SOCIEDAD › LA GEóGRAFA PATRICIA PINTOS DESMENUZA LAS CAUSAS DE LAS INUNDACIONES EN LA PROVINCIA

“Esto ocurre cuando decide el mercado”

La investigadora explica que hay una suma de razones, pero que se cruzan dos principales: los canales clandestinos que hacen los ruralistas y la construcción de barrios privados sobre humedales. Y advierte sobre la permeabilidad de municipios a los intereses inmobiliarios.

 Por Carlos Rodríguez

“En las inundaciones ocurridas en octubre y noviembre del año pasado, y en las que están ocurriendo ahora, no hay un problema único”, le dijo a Página/12 la geógrafa Patricia Pintos, del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata. “La meteorología, cuando hay un período largo de días con precipitaciones, es uno de los factores, pero esto se agrava por la apertura de canales clandestinos que abren los productores para escurrir la acumulación de agua y salvar sus cosechas, más las habilitaciones que permiten la construcción de barrios privados sobre los humedales”, espacios naturales que escurren y frenan el avance de las aguas, del hoy desbordado río Luján, hacia las zonas pobladas.

Patricia Pintos, coautora del libro La privatopía sacrílega. Efectos del urbanismo privado en la cuenca baja del río Luján, puntualizó que “el caudal extraordinario” de agua caída en una semana es “un factor climático dominante” que se vio “potenciado por una serie de transformaciones en la cuenca alta y en la cuenca baja” de ese curso de agua. Señaló, por un lado, que hay “una clara incidencia de un volumen extraordinario de agua proveniente de los canales clandestinos construidos por los productores para evacuar el excedente de agua” que afecta a sus cosechas.

Explicó que se trata de “canales clandestinos” porque “para abrir un canal en un campo hay que solicitar un permiso (del municipio) y esperar la habilitación correspondiente, cosa que no está ocurriendo y que demuestra también la ausencia del poder de policía de las autoridades provinciales y municipales”.

Al referirse a lo que está ocurriendo en la cuenca baja del río Luján, es necesario reparar en la constatación del “incremento de las urbanizaciones cerradas que avanzan sobre los humedales, que son las áreas adyacentes o próximas al río, que sirven en situaciones de crecientes como un espacio para la navegabilidad del río”. Resaltó que los humedales son “planicies del sistema hídrico que deberían permanecer intactos para amortiguar el avance de las aguas” cuando se desbordan.

Recordó que “desde fines de los noventa, el modelo urbanístico del mercado inmobiliario impulsó la idea de ‘acercarse al río’, sin tener en cuenta las modificaciones y transformaciones porque han cambiado la morfología del lugar, provocando movimientos de suelo sobre los humedales que alcanzan alturas de cuatro a seis metros, por encima de la altura del humedal, para levantar allí los barrios privados”. Estimó que en los últimos 15 años se han levantado “más de 60 urbanizaciones que han ocupado unas 9200 hectáreas de humedales”.

“La proliferación de urbanizaciones provocaron todos esos movimientos de suelos, estrangulando el cauce normal del río Luján y achicando las posibilidades de drenaje” natural de las aguas, resaltó Pintos en diálogo con este diario. “La ciudad de Luján se ha inundado siempre, pero antes el agua escurría en forma rápida; ahora necesitan mucho más tiempo como consecuencia del estrangulamiento que ha sufrido el cauce del río. Lo que está pasando es una acumulación de agua extraordinaria porque se ha modificado el régimen de escurrimiento del río.”

Subrayó a continuación que lo que sucede “lejos de haberse estabilizado, es una tendencia que se está consolidando”, señalando como ejemplo un nuevo emprendimiento inmobiliario de magnitud, en el partido de Tigre, que se llama Remeros Beach. Son barrios cerrados próximos al río que cuentan con lagunas artificiales entremezcladas con la edificación. Para ejecutar las obras de esas lagunas, se sacan materiales que luego conforman verdaderos diques de contención que, para salvaguardar a los barrios del avance del río, terminan derivando hacia los barrios del área metropolitana que ahora están inundados.

Patricia Pintos advirtió que “es muy importante hablar de las causas” que hicieron posible la proliferación de los barrios privados que se levantan hoy sobre los humedales. Consideró que esto se debe a la existencia de “municipios absolutamente permeables a los requerimientos del mercado inmobiliario”, situación que “ha puesto en juego al conjunto de bienes comunes de la sociedad metropolitana, como es la destrucción de los humedales, creando una situación de gravedad que, en principio, es irreversible”.

Para la entrevistada, lo que ha sucedido es “un problema de gestión del territorio y por esa razón, los municipios tienen que volver a ocuparse de planificar el crecimiento de la ciudad y no dejarlo librado a los designios del mercado; éstas son las cuestiones de fondo que no se discuten cuando ocurren estas inundaciones”. Insistió en que “el tema central es la gestión del territorio y lo que hay que discutir es en qué medida las decisiones que se toman están orientadas al interés común o si por el contrario, sólo favorecen los intereses del mercado”.

“Lo que esperamos fervientemente quienes participamos de este tipo de trabajos es que se tome la decisión de no habilitar nuevos barrios privados sobre los humedales; esto es algo que se tiene que prohibir. Al respecto existen varios proyectos presentados por grupos de vecinos afectados y organizaciones de la comunidad, tanto en Escobar como en Tigre, proyectos que hoy duermen el sueño de los justos” sin ser considerados en los Concejos Deliberantes de esos distritos.

Agregó que en Pilar, una ordenanza de 2012 prohibía la construcción de barrios privados sobre los humedales. “Durante años nunca fue tenida en cuenta y finalmente fue derogada el año pasado; en forma coincidente se aprobó la localización de una organización que se llama Verazul, lo que hace pensar que se está velando por el interés del capital; tenemos que aprender de estas cosas que están sucediendo y ser consecuente con los actos que se realizan y que no contribuyen al bien de la comunidad”.

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“Luján se ha inundado siempre, pero antes el agua escurría en forma rápida”, dice Patricia Pintos.
Imagen: EFE
 
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