SOCIEDAD › HABRIA CONSULTADO SOBRE EL USO DE PODERES FIRMADOS POR DIEGO

Las extrañas andanzas de Guillote

La sociedad entre Maradona y Coppola se rompió hace tiempo, pero en el medio quedaron los poderes firmados por Diego y otros negocios frustrados. Según pudo saber este diario, mientras el ex jugador peleaba por su vida, su ex representante consultaba por posibles usos de esos poderes.

 Por Alejandra Dandan

No todas las andanzas de Guillermo Coppola sobre el entorno Maradona son públicas. Existen capítulos secretos. El lunes pasado, cuando el ídolo de Boca se debatía literalmente entre la vida y la muerte, su antiguo socio de ruta se comunicaba con un puñado de encumbrados escribanos de la city porteña. “Oíme una cosa –le preguntó a uno de ellos–, ¿puedo usar los poderes para...?” Y lo explicó. El ex apoderado quería “cobrar” algunas presuntas rentas pendientes del ídolo y preguntó por las ventas de dos propiedades, según confió uno de los profesionales a este diario. En esta nota se explican las razones, explicaciones, descargos e hipótesis de una guerra millonaria con apoderados, ex apoderados y hasta un megacontrato de alquiler en Palermo Hollywood con miles de dólares pendientes.
El vínculo entre el Número 10 y el sinuoso Guillermo Coppola mantuvo amoríos durante siete años: desde el 6 de junio de 1996 hasta el 6 de marzo de 2003. Durante ese lapso, Coppola fue apoderado de Maradona en un vastísimo campo de negocios. “Coppola era apoderado casi plenipotenciario: podía hacer o deshacer lo que se le antojaba, todo”, gráfica ahora Oscar Moyano, uno de los nuevos abogados de Diego.
Las causas de la crisis son confusas. Maradona lo acusó públicamente de una estafa, de quitarle un dinero destinado a sus hijas y del mismo modo anunció su destitución como apoderado. Ese último aspecto no es un dato menor: es uno de los puntos más difíciles de la enmarañada discusión legal que en este momento ronda los despachos de los abogados del Pibe de Oro.
El procedimiento de ruptura legal se hizo por acta notarial en la escribanía Nardelli y Miras. Por su lado, Coppola hizo un gesto en el mismo sentido: renunció a sus poderes a través de una carta documento. Pero, legalmente, al procedimiento le faltó algo: una notificación oficial para Coppola. Nunca fue informado formalmente de su destitución.
¿Podría seguir usando los poderes? Nadie sabe la respuesta. Los abogados del entorno de Diego aseguran que no. Los de Coppola indican que podría hacerlo, pero “lógicamente, ni siquiera lo intenta”. Los especialistas en Derecho son más claros: aseguran que podría, pero que se trataría de una estafa o de un fraude en su caso, y de un delito de falsificación de documento público para el escribano que lo avale.
El martes y miércoles pasado, mientras mejoraban los signos vitales del futbolista, sus nuevos abogados se devanaban los sesos: ¿deberían mandarle una carta documento a Coppola?, analizaban. Era una de las opciones para impedirle cualquier tipo de movimiento. Finalmente no lo hicieron. Ya tenían en agenda la primera reunión de conciliación con Guillermo Coppola, una cita que tuvo lugar ayer a las cinco de la tarde. “Antes de iniciarle juicio preferimos sentarnos de buena voluntad para pedirle una rendición de cuentas de todas las empresas y de todas las personas con las que actuó como representante y apoderado personal de Maradona”, explicó Moyano. “Una rendición documentada: cuánto cobró, cuánto gastó y en qué, con comprobantes”, dijeron.
Abatido y medio desconcertado, Guillermo Coppola habló con Página/12: “¿Qué, qué?”, se preocupó antes de negar de todos los modos posibles haber hecho el llamado, que fue confirmado por los escribanos consultados por este diario. “Yo renuncié a todos los poderes en noviembre, ¿me seguís?”, preguntó Coppola. Y en línea con sus abogados y con los de Maradona, aclaró además que no tiene propiedades con Maradona, que sólo tiene una sociedad y que se ha convertido en un chivo expiatorio.
La sociedad con Diego Maradona no está tan alejada de la urgencia con la que el ex apoderado habría hecho los llamados. Maradona, Coppola y su ex mujer Sonia Brucki son socios de DGS SA, una firma entrampada en este momento en una complicada trama judicial. Hace tres años, la firma alquiló tres locales de la calle Fitz Roy al 1900 con el proyecto de convertirlos en un restaurante que llevaría el nombre de Maradona. El negocio parecía tan bueno y las inversiones serían tantas que los dueños de los locales no cobraron los meses de depósito. Pero algo pasó: “Fue un fracaso rotundo. No hicieron nada, destruyeron todo y además nunca pagaron”, dice enojadísima la abogada que tramita la causa de alquileres perdidos en el Juzgado Civil Nº 75, y quien, por “razones de seguridad”, ha pedido que no se mencione su nombre. El dueño del local inició una demanda por unos 200 mil dólares adeudados. Y ahora acaba de conseguir la sentencia de desalojo.
El juicio no es contra Maradona sino contra DGS SA, indicó la abogada. En la empresa, Diego sólo aparece cediendo el nombre. “Coppola y su ex mujer tienen los derechos al uso del nombre para ese restaurante y para cuestiones de merchandising”, agregó la abogada. Si la sociedad continuará o no, aún no se sabe. De momento, y por las dudas, la abogada trabó embargo sobre una de las dos propiedades adjudicadas a Coppola en la avenida Libertador. Los escribanos sospechan que ésa era una de las propiedades de las que el ex apoderado pretendía deshacerse.

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Diego Maradona y Guillermo Coppola, en los buenos tiempos.
 
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