SOCIEDAD › REBELION POPULAR EN CASTELLI POR LA SANCION A DOS DOCENTES

No desvestirás a tus alumnos en clase

La directora de una escuela y una maestra fueron separadas de sus cargos por desvestir a dos alumnos cuando buscaban dinero perdido. Los vecinos reaccionaron apoyando a las docentes, cuestionaron a la familia denunciante y agredieron a periodistas.

Una maestra y la directora de una escuela de la ciudad de Castelli, acusadas de hacer desvestir a dos niños cuando buscaban 30 pesos que la maestra había perdido, fueron ayer apartadas provisoriamente de sus cargos. El hecho tuvo una repercusión inusitada en ese pueblo de 9 mil habitantes, ubicado 160 kilómetros al sur de Buenos Aires. Para asombro de los padres de las víctimas, ayer por la tarde más de mil pobladores se reunieron en la plaza principal local, no para denunciar el atropello contra los niños, sino para apoyar a las docentes, a quienes conocen “de toda la vida”. La concentración sacó a relucir mezquindades de pueblo chico, con frases del tipo “esto sólo lo pueden entender quienes viven aquí”, según coincidieron los manifestantes. Hasta hubo agresiones a periodistas y camarógrafos que llegaron a cubrir la noticia. Mientras el hecho es investigado para establecer la responsabilidad de las docentes, el director general de Educación bonaerense, Mario Oporto, advirtió que la actitud de las docentes es pasible de una “grave sanción”.
“Es una locura, no puede suceder algo así. Si esto ocurrió se inicia un sumario (a las docentes) y creo que corresponde una sanción muy grave”, señaló Oporto, quien se entrevistó ayer por la mañana con el padre de los hermanitos protagonistas del episodio, Eduardo Buroni.
El hecho, según relató Buroni a Página/12, ocurrió el 8 de junio pasado. Ese día, sus hijos caminaron las dos cuadras que separan su casa de la escuela Nº 1 de Castelli. Corría la tarde y su hija de 10 años, que cursa quinto grado, se atrasó en las tareas de clase junto a una compañera, por lo que la maestra Graciela Aramburu les prohibió salir al último recreo. Cuando los alumnos y la maestra regresaron la docente descubrió que le faltaban 30 pesos de su cartera.
La maestra, de inmediato, acusó a las dos niñas. “Fue el comienzo de la humillación”, detalló Buroni. “La hizo pasar al frente de la clase –continuó– y le hizo sacar la campera, el buzo, el guardapolvo, las zapatillas y las medias. Mi hija se quedó en remera, pantalón y descalza frente a más de 30 compañeritos. Luego la maestra le levantó la remera, la pancita le quedó al descubierto y le revisó los bolsillos del pantalón.”
La niña lloraba. Y el dinero no aparecía. La maestra revolvió la mochila de la pequeña. Y no encontró nada. La otra alumna acusada comenzó a llorar. No quería sufrir igual humillación. El horario de clase ya había terminado pero los chicos no podían salir del aula hasta no encontrar el dinero, contó Buroni. “La maestra habló entonces con la directora –agregó el padre–, quien fue al patio de la escuela donde estaba el resto del alumnado. Allí separó de la fila a mi hijo de 5 años y lo revisó. Le hizo sacar la campera y el guardapolvo.” El dinero tampoco apareció.
Mientras, en el aula, la niña pidió ir al baño, pero la maestra no le dio permiso. “Mi hija llegó orinada a mi casa y, en medio de una crisis de nervios, contó a mi mujer lo sucedido. Mi esposa salió corriendo para hablar con la directora, Miriam Martínez, quien le dijo que no la podía atender porque su horario de trabajo ya había terminado, que volviera al día siguiente y que si quería hacer la denuncia, que lo hiciera”, describió el padre. Ese mismo día, los Buroni realizaron la denuncia. Y los niños no volvieron a la escuela.
Buroni comentó que, al día siguiente del incidente, intentó dialogar con el intendente de Castelli, el radical Edgardo Larraza, quien no lo recibió. Sí lo hizo el secretario de Hacienda quien, según dijo, tras escuchar su versión sobre lo que había pasado, “se rió y se fue”. Además, Buroni advirtió que “la inspectora de escuelas, Dora Luca, tomó declaración a los testigos de los hechos, quienes avalaron la versión de mi hija” y enfatizó que “acá hubo un error gravísimo, y hay que solucionarlo”.
Desde la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense informaron que “las docentes no están trabajando, ya que fueron desplazadas de sus cargos a partir de la denuncia de los padres y se inició una investigación presumarial para establecer sus responsabilidades”. “¿Usted está a favor de las maestras o de Buroni?” Esa fue la consigna de la encuesta que realizó ayer la FM local 93.7. En dos horas hubo 390 llamados: 388 a favor de las docentes. “Es que somos una gran familia”, señaló a este diario un vecino de Castelli. Ayer, la plaza de la ciudad, ubicada frente a la escuela Nº 1, se colmó de gente. “Fue una pueblada. Acá somos todos de perfil muy bajo, no es tan fácil participar de algo así. Pero decidimos unirnos porque acá en el pueblo nos conocemos todos, sabemos quién es quién, de ninguna manera la gente hubiera salido a respaldar si no conociéramos a las maestras”, dijo uno de los manifestantes.
En la concentración, la periodista Sandra Borghi, de la señal de cable TN, fue tomada de los pelos por los manifestantes y el productor de esa emisora recibió patadas. La periodista Silvia Martínez, del semanario local El Castellense, resultó herida y quedó en observación en el hospital de la zona. Martínez “hace cuatro años que llegó a Castelli y ha tenido problema con medio mundo, igual que Buroni”, aseguró un vecino.
“Lo que enojó a la gente de Castelli fue que Buroni agrandó los hechos. No tendría que haber llamado a los medios. Acá todos nos conocemos”, dijo un vecino. “Este hombre se pasó del límite, vendió pescado podrido a los medios nacionales, y esos medios en lugar de hablar con el pueblo, hablaron solamente con Buroni”, opinó un vecino.
Los Buroni llegaron a Castelli hace más de dos años. Allí, creó La Revista de Castelli, una edición semanal de cuentos y reflexiones espirituales, y tiene publicidad de comerciantes de la zona, incluso de la municipalidad. “A mis hijos los mandé a Buenos Aires –dijo anoche Buroni–. Y estoy pensando muy seriamente en que se queden allá. Es asombroso, el Estado se expide a mi favor, pero el pueblo se empaca y apoya a los docentes.”

Informe: Silvia Marchant.

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“Mi hija se quedó en remera, pantalón y descalza frente a más de 30 compañeritos.”
 
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