SOCIEDAD › APUNTAN EN UN SIMPOSIO A LA INACCION DEL PODER POLITICO

El sida como un genocidio

“La inacción del poder político a nivel global sobre la epidemia de VIH-sida configura un genocidio”, definió contundente Julio Montaner, el médico argentino que a partir de 2008 presidirá la Sociedad Internacional de Sida (SIS). Mientras que su actual presidente, Pedro Cahn, indicó que si bien en la Argentina “hay un acceso amplio” a los tratamientos, aún “es un tema pendiente hacerlos llegar a quienes lo necesitan”. La observación fue hecha en el marco de la presentación del 8º Simposio Científico Internacional de Sida que comienza hoy en Buenos Aires y donde se reunirán más de 1500 personas para la presentación de avances científicos y el debate sobre nuevas estrategias de prevención.

En el encuentro científico, que se extenderá hasta el sábado próximo, uno de los conceptos que se tratarán será el de la unión entre la prevención y el tratamiento. “Son dos caras de la misma moneda”, señaló Cahn, también presidente de la Fundación Huésped, organizadora del simposio.

Montaner, director del BC Centre for Excellence in VIH-sida de Vancouver, Canadá, sostuvo que “la XVI Conferencia Internacional de Sida, realizada en Toronto, es un punto fundamental acerca de las evidencias logradas para demostrar que el tratamiento a los pacientes es la mejor herramienta para detener la epidemia. El tratamiento tiene efectos que no se detienen en los infectados, ya que a la vez genera prevención. La disminución de la infecciosidad en los pacientes genera un efecto amplificado”.

Según Montaner, “lo que nos resulta más difícil es lidiar contra la apatía del poder político a nivel global. Esa inacción es un crimen contra la humanidad. Sabemos lo que hay que hacer, sabemos cómo hacerlo y hasta se tomó la decisión de hacerlo, pero esa decisión no se implementa. En el fondo, es un acto de genocidio”.

Si se logra la univerzalización del acceso a los tratamientos retrovirales, que es el objetivo de las Naciones Unidas para 2010, “podríamos tener una caída del 50 por ciento en la cantidad de nuevas infecciones”. Cada día hay 11 mil nuevos infectados y ocho mil muertes como consecuencia del VIH-sida. “Es necesario que los gobiernos hagan el esfuerzo que deben hacer para que el tratamiento retroviral llegue a todos los que lo necesitan. Actualmente los programas buscan que el enfermo vaya al tratamiento, pero tenemos que lograr que sea el tratamiento el que llegue a los enfermos”, insistió Montaner.

En la Argentina “hay dos caras”, afirmó Cahn. “Por un lado hay un programa de acceso amplio a la terapia retroviral. Pero al mismo tiempo es darwiniano: selecciona a los más aptos. Llegan al tratamiento quienes tienen dinero para el colectivo para ir a buscar los medicamentos, los que no corren el riesgo de perder el presentismo en el trabajo y los que tienen con quién dejar a sus hijos. Una consecuencia es que en el Hospital Fernández el 30 por ciento de los diagnosticados están en una etapa muy avanzada de la enfermedad. Estamos haciendo muy poco por ir a buscarlos. Es un tema pendiente el de poner a disposición de la gente aquello que necesita.”

Una forma de llegar son los programas que la Fundación Huésped desarrolla en comunidades vulnerables de partidos bonaerenses como La Matanza y Lanús para promover los testeos voluntarios. “Buscamos que puedan tener acceso cerca de su casa, en la salita del barrio, y que alguien allí les dé información y los oriente. Los estados municipales y provinciales deberían imitarlo, y para eso se requiere un esfuerzo conjunto”, remarcó Cahn.

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