SOCIEDAD

Cómo afrontar los casos de pacientes en estado vegetativo

SALVADOR BERGEL.
“Los testamentos vitales”

Por Mariana Carbajal

“El caso de Terri Schiavo ha sido explotado políticamente por una corriente fundamentalista que no se preocupa por miles de personas que mueren diariamente y no deberían morir”, consideró Salvador Bergel, doctor en Ciencias Jurídicas y director de la Cátedra Unesco de Bioética en la UBA.
–¿Por qué cree que tenido tanta repercusión?
–Se ha montado en torno al caso una especie de campaña publicitaria que apeló a los sentimientos de las personas. Es fácil explotar los sentimientos cuando está en juego la vida y conseguir adeptos. Esas fotos y esas apariciones de la mujer moribunda que mostraban son de pésimo gusto, carentes de sentido, reprobables desde el punto de vista ético. El tema pasa por la no utilización de la persona humana para otros fines. Esta pobre mujer ha sido utilizada por estas corrientes fundamentalistas. Me pregunto qué hacen estos grupos por la cantidad de personas que mueren diariamente por falta de medicamentos adecuados, por subalimentación, por guerra injustas, como en el caso de la población civil de Irak. Nadie ha pensado en la cantidad de inocentes que han muerto ahí.
–¿Qué enseñanzas deja el caso?
–En lo que respecta al aspecto jurídico en sí, es importante pensar en el empleo de lo que se denominan testamentos vitales, disposiciones que se pueden tomar respecto de su persona cuando el individuo no tiene más capacidad para decidir sobre su vida. En este caso no hay un problema de eutanasia: simplemente se ha cortado la prolongación artificial de la vida, que es distinto de cortar el curso vital. Si hubieran dejado el curso natural de las cosas, esta mujer habría fallecido hace muchos años. Deberíamos preguntarnos si es ético emplear todos los medios que el hombre tiene a su disposición para prolongar la vida cuando se pierde la posibilidad de la calidad de vida; deberíamos plantear cuál es el límite. Estos interrogantes deberían ser fundamento de un debate. Es necesario que las sociedades realicen un debate profundo sobre el tema y no se dejen embaucar por el sensacionalismo del caso.
–¿Cómo analiza la actitud del presidente Bush?
–Es un fundamentalista en todo sentido, en la guerra de Irak, en el manejo de las relaciones internacionales... está actuando como si estuviéramos en plena Edad Media. Las decisiones políticas que ha adoptado conculcando las libertades civiles se conjugan en esta misma visión. Para la política interna de Bush es muy importante apelar a sentimientos por encima de la racionalidad, es en una medida lo que lo llevó a ganar las elecciones: los sentimientos patrióticos por encima de la realidad.




FLORENCIA LUNA.
“Como si fuera un tótem”

Por M. C.

“Es importante empezar a pensar en serio en estos problemas, en la medida en que cada vez más la tecnología permite mantener con vida cuerpos, pero no necesariamente personas. A Terri Schiavo la quisieron mantener viva artificialmente como si fuera un tótem”, señaló Florencia Luna, investigadora del Conicet, doctora en Filosofía y presidenta de la Asociación Internacional de Bioética.
–¿Qué se puede rescatar del caso Schiavo?
–Este tipo de casos llevan a pensar en la importancia que tienen estos temas en una sociedad. Y que esa importancia no pueden quedar sólo en manos de los médicos: es demasiada responsabilidad para ellos. Este caso es más complejo porque no existía la decisión personal de la persona involucrada.
–¿Qué hay que tener en cuenta cuando hay disidencias en la familia?
–Una estrategia interesante es darles lugar a las unidades de cuidados paliativos, que no sólo trabajan con el enfermo sino con la familia. En ese marco es más fácil tratar de resolver los dilemas que pueden surgir con un enfermo terminal. Son situaciones tan complejas que es muy difícil encontrar una resolución a priori y decir quién tiene que tomar la decisión sobre si desconectar o no al paciente. Hay que indagar quién se estuvo ocupando de la persona, quiénes son los más allegados y los que pueden conocer mejor sus sentimientos, qué intereses hay en juego, si hay intereses económicos. Este tipo de situaciones involucran un montón de dinámicas familiares. Muchas veces la culpa por lo que no se hizo es lo que mueve a algunos a querer prolongar la vida artificialmente. En el caso de Terri Schiavo, los padres parecen tener un criterio totalmente alejado de la realidad: esta mujer nunca iba a poder tener una vida consciente, de recuperación. La quisieron mantener viva artificialmente como si fuera un tótem.
–Aunque el de Schiavo no se consideró un caso de eutanasia, esta cuestión estuvo rondando todos estos días...
–Es importante empezar a pensar en serio estos problemas y cómo los resolvemos como sociedad. Cada vez más la tecnología permite mantener con vida cuerpos y no necesariamente personas. Ya sea el caso español Sampedro, que dice basta y no lo dejan, y debe recurrir a una especie de simulacro de suicido, como el de Schiavo, son situaciones que no podemos negarnos a pensar. Pero para poder resolver estos dilemas tenemos que pensar si tenemos la seriedad y la madurez suficientes como para respetar los derechos y deseos de las personas y poder monitorear que no se produzcan abusos.

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