SOCIEDAD › ESTUDIANTES DE DOS CONSERVATORIOS PORTEñOS RECLAMAN POR LA SITUACIóN EDILICIA

Una protesta a toda música

Los alumnos del Manuel de Falla y el Astor Piazzolla cortaron la calle Gallo, en Balvanera, para denunciar la situación por la que atraviesan: ambas instituciones funcionan en un mismo edificio, que está superpoblado. Las obras no están terminadas.

Estudiantes de los conservatorios Juan Manuel de Falla y Astor Piazzolla sacaron los instrumentos a la calle para reclamar por la “precaria situación edilicia” de ambas instituciones, que hoy funcionan en el mismo edificio. Además de la falta de espacio y la disgregación de sedes que los estudiantes señalan como “parches”, los alumnos reclaman la finalización de una obra en el tercer piso, en la que se invirtieron casi 9 millones de pesos y que está pendiente desde el año 2013. Aunque la web del gobierno porteño la da por finalizada en el marco de un “programa de necesidades de los Conservatorios”, la obra quedó paralizada y clausurada al poco tiempo de comenzar.

El barrio de Balvanera se agitó ayer con el ritmo de los reclamos de los conservatorios que desde hace varios años comparten el mismo problema: la imposibilidad de hacer uso pleno de un edificio. En 2004, el Manuel de Falla (con 3000 mil alumnos) fue trasladado al edificio del Piazzolla (en el que ya cursaban unos 2000 alumnos), con la promesa de dar una solución temporal a la falta de sede propia.

Ayer, pasadas las 20, el ensamble Panambí dio pie a los estudiantes, que sobre la calle cortada en Gallo a la altura de Sarmiento insistieron sobre la necesidad de contar con dos espacios por separado para cursar “sin más anexos y apropiados para estudiar música”. “Hoy disponemos de nuestro edificio a medias, un lugar en el que ya era difícil cursar porque no está acustizado ni acondicionado para la enseñanza musical”, dijo Laura Cosla Bas, del Centro de Estudiantes del Piazzolla (Cecap), que señaló que “no alcanzan las aulas ni el presupuesto para estudiar, en nuestro caso no es suficiente ni para cambiar las cuerdas de las guitarras, que terminan donando los preceptores”.

El parche de la mudanza aguantó hasta 2013, año en que se conformaron los centros de estudiantes de ambos conservatorios y se mantuvieron en asamblea permanente para exigir una respuesta definitiva. “A ese reclamo respondieron cerrando el tercer piso, donde se iba a construir una sala de grabación, un pequeño auditorio y otras cosas que necesitábamos y no teníamos”, contó a Página/12 Gastón Ceruti, referente del Centro de Estudiantes del Manuel de Falla (Cemfa).

La obra, que estaba proyectada para ser finalizada en seis meses y para la que el gobierno porteño invirtió 8.775.880 pesos, fue paralizada a los pocos meses y tres años después continúa frenada. Según contaron los estudiantes, en varias ocasiones pidieron a los directivos que les permitan acceder a ese piso –hoy cerrado con candado– y pudieron constatar que “la obra no solo está parada sino que nunca empezó”.

De acuerdo con lo publicado en el Boletín Oficial N° 4222 el 26 de agosto de 2013, la licitación fue otorgada a Sunil S.A. para la “adecuación y actualización integral del 3° piso de los conservatorios superiores de música”. La respuesta que obtuvieron los estudiantes por parte de la empresa constructora ante el cese de las obras fue que “el gobierno porteño dejó de pagar”, explicó Ceruti.

“Nos pareció una tomada de pelo que hace unos meses el Ministerio de Cultura difundió una gacetilla en la que se daba por remodelados los conservatorios”, agregó el referente del Cemfa. Del mismo modo, el 10 de diciembre de 2015, la web del gobierno porteño publicó las obras “desarrolladas por la Dirección General de Infraestructura, entre los años 2008 - 2015”, entre las que se encuentra el tercer piso de Gallo al 200. Allí aparece la supuesta “renovación y actualización integral del tercer piso”, que “comprendió la construcción de nuevas aulas, salas y actualización de instalaciones para la educación musical de nivel superior”. Además, según la publicación, se instalaron locales con acondicionamiento acústico, se remodelaron los baños y la carpintería y se realizó un nuevo acceso a la sala de máquinas del montacarga existente.

Como las obras quedaron frenadas, la Dirección General de Enseñanza Artística –de la que depende las dos instituciones– alquilaron otro anexo ubicado en Suipacha y Corrientes. “La apertura del último anexo fue la gota que rebalsó el vaso, porque si bien los problemas son de larga data se profundizaron en los últimos años continuaron con el cambio de gestión, que es del mismo signo político”, consideró Soledad Venegas, docente de la carrera de Etnomusicología en relación al paso de mando del actual presidente Mauricio Macri a Horacio Rodríguez Larreta.

Durante la manifestación, Ceruti destacó que “los 9 millones de pesos asignados no sabemos si se pagaron a la empresa o adónde fueron, pero en estas obras no están”. “Por otro lado esto no respondía a nuestro reclamo, que desde siempre fue tener nuestro edificio propio para el Falla y el pleno uso para el Piazzolla”, concluyó.

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El barrio de Balvanera se agitó ayer con el ritmo de los reclamos de los conservatorios.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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