SOCIEDAD › SE INICIA EL JUICIO POR LA MUERTE A PATADAS DE BARROS CISNEROS

Seis guardiacárceles en el banquillo

El juicio por torturas seguidas de muerte de Patricio Barros Cisneros, detenido en la U46 de San Martín, ocurrida el 28 de enero de 2012, comenzará hoy. Seis guardias llegan acusados, uno está prófugo y otro se ahorcó. El día que murió, Barros Cisneros recibía a su novia embarazada y solicitó para ella un lugar privado y con sombra. El pedido no sólo le fue denegado, sino que los guardias lo esposaron delante de su pareja y lo molieron a patadas hasta matarlo. La defensa de los penitenciarios sostiene que el preso murió por golpes autoinfligidos. El caso llegó a la CIDH, que ya había ordenado protección a 1500 presos del SPB.

El de Patricio Jonathan Barros Cisneros es un caso paradigmático de la suerte del preso en las cárceles. Su cuerpo resumió los golpes de la violencia carcelaria; en este caso, de la U46 de San Martín. También muestra la capacidad judicial para aceptar sin más los testimonios de los custodios y desacreditar de inmediato los de familiares y allegados, además de facilitar la fuga de los sospechados.

Barros Cisneros estaba detenido en la U46, en el Complejo San Martín del SPB, ubicado junto a la Ceamse, frente al Camino del Buen Ayre. El sábado 28 de enero de 2012 lo fue a visitar su pareja, una chica de 19 años que estaba embarazada de cuatro meses. El día era caluroso y la joven había pasado tres horas de cola tras superar la requisa. Barros Cisneros pidió un lugar techado y privado para recibirla. La guardia rechazó el pedido y el preso reclamó. La discusión subió de tono y se desató el correctivo. A tal punto está naturalizado el maltrato que decenas de presos, la propia novia y unos cuantos guardias fueron testigos de los golpes que recibió el reclamante, producto de los cuales murió casi de inmediato.

Los guardias dijeron que Barros Cisneros, encolerizado, se golpeó solo la cabeza contra las rejas hasta matarse. El fiscal Carlos Insaurralde, en principio, consideró la versión penitenciaria y descartó la del resto de los testigos. Pero de la autopsia surgió que tenía más de treinta golpes en el cráneo y el rostro, con hundimiento del globo ocular izquierdo y decenas de lesiones en brazos y piernas, “compatibles con mecanismo de defensa frente a un ataque”. Insaurralde fue apartado y sumariado. El caso pasó al fiscal Nº1 Héctor Scebba, quien imputó a Héctor Mario, Rodrigo Chaparro, Gerardo Luna, César Benítez (que para entonces ya se habían fugado), Víctor Silva, Miguel Gallego, Claudio Keem (quien llegará al juicio en libertad) y a Juan Liberto. Entre agosto de 2012 y junio de 2014, salvo Benítez, se habían entregado o capturado los prófugos. Silva apareció ahorcado en su celda. Los presentes enfrentarán los cargos de torturas seguidas de muerte ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 de San Martín, que abrirá su audiencia hoy con al menos seis penitenciarios sentados en el banquillo de los acusados y los familiares de Patricio Barros Cisneros sentados como querellantes, junto a la fiscalía.

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