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“Fue positivo que el Gobierno sincerara el desorden económico, pero ahora debe responder una serie de preguntas. Tenemos que ver cómo se va a reestructurar la deuda pública, cuándo se va a eliminar el corralito financiero, qué tan traumática va a ser la relación entre el gobierno nacional y las privatizadas y cuándo vamos a empezar a implementar las reformas estructurales. Si las preguntas las responde el Gobierno, se irá logrando un ordenamiento macroeconómico que posibilitará el resurgimiento del crédito comercial, para luego poder esperar el retorno del crédito financiero. Si el que responde los interrogantes es el mercado, no vamos a tener ninguna estimación confiable respecto del tipo de cambio y la tasa de interés y ni siquiera va a resurgir el crédito comercial. Es muy importante desarrollar una política fiscal de equilibrio y una política monetaria restrictiva. Esto favorecería una evolución convergente entre el dólar libre y el oficial y posibilitaría la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para que este organismo dé una señal al mercado poniendo plata en un momento en el que todos la sacan”.