“En el país hay 600 mil jóvenes que no trabajan ni estudian. Esa es nuestra mayor preocupación y para ellos estamos trabajando. Por eso a partir de ahora encaramos un plan de cuatro años de duración con un presupuesto de 600 millones de pesos. Ya comenzamos a trabajar en Tucumán y San Juan y vamos a cubrir todo el territorio nacional. En una primera etapa, que dura dos meses, tienen talleres de orientación con dos módulos de derechos laborales y aprendizaje sobre cómo buscar un empleo: armado de currículum, definición de proyectos y otros temas. En esa etapa cobran 120 pesos. Luego pasan a un curso de formación profesional de entre tres y seis meses. En la tercera etapa los ubicamos en una empresa según sus características personales. Finalmente, si la empresa decide tomarlos, recibe un subsidio del Estado de 275 pesos. Es decir, la idea es orientarlos, formarlos y ponerlos en contacto con el mundo del trabajo. Cosas que para una persona que está acostumbrada a trabajar parecen poco, pero que para un desocupado estructural están lejísimos de su alcance”.