SOCIEDAD › JOSE ABELLI, DEL MOVIMIENTO DE EMPRESAS RECUPERADAS

“Zanello no es una excepción”

 Por Pedro Lipcovich

“Una buena política de recuperación de empresas permitiría restituir 200.000 puestos de trabajo por año”, afirma José Abelli, vicepresidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. La estrategia tendría dos ejes: la modificación de la Ley de Quiebras, de 1995, “que funcionó como uno de los instrumentos centrales del modelo neoliberal”, y la creación de un fondo estatal para capitalizar a las nuevas empresas recuperadas. Las empresas ya recuperadas dan trabajo a 12.000 personas y facturan cien millones de dólares anuales.
“El caso de Zanello no es excepción –destaca Abelli–: la mayoría de las empresas recuperadas aumentaron su producción en el último año y también duplicaron o triplicaron la cantidad de trabajadores que emplean. Cierto que aun las que mejor funcionan no superan el 30 por ciento de su capacidad instalada, pero esto es lo que pasa hoy en general en el país.”
Según Abelli, “a partir de la gestión del presidente Kirchner se incrementaron nuestros contactos con el gobierno nacional, y hemos planteado dos demandas esenciales. Primero, la Ley de Quiebras: habría que darla vuelta como una media porque, junto con la Ley de Entidades Financieras, es uno de los dos instrumentos principales que el modelo neoliberal utilizó para implantarse. Por lo menos, hay que cambiarle dos artículos: el 211, para permitir que el Estado y los trabajadores de la empresa quebrada, que suelen ser los principales acreedores, se unan para pedir la continuidad de la empresa, lo cual está expresamente prohibido por la ley actual. Y modificar también el artículo 190, según el cual el juez ‘podrá’ evaluar el pedido de los trabajadores para recuperar la empresa: es necesario que el juez deba hacerlo, ya que muy pocos magistrados lo toman en cuenta”.
Además, “el Estado debería crear un fondo de capital de trabajo para estas empresas, porque ninguna nunca recibió ayuda: somos los propios trabajadores los que desarrollamos estrategias de financiamiento para reactivarlas. Calculamos que un aporte de 3000 pesos por puesto de trabajo sería suficiente para lo inmediato de cada recuperación: reconectar la energía eléctrica y el gas, comprar los insumos”.
Eso podría permitir recuperar tanto como “200.000 puestos de trabajo por año: es que hay cientos de empresas cerradas, con todas las máquinas listas para producir y los trabajadores en la calle”, afirma Abelli y ejemplifica: “La planta de Noel en San Martín, Mendoza, donde trabajaban 600 personas; el taller de vías en Los Hornos, con tecnología de última generación, que ocupaba a 180 trabajadores; Fader, la única fábrica argentina de motocompresores para equipos de frío, que daría trabajo a 360 compañeros; el frigorífico Santa Elena, de Entre Ríos, que ocupaba a 900 personas”.
Y la recuperación de empresas es contagiosa: “Hace un año se recuperó una fábrica de forjado de metales en San Martín, Mendoza, y hoy ya hay allí cinco empresas recuperadas más. Cuando este proceso se dispara, sea en un pueblo chico o en una ciudad grande, se multiplica”, cuenta el titular del Movimiento de Empresas Recuperadas.

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