martínez Martínez ayer tuvo nombre y apellido, y se agregó como segundo detenido sospechado del crimen del cardiólogo. Se trata de Claudio Omar Balena, enfermero de terapia intensiva del Hospital Tornú, lugar donde coincidía con el médico detenido Norberto Morelli. Según la esposa del médico asesinado, un día antes del crimen Balena pasó como paciente por el consultorio de Martínez Martínez. A la mujer le llamó la atención que abonara sin chistar los 150 pesos de la consulta porque no parecía de un perfil pudiente. La mujer sostuvo que lo acompañaba otro personaje que se quedó en la puerta y miraba todo el tiempo para adentro. En otros ambientes alejados del Tornú, Balena tiene un apodo: le dicen “Malena” y es jefe de la barra brava de Platense. Como “Malena”, tiene un proceso por lesiones y una denuncia por amenazas. Como Balena, no está procesado pero sí vinculado a la compra de un bebé. En esa causa, por el momento, el procesado no es él sino Morelli.
Claudio Omar Balena, de 39 años, es enfermero en el Tornú. Su edad, 39 años, no es la única coincidencia existente con el cardiólogo detenido, Norberto Morelli –cuya historia y paradojas fueron reveladas por Página/12 en la edición de ayer–. Balena trabaja en la misma unidad de terapia intensiva que el médico detenido. También está sospechado en una causa de sustracción de bebé que investiga el juez Jorge Ballestero, y en la que Morelli fue procesado: su firma aparecía en la partida de nacimiento trucha junto a la de una médica, cuya firma, según las pericias caligráficas, habría sido truchada por el procesado.
La jueza María Cristina Bértola, que investiga el crimen de José Martínez Martínez, puso la lupa en esa causa y de allí surgió la sombra de Balena. Para confirmar las sospechas, la esposa del cardiólogo asesinado, que oficiaba de secretaria, reconoció al enfermero como un paciente que había pasado un día antes del crimen por el consultorio. A la mujer le llamó la atención porque no coincidía su perfil con el de una persona que pudiera pagar los 150 pesos de la consulta. Sin embargo, el paciente los pagó sin chistar. Según fuentes del caso, Balena estaba acompañado por otro personaje que se mantuvo en la puerta del consultorio y miraba todo el tiempo hacia dentro. No le fue difícil a la mujer reconocer a Balena: además de su estatura, 1,75 metros, tiene el cráneo rapado.
Pero en Vicente López, más precisamente en el Club Platense, a Balena lo conocen con el apodo de “Malena”. Y no precisamente por cantar tangos. “Malena” es jefe de la barra brava calamar, puesto que comparte con Juan Carlos Rico. Como cúpula tiene una tendencia cientificista: “Malena” es enfermero y Rico, ortodoncista. A la base marginal de la barra no le cae bien tanto título profesional y los dos muchachos deben navegar su liderazgo como una tabla de surf en medio de un mar picado.
Como “Malena”, Balena tiene un proceso por lesiones. Hace un mes y medio, el equipo de infantiles de Almirante Brown fue a jugar de visitante con Platense. Tiempo antes, los barra de Brown se dirigían a Tigre y, de paso por la sede calamar, la balearon. A los muchachos les quedó la sangre en el ojo y se desquitaron ese día. No con los infantiles, una barbaridad inadmisible entre barras, sino con sus padres que habían concurrido sin la protección de sus correspondientes barras. “Malena” Balena fue procesado por lesiones. Pero el club que decía proteger denunció al capo barra por amenazas. No por los daños recibidos por los pater brownenses sino porque en otra ocasión partió de un puñetazo la puerta de la confitería. En el club a “Malena” no lo recuerdan armado. “Pero son chicos muy pesados”, señaló un conspicuo socio calamar.
En la causa por sustracción de bebé, Balena está sospechado de haber realizado el contacto con la madre, que en primera instancia entregó a su hijo, con la compradora, y del arreglo con los médicos. Ayer, luego de ser detenido, Balena declaró ante la jueza Bértola. Negó vinculación con el caso. Dijo que a la hora del crimen estuvo en un gimnasio de Belgrano. Se ve que el lugar no era muy concurrido porque no pudo aportar testigos que confirmaran su coartada.

Compartir: 

Twitter

El enfermero preso fue como paciente al consultorio de la calle Junín del cardiólogo Martínez Martínez.
Lo acompañó otro hombre que se quedó parado en la puerta y miró todo el tiempo para adentro.
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.