SOCIEDAD › EL EX SECRETARIO SCHIAVI PRESENTó UNA DENUNCIA PENAL CONTRA EL JUEZ CLAUDIO BONADíO

Muestra perdida en la causa de Once

El denunciante pidió que se le hiciera un nuevo test de alcoholemia al motorman, pero las muestras ya habían sido destruidas. Schiavi pretendía demostrar que el maquinista ingirió alcohol. Un querellante piensa que por eso podría anularse toda la causa.

El ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi denunció penalmente al juez federal Claudio Bonadío, a quien hace responsable por la pérdida de “remanentes de sangre y orina” extraídos en su momento al motorman Marcos Antonio Córdoba, conductor de la formación ferroviaria que protagonizó la tragedia de Once, ocurrida el 22 de febrero de 2012, en la que murieron 51 personas. Schiavi, imputado en la causa, aseguró que lo ocurrido “es gravísimo” porque esas muestras podrían demostrar que el maquinista ingirió alcohol y eso sería “de gran utilidad para la instrucción suplementaria (del caso) y el debate oral”. Fuentes judiciales le dijeron a este diario que el día del hecho se tomaron dos muestras de sangre, por orden de Bonadío. Una se hizo por intermedio de la ART de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) y la otra a través de la Policía Federal. Una de las muestras se utilizó para la prueba de alcoholemia, y la otra se envió a la Morgue Judicial para su conservación, pero “lo que ocurre es que allí se guardan sólo por seis meses y después se tiran, salvo que alguna de las partes solicite que se conserven; se está pidiendo una nueva prueba más un año y medio después”.

Córdoba fue sometido a un análisis toxicológico que estableció que tenía 13 miligramos de alcohol por decilitro de sangre, pero la contraprueba determinó que ese valor “equivalía a cero por estar debajo del umbral de sensibilidad del método empleado”, según dijo Schiavi en su presentación. El ex funcionario solicitó ahora un tercer examen “para ser realizado como prueba en el juicio, pero el Tribunal Oral Federal Nº 2 informó que los restos de sangre y orina habían sido destruidos”.

Según lo expuesto por Schiavi, “de aceptarse que realmente había 13 miligramos por decilitro” en el momento en que le fue extraída, varias horas después del accidente –el motorman había quedado atrapado en la máquina–, mediante “una fórmula matemática conocida como Widmark, puede llegar a estimarse científicamente” que el conductor tenía “una cantidad de alcohol significativamente mayor a la hora del choque”. Estimó incluso que tendría “(entre 36 y 50 mg/dl a las 8.30 AM) y mayor aún a la hora en que tomó servicio (entre 46 y 65 mg/dl a las 7.40 AM)”.

Schiavi afirma que “con una proporción de alcohol de 15 mg/dl en sangre ya disminuyen los reflejos, con 20 mg/dl falta capacidad para apreciar las distancias, con 30 mg/dl se registran trastornos motores y euforia, desinhibición y perturbaciones leves en la conducta, con 50 mg/dl aumenta el tiempo de respuesta y ya con 80 mg/dl se pasa a comportamientos de confusión, desorientación e incoordinación”,

Las fuentes judiciales, mientras tanto, aseguraron que, aunque se hubieran resguardado las muestras, “no hubiera salido nada, porque en un año y medio o dos años, el alcohol se oxida con el aire y en los exámenes no sale nada”. El argumento de Bonadío, respecto del punto en cuestión, es que Córdoba “no tenía rastros de alcohol en sangre, porque así lo determinó el bioquímico que analizó la prueba”.

Ante la denuncia de Schiavi, el abogado Gregorio Dalbón, querellante en la causa en representación de 400 víctimas, sostuvo que el ex funcionario tiene “todo el derecho a presentar su denuncia y, de ser cierta, esto sería un escándalo porque ya la instrucción del juez Bonadío fue pésima y ahora podría significar la nulidad de todo lo actuado y la postergación del juicio oral”. De todos modos, puntualizó que “en este caso, con la pericia técnica realizada, que indicó que los frenos funcionaban bien, está claro que hubo un error humano, como ocurre en el 98 por ciento de los accidentes de este tipo”.

“Lo que nosotros queremos de este juicio es que se sepa la verdad, no queremos venganza. Las responsabilidades políticas ya se señalaron con la renuncia de Schiavi y hay funcionarios involucrados en otra causa, en la que se investigan posibles actos de corrupción con los subsidios a las empresas y que podrían haber dado lugar al enriquecimiento de funcionarios políticos”, recalcó Dalbón. “En Once hubo error humano y eso es lo que estamos tratando de demostrar”, concluyó el querellante.

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El análisis toxicológico estableció que Córdoba tenía 13 miligramos de alcohol por decilitro de sangre.
Imagen: EFE
 
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