SOCIEDAD › UN SOBRINO ENTREGO A SUS TIOS PARA UN ASALTO

El mensaje de texto delator

“Y loco, ¿qué paso?” El sobrino había entregado a sus tíos para un robo: sabía que acababan de recibir 11000 pesos por una venta. Le había pasado el dato a tres amigos, que fueron a asaltarlo. Pero todo salió distinto a lo planeado. El matrimonio mató a uno de los atacantes y el otro terminó huyendo. El sobrino estaba ansioso por saber qué pasaba. Y le mandó un mensaje de texto al celular de su cómplice, ya muerto. El aparato sonó en el bolsillo del cadáver. La policía sólo tuvo que leerlo para saber quién había pergeñado esa historia.
El final fue dramático para todos: el hombre asaltado recibió un disparo en el pecho, está internado en el Hospital Posadas, de Morón, y su estado es reservado; el delincuente muerto era un joven de 20 años; el sobrino entregador tiene 18 años y ahora está detenido junto con el que huyó, un chico de 17 años.
El hecho ocurrió en una casa del barrio San Alberto, donde viven Silvia Manchecielli y Jorge Domingo Villarroel, ambos orfebres y de 50 años. Fue el sábado, cuando tres hombres –uno de ellos encapuchado– entraron a la casa por una ventana para robarles el dinero que habían cobrado. En medio de amenazas, el matrimonio reaccionó: la mujer aprovechó un descuido de uno de los ladrones, lo golpeó con una maza y su marido tomó un cuchillo y lo apuñaló. Fuentes judiciales precisaron a Página/12 que el joven se llamaba Facundo Pintos, tenía 20 años y murió casi inmediatamente. Ante el desmanejo de la situación, los demás huyeron. Pero Villarroel los siguió, interceptó al encapuchado en el fondo de la casa y cuando lo encerró, recibió un disparo en el pecho. El delincuente huyó y el orfebre permanece internado en grave estado.
Cuando todo pasó, miembros de la Comisaría 4ª de Ituzaingó llegaron a la casa y notaron que algo vibraba en un bolsillo del cadáver: se trataba de un celular que recibía el mensaje “¿Y loco, qué pasó?”. Luego, los pesquisas encontraron otro teléfono, que se le había caído a uno de los asaltantes que huyeron. “¿Cómo salió todo?”, era el mensaje que guardaba. En ambos, el teléfono desde donde habían sido enviados los textos era el mismo: un sobrino del matrimonio asaltado.
El domingo, los investigadores tenían atados varios cabos y decidieron una serie de allanamientos. “El dueño del celular olvidado es quien habría disparado contra el orfebre: un joven de 17 años detenido ayer en su vivienda del barrio Ejército de los Andes, de Ciudadela”, precisó una fuente policial de la Jefatura Departamental del Conurbano Oeste. La búsqueda del tercer asaltante continúa y, según los investigadores, está identificado. En octubre de 2004 habría quedado en libertad tras cumplir una condena por robo calificado.
Las actuaciones se llevan en el marco de la carátula de robo agravado con homicidio resultante: así se califica a las causas de robo en las que el ladrón es muerto por la víctima del delito. “La principal hipótesis del sobrino entregador se basa en que el joven tenía conocimiento de que el matrimonio de orfebres había cobrado 11 mil pesos por algunas ventas de sus productos y luego se comunicó con sus cómplices facilitándoles datos sobre la vida de sus tíos”, señalaron.

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