cash

Domingo, 20 de mayo de 2007

FUERTE CRECIMIENTO DE LA INDUSTRIA DEL SOFTWARE

Falta mano de obra

Se reciben unos 2600 estudiantes por año y el mercado requiere el doble de profesionales en informática.

 Por Sebastian Premici

La industria del software y servicios informáticos facturó 4800 millones de pesos el año pasado, según un informe de Economía, y los negocios en el exterior sumaron 300 millones de dólares. El nivel de ocupación directa de ese sector es de más de 41.000 personas y los empresarios están preocupados por la falta de recursos humanos capaz de acompañar ese crecimiento. Uno de los factores que explica esta situación se relaciona con los salarios que pagan las compañías a un programador y la falta de estudiantes universitarios que muchas veces abandonan sus estudios seducidos por un buen puesto laboral.

Uriel Cukierman, secretario de Tecnologías de la Información y la Comunicación de la UTN, afirmó a Cash que “la falta de personal que se está dando es endémica, ocurre en todo el mundo y aquí se acentúa porque el mercado creció a partir de sus posibilidades de brindar servicios al exterior favorecidos por la diferencia cambiaria y una reactivación económica general”. Según datos de la UTN, en 2005 se inscribieron en la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información 17.128 estudiantes y se recibieron sólo 915. Por otro lado, acorde a la consultora Leviminond, del total de inscriptos en la Universidad de Buenos Aires para 2007 (60.000 alumnos), sólo el 2,5 por ciento corresponde a carreras informáticas (1400 alumnos aproximadamente). El total de egresados actual, teniendo en cuenta las universidades públicas y privadas, es en promedio las 2600 personas. “La falta de estudio genera que cuando buscás empleados con determinado perfil, no los vas a encontrar. O sea, los buenos están trabajando; los nuevos están en un círculo vicioso de rotación (del 25 por ciento en 2006); y no hay profesionales que puedan suplantar a los que ya están en el mercado laboral”, explica Leonardo Savelli, presidente de la empresa UniversoBit. Por año deberían recibirse aproximadamente 5000 personas.

Muchas veces los nuevos programadores que requieren las empresas provienen de los primeros años de las carreras universitarias en tecnología, tentados por los proyectos que se diseñan para el exterior y por altos salarios. “Hay alumnos de veintitrés años de la facultad, y a veces menores, que tienen sueldos muy por encima de lo que cobraría un chico de esa edad realizando otra tarea. Las empresas que los contratan no tienen el cuidado de dejarles el tiempo para que terminen sus estudios. Sólo les interesa resolver el problema de urgencia”, reflexiona Cukierman.

“Si uno quiere hacer software o desarrollos para competir en el mercado mundial tiene que tener otro tipo de actitud. Lo primero que sale a la luz cuando se habla de la India como polo productor de software es la cantidad de graduados universitarios que tiene. Esto hace la diferencia”, agrega Alejandro Oliveros, director de la consultora internacional IDC.

El tema es complejo, dado que muchos jóvenes se cuestionan si completar sus estudios necesariamente les genera mejores posibilidades laborales. Un programador junior comienza su carrera laboral ganando 1500 pesos netos; una persona con conocimientos en programación bajo tecnología de Microsoft puede rondar los 3700 pesos netos, como base para empezar a trabajar o cambiar de empresa. Hay otras tecnologías, como las de la empresa SAP, que plantean pisos de 5000 pesos netos.

Por otro lado, la falta de carreras técnicas (universitarias) con títulos intermedios hace que muchos estudiantes que sólo quieren alcanzar una carrera de programador o técnico informático estudien pocos años de una carrera de grado y luego la completen con la capacitación tecnológica adicional de las empresas. “Al fin de cuentas –afirma Carlos Pallotti, presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos–, una certificación de una empresa internacional de tecnología puede tener más valor en el mercado internacional que el título universitario.”

El cuello de botella de la industria del software no es su capacidad de negocio sino la situación generada alrededor de los recursos humanos donde intervienen las universidades, las empresas y el Estado. “Lo que hacen las grandes empresas internacionales en la Argentina es muy valioso porque exportan y dan trabajo pero es un modelo que carece de una estrategia clara de posicionamiento del país. Hay que buscar cadenas de valor, es decir, vender software que esté vinculado con alguna habilidad productiva, por ejemplo, la industria agropecuaria. Hasta ahora existe poco ‘derrame’ tecnológico y muchas veces ocurre que las empresas internacionales compiten por los recursos humanos con las empresas locales, lo que hace que suban los salarios, aumente la rotación laboral y algunos dejen de estudiar”, concluye Andrés López, investigador principal del Centro de Investigaciones para la Transformación.

Compartir: 

Twitter

 
CASH
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.