SOCIEDAD › ACCIDENTE CON 17 HERIDOS EN EL CERRO CATEDRAL DE BARILOCHE

De aerosillas a autitos chocadores

Una aerosilla se desprendió de la mordaza y se deslizó hacia abajo por el cable, con lo que arrastró a otras tres. Pánico y quejas.

 Por Carlos Rodríguez

En San Carlos de Bariloche, la aerosilla cuádruple que lleva hasta la cima del Complejo Invernal del Cerro Catedral, a 2000 metros de altura, se convirtió por algunos dramáticos minutos en una mezcla de silla voladora con autito chocador. Una primera silla, ocupada por cuatro personas, se desprendió de la mordaza y se deslizó hacia abajo por el cable de elevación, chocando violentamente con la segunda, la tercera y la cuarta líneas, dado que todas siguieron un brusco descenso embistiéndose unas con otras. Al menos 17 personas resultaron lesionadas, cuatro de ellas con fracturas de tibia y peroné, por el impacto del choque entre la primera y la segunda silla. Para evitar el golpe, dos expertos esquiadores se arrojaron al vacío y cayeron en la nieve, recorriendo en el vuelo una distancia cercana a los ocho metros. La pericia de ambos, y la nieve blanda, evitaron que la caída provocara daños físicos importantes. El pánico en la montaña duró unas tres horas, hasta que todas las personas que habían quedado varadas, algunas tomadas de las manos a los fierros de las sillas, como en un film de acción, pudieron ser rescatadas.
“Eran increíbles los gritos de dolor y de angustia de la gente que iba en la primera y en la segunda silla, donde había algunos chicos”, relató a Página/12 Diego Riero Otero, de 26 años, empleado de Aerolíneas que pasa sus vacaciones en Bariloche y que fue testigo presencial, dado que iba en una de las sillas que no llegó a chocar, aunque también quedó varada en la altura, hasta que todos fueron retirados de la incómoda situación por los grupos de salvataje. El accidente habría ocurrido por problemas de mantenimiento de la aerosilla, inaugurada hace dos años. El problema ocurrió a partir de las 11.15 de ayer y la situación se prolongó varias horas, hasta que todos los turistas fueron llevados de regreso al llano. “Los que más se quejaron fueron los familiares de los que iban en las dos primeras sillas, que la pasaron muy mal y sufrieron fracturas de tibia, de peroné y de clavícula, pero todos los que estábamos subiendo la pasamos mal y la empresa lo único que prometió es poner a disposición de todos el libro de quejas”, comentó el joven entrevistado telefónicamente por este diario. “Otra cosa que nos dijeron, una vez que volvimos a tierra firme, es que hay una investigación técnica en curso para determinar cuáles fueron las razones del accidente”, dijo Riero Otero. Lo que cedió fue la mordaza que sujeta la silla al cable de elevación. Esto podría deberse a una falla en el mantenimiento “ya que las mordazas deben ser inspeccionadas en forma periódica y se las debe cambiar de lugar, para evitar un desgaste del material que puede originar problemas como el ocurrido”, explicó una fuente policial.
La empresa Catedral Alta Patagonia, concesionaria de los medios de elevación de la montaña, informó en un comunicado que el mecanismo fue “detenido de inmediato” y que los pasajeros que estaban cerca de las sillas desprendidas “entraron en pánico”, mientras el personal de emergencias de la firma desplegó un sistema de sogas, arneses y poleas para bajar a los heridos a la pista de esquí, desde donde fueron llevados nuevamente a la base de la montaña, donde recibieron los primeros auxilios, aunque varios tuvieron que ser internados en los sanatorios Del Sol y San Carlos, ubicados en el centro de la ciudad.
En esos lugares fueron asistidos 17 heridos de distinta consideración, entre ellos cuatro personas que sufrieron quebraduras en sus piernas y en otros lugares del cuerpo. La empresa confirmó que resultaron lesionados Luciana Santalla, de 20 años; Florencia Santalla, de 15; Victoria Campos, de 15; Juan Pablo Aita Taglem, de 38; Jorge Daniel Leguizamón, de 37; Carlos Aubone, de 33; Catalina Noussan, de 17; Julio Terragui, de 17; Roberto Asenjo, de 80; Juan Moreno, de 23; Federico Bianchi, de 20, Rodrigo Connor, de 27; Isabel Tassara, de 17, Gloria Campos de Gotelli, de 26; Martín Kai, de 19; Tomás Thostrup, de 18, y Graciela Moreno, de 24.
Luego del operativo de evacuación de heridos, la empresa hizo funcionar la aerosilla muy lentamente, para que bajaran los demás pasajeros. Algunos no pudieron soportar la espera y decidieron saltar a la pista, desde distancias que iban de los cinco a los ocho metros de altura. Roberto Longueira, que iba en la primera de las sillas, dijo que al caer hacia atrás le fracturó el tabique nasal a una persona a la que golpeó con la nuca. “Fue muy feo estar colgado, en el aire, sin tener idea de lo que iba a pasar, saber qué va a pasar. Por suerte en diez minutos llegaron a asistirnos. En mi caso, a los diez minutos me asistieron y luego me llevaron hasta el pie del cerro en motos de nieve.” La Secretaría de Turismo de Río Negro clausuró la aerosilla en forma preventiva y ordenó pericias para establecer las razones del accidente, que también será investigado a nivel judicial. En la Municipalidad comenzó a estudiarse la posibilidad de rescindir la concesión a la empresa.

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Las cuatro aerosillas quedaron aprisionadas unas contra otras a varios metros de altura.
 
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