SOCIEDAD › TRES HOMBRES PRESOS DOS AÑOS TERMINARON ABSUELTOS

Un triple crimen sin condena

En el partido de Tres de Febrero aparecieron en 2002 tres cadáveres adentro de un Volskwagen Gol. A uno de ellos le faltaba la cabeza y todos habían sido ametrallados. Por el caso fueron detenidos un año después tres hombres, entre ellos dos sobrinos del decapitado, a quienes se acusó de cometer el triple homicidio motivados por un ajuste de cuentas. Ahora, en la instancia del juicio oral, la fiscal Paula Levy consideró que las pruebas en contra de los detenidos no eran suficientes y decidió no formular cargos, tras lo cual fueron liberados.
Los cuerpos fueron hallados el 13 de agosto de 2002 en José Ingenieros, al lado de la cancha del club Almagro y a unas diez cuadras del barrio Fuerte Apache. Las víctimas fueron Ricardo Wilson, de 56 años; Walter Gómez, de 18, y Gustavo Obregón, de 23. El cadáver de Wilson tenía 13 tiros de proyectil calibre 22 en la espalda y además le faltaba la cabeza, que nunca fue encontrada. Los dos hombres más jóvenes habían sido atacados por la espalda con una ráfaga de ametralladora.
Casi un año después del hecho fueron detenidos los hermanos Gabriel y Cristian Wilson, sobrinos del decapitado. También se detuvo a Carlos Alvarez, un hombre de 34 años a quien se acusó de encubrir los crímenes y de entregar a Ricardo Wilson. La hipótesis del fiscal de instrucción, José Guozden, era que los parientes eran parte de una organización delictiva, en la cual habrían surgido diferencias por el reparto del botín en un robo. El crimen se habría concretado cuando discutían por este tema frente a las otras dos víctimas.
El dinero que para el fiscal motivó el ajuste de cuentas –desde el principio se descartó la hipótesis de un robo– habría sido robado en un asalto a un camión de caudales que se disponía a cargar el cajero automático ubicado en el Hospital Zubizarreta. El botín de ese asalto sería de un total de 840 mil pesos, de los cuales los acusados habrían entregado sólo cuatro mil pesos a su tío.
Esta hipótesis surgió de las declaraciones de testigos de identidad reservada, que durante el juicio oral no sustentaron sus dichos. Según la pista que siguió el fiscal de instrucción, Gómez y Obregón habrían sido asesinados por haber presenciado el crimen de Wilson.
En este marco, la fiscal del juicio, Paula Levy, consideró que las pruebas no eran suficientes para acusar a los tres hombres y el Tribunal Oral Criminal 2 de San Martín desistió de la acción penal. Ahora no podrán volver a ser juzgados por estos homicidios. Por lo tanto, los hermanos y Alvarez quedaron libres. Según trascendió ayer, ninguno de ellos tenía causas judiciales anteriores a este episodio.

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