SOCIEDAD › IBARRA PROHIBIO LA VENTA DE ALCOHOL EN KIOSCOS Y MAXIKIOSCOS

Una nueva “ley seca” para la Ciudad

A través de un decreto de necesidad y urgencia, el jefe de Gobierno porteño restringió los lugares y horarios de expendio de bebidas alcohólicas. Duras críticas de kiosqueros: “Limita la libertad de comercio”, se quejaron.

 Por Mariana Carbajal

La ciudad de Buenos Aires ya tiene su “ley seca”. La impuso ayer el jefe de Gobierno porteño a través de un decreto de necesidad y urgencia. La nueva norma es más restrictiva que la aprobada un mes atrás por la Legislatura, que luego fue vetada por Aníbal Ibarra. Concretamente, prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en los kioscos, maxikioscos, estaciones de servicio y lavaderos de autos durante las 24 horas del día, incluso bajo la modalidad de delivery. Entre las 23 y las 8 sólo podrán venderlas restaurantes, bares, pizzerías y discotecas siempre y cuando sean para consumo dentro del local. En ningún caso podrán venderse para ser consumidas fuera del comercio. Sí, en cambio, tanto locales de comidas como almacenes y supermercados podrán expender más allá del toque de queda por medio del envío a domicilio. El decreto desató la ira del presidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), que acusó a Ibarra de tener “actitudes dignas de un gobierno dictatorial” y consideró que la norma “avanza sobre la libertad de comercio y las libertades individuales” y afectará a “un mínimo de 10.000 comercios” en la ciudad.
“¿Nosotros, los kiosqueros, somos los malos de la película? Sacaron un mamarracho como ley y ahora sacan un mamarracho de necesidad y urgencia. Que necesidad y urgencia tenía este señor (por Ibarra) para avanzar sobre las libertades individuales. Estamos hablando de la venta a mayores de 18 años. Nadie discute que esté prohibida a menores”, disparó, cargado de bronca, Eduardo Medaglia, titular de la UKRA, que agrupa a más de 100.000 kioscos de todo el país.
Anoche, el gobierno porteño informó que la normativa no empezará a regir a los 10 días de publicada en el Boletín Municipal, como establece el texto del decreto, sino que existirá un “período de adaptación” –cuya duración se definirá hoy– durante el cual sólo se aplicarán “advertencias”. No obstante, se aclaró que a los comercios que reincidan y tengan más de una advertencia se les podrá quitar la habilitación. El control correrá por cuenta de inspectores comunales. El decreto deberá ser ratificado por la Legislatura dentro de los 30 días. En caso contrario, perderá vigencia.
El gobierno porteño fundamentó la normativa en “la absoluta necesidad de tomar urgentes medidas que pongan freno a la venta indiscriminada de bebidas alcohólicas para su consumo en la vía pública”; en los “conflictos” que genera la “costumbre” de beber en la calle “hasta altas horas de la noche” en las inmediaciones de locales bailables y kioscos que expenden alcohol; en el hecho de que “buena parte” de los accidentes de tránsito se produce con la participación de conductores que han consumido alcohol; y que tales conductas “elevan la sensación de inseguridad” de los vecinos. En ningún momento, se menciona que se trata de una medida que apunta a prevenir la adicción al alcohol en los jóvenes.
Sin embargo, el decreto aclara que la restricción favorecerá que se cumpla efectivamente con la prohibición de venta de alcohol a menores de 18 años, dispuesta desde 1997 por una ley nacional.
En diálogo con la prensa, Ibarra explicó el espíritu de la norma: “No estoy de acuerdo con la prohibición total, por convicción y porque genera un mercado negro. No hay que demonizar a las bebidas alcohólicas. Pero sí tiene que haber un acceso responsable por parte de los adultos. El Estado debe regular los horarios y lugares de venta a partir de una realidad que es el consumo masivo en jóvenes”. En ese sentido, comentó con preocupación que “habitualmente se atienden adolescentes con coma alcohólico” en las guardias de los hospitales, especialmente los fines de semana. “Así no se venden remedios en cualquier lugar, tampoco se venderá alcohol”, dijo.
Eligió la vía del decreto de necesidad y urgencia –el tercero en el año– para evitar que persista un vacío legal en la materia luego del vetodel Ejecutivo a la ley sancionada un mes atrás por la Legislatura. Aquella norma prohibía la venta entre las 23 y las 8 en toda la ciudad. Pero quedaban exceptuados de la veda bares, restaurantes, pizzerías y discos y también los kioscos y maxikioscos con reparto a domicilio.

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A los comercios que violen la nueva normativa el gobierno porteño podrá quitarles la habilitación.
 
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