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Sábado, 2 de abril de 2016

DANZA › EL GRUPO KRAPP REPONE ADONDE VAN LOS MUERTOS (LADO A) HOY Y EL PROXIMO SABADO

“El humor es inherente a nosotros”

Luego de la retrospectiva que lo tuvo como protagonista, este grupo de danza-teatro regresa con su última obra, de 2011, a la Sala Caras y Caretas. “Hay algo que se transmite fácilmente en escena. Recorrimos una vida juntos”, dicen.

 Por María Daniela Yaccar

El Grupo Krapp vuelve a escena, luego de la retrospectiva que lo tuvo como protagonista en 2013. Ofrecerá dos funciones de Adonde van los muertos (lado A), su última obra, de 2011, en la Sala Caras y Caretas (hoy y el 9 de abril a las 22, en Sarmiento 2037). “Nunca pensamos en términos de regreso. Cada obra es eso que es. Si regresamos es siempre por casualidad o porque tenemos ganas. O porque hay gira”, cuenta a Página/12 Luciana Acuña, una de las directoras de Krapp, que luego de presentarse en Buenos Aires lo hará en Europa, con el mismo material. Krapp son Acuña (psicóloga y bailarina), Luis Biasotto (actor y bailarín), Fernando Tur y Gabriel Almendros (actores y músicos) y Edgardo Castro (artista plástico y actor). El grupo independiente de danzateatro lleva 16 años de trabajo.

“Siempre pasa lo mismo”, dice Biasotto, también director. “Parece que vamos a empezar de nuevo, después nos damos cuenta de que no... Funcionamos así: salimos a tomar algo, hablamos, hacemos una obra nueva. Es rarísimo. No somos organizados. Las obras anteriores nacieron así: estábamos en una terraza tomando algo y dijimos ‘hagamos otra obra’, como si dijéramos ‘vamos a comer un asado’”. Desde el año 2000, los integrantes del grupo entran y salen de él espontáneamente, desarrollando en el medio proyectos de trabajo personales, en muchas ocasiones juntos. El único que no subirá al escenario del Caras y Caretas es Castro, porque estrenará película en el Bafici. El quinto intérprete será Matthieu Perpoint.

Una productora europea los vio y así surgió la gira por Brujas, Amsterdam, Utrecht y Heerleen, en el marco del festival Get Lost. “Siempre nos resulta raro hacer funciones afuera sin haber hecho antes en Buenos Aires. Es bueno tener el calor del público de acá”, dice Acuña. Adonde van los muertos (lado A) es la última creación del grupo y la menos conectada con la danza. Estrenó después de Adonde van los muertos (lado B) y no trata sobre la muerte, “sino sobre sus posibilidades de representación”. Diez artistas aportaron sus ideas sobre cómo escenificar la muerte: Lola Arias, François Chaignaud (Francia), Fabiana Capriotti, Fabián Gandini, Stefan Kaegi (Suiza), Federico León, Mariano Llinás, Mariano Pensotti, Rafael Spregelburd y Diana Szeinblum. Ellos aparecen en un video en Adonde... y el Grupo Krapp pone en imágenes y escenas lo que le inspiran esas propuestas. “En la obra conviven tres imaginarios: el del artista que piensa la escena, el del espectador que piensa en la escena mientras escucha, y el nuestro, que es la puesta. Hay un pensamiento repartido sobre la muerte”, describe la directora.

“Es duro volver a hacerla. La retrospectiva también fue muy emotiva. Hacer nuestra última pieza es como volver a estar en la casa de tu familia y que estén todos más grandes. Ya no los reconocés tanto, pero sigue siendo tu familia. Seguimos trabajando el mismo lenguaje, siempre tratamos de hacer pequeños cambios para no aburrirnos. El lado B de Adonde... me gusta más que el A porque es más reo, más punk, más vacío”, expresa Biasotto. La retrospectiva fue en noviembre de 2013 en el Centro Cultural San Martín y fue la reposición de sus obras más importantes: Mendiolaza (2000), Olympica (2006) y las dos Adonde.... Una particularidad fue la inclusión en el ciclo de Reconstruyendo a Krapp, donde bailarines revivieron la primera obra del grupo –No me besabas– sin haberla visto, a partir de testimonios de viejos espectadores.

El díptico Adonde... surgió porque la muerte les estaba “golpeando la puerta”, especialmente por el fallecimiento del iluminador del grupo. Pese al tema álgido, el humor se coló en este trabajo. “Eso es muy característico de la estética del grupo. Todas las obras tienen ese sello. Krapp es un cuerpo en escena, con mucha plasticidad y heterogeneidad. Hay bailarines, actores, músicos; una convivencia de cinco cuerpos con informaciones diferentes. Nos conocemos desde hace mil años y nuestra relación siempre parte desde ese lugar. Tenemos un código compartido. Hay algo que se transmite fácilmente en escena. Recorrimos una vida juntos”, define Acuña. “El humor es inherente a nosotros. En los ensayos nos reímos un montón, o nos peleamos... y de eso sacamos algo. El grupo es tan heterogéneo que nos reímos uno del otro por lo que el otro es”, coincide Biasotto.

Las giras siempre son una experiencia “amable”, sostiene Acuña. “La recepción es muy sencilla, como acá. Hay gente a la que le gusta mucho la propuesta. En los festivales de Estados Unidos o Europa es común que los artistas hablen con el público después de la función, dinámica que acá no está muy instalada. En general, siempre son buenas las devoluciones aunque, a la vez, hay gente que se levanta y se va. Como debe ser. Está bueno que un espectáculo genere una reacción tan radical”, analiza. “En Estados Unidos siempre nos reciben bien, nos ven como un grupo de loquitos divertidos, medio raros. Somos latinos, típicamente diferentes. En Portugal pasó que nos divertimos más nosotros que la gente. Y más fuera del trabajo que por el trabajo mismo. En Alemania salimos a saludar ocho veces. En España hay lugares patéticos que se caen a pedazos y a su vez una onda festivalera muy buena; uno piensa que cuando se ríen de más es porque han fumado mucho porro”, detalla el director.

Biasotto estrenará en julio una obra con parte de los Krapp. El espectáculo aún no tiene nombre. “Soy un desastre, pongo el título al final. Estamos en el momento crítico de la obra. Estoy en el desierto, bastante perdido; pero eso me motiva un montón: entrar por una puerta sin saber qué hay del otro lado”, cuenta. Tiene ganas de que surja una nueva obra de Krapp. “No tengo un tema, pero en un momento tuvimos una charla con Edgardo. Estábamos los dos medio borrachos... todavía no nos sentamos a pensar. Se nos ocurrió hacer algo de teatro, fuerte y serio”, dice.

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“El grupo es tan heterogéneo que nos reímos uno del otro por lo que el otro es”, afirman los Krapp.
Imagen: Rafael Yohai
 
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