SOCIEDAD › DOS PRESOS POR LA CHICA LLEVADA A MENDOZA PARA PROSTITUIRLA

La hora de la justicia para Daniela

Daniela R. puede estar tranquila. Están tras las rejas los supuestos autores de haberla secuestrado y llevado por la fuerza hasta Mendoza para venderla a un prostíbulo. Luisa Bravo, alías “la Tía”, y su novio, Juan Vega, al que se conoce como “el Mendocino”, fueron detenidos por orden del fiscal de Instrucción de Río Cuarto, Walter Guzmán, bajo los cargos de “facilitación en el ejercicio de la prostitución y privación ilegítima de la libertad”.

La orden de detención contra la pareja salió del despacho del fiscal el martes por la tarde. Agentes de la comisaría de Alberti hallaron a Luisa Bravo en su propia casa, ubicada a pocos metros de la vivienda de la víctima. A su novio, Juan Vega, se lo detuvo cuando circulaba por una calle céntrica de la ciudad cordobesa. Hoy saldrán por un par de horas de la alcaldía de la Unidad Regional Nº 9, donde están alojados desde el martes pasado, para presentarse a declarar ante el fiscal Guzmán.

No es la primera vez que Bravo tiene que dar explicaciones por la desaparición de la joven de 15 años. “La Tía”, así se la conoce en el barrio Obrero, negó ante el juez de menores de Río Cuarto, José Varela Geuna, estar involucrada en el secuestro de Daniela. “Ahora tendrá que ampliar su declaración, porque la niña la acusa de haberla secuestrado”, explicó Guzmán, en diálogo con Página/12.

La chica estuvo desaparecida durante un mes exactamente. Partió de su casa, junto a Bravo, la noche del 2 de enero, y fue hallada la semana pasada en el departamento de Las Heras, en la provincia de Mendoza. En ese tiempo, según relató la niña, estuvo encerrada en condiciones infrahumanas en una habitación de la casa de la imputada. Luego, cuando Bravo consiguió el dinero para dos pasajes de micro, fue trasladada a la provincia de Mendoza, donde la habrían vendido por tres mil pesos al dueño de un sauna. Allí ejercería la prostitución junto a las niñas de 12, 13 y 14 años que asegura haber visto en el interior del lugar. En un descuido de sus captores, logró escapar y volver a su casa.

Para Guzmán, la declaración de la joven no es suficiente para pensar que en la ciudad funciona una red de prostitución infantil o de trata de personas. “No hay redes de prostitución. Estos son hechos aislados cometidos por personas que viven a expensas de los menores. Pero no hay banda ni organización”, aseguró el fiscal.

En 2004, una asociación civil denunció que unas trescientas niñas eran obligadas en esa ciudad a ejercer la prostitución.

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