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Martes, 29 de octubre de 2013

CULTURA › JORNADAS LAMBORGHINI/LIBERTELLA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL

Dos faros para la literatura

Hoy en la Biblioteca y mañana en el Malba se propone un itinerario abierto a la especulación y al debate. “Pensamos tanto en una celebración de sus obras como en la provocación que ellas nos plantean”, dice Roberto Ferro, uno de los organizadores.

 Por Silvina Friera

Un mano a mano sobre dos escritores centrales, cuyas obras están situadas en la encrucijada de la innovación y la vanguardia. Héctor Libertella (1945-2006) y Osvaldo Lamborghini (1940-1985), de ellos se trata, patearon el tablero de la narcótica monotonía literaria con el ímpetu de sus escrituras, sus operaciones extremas y sus galaxias textuales que siempre desacomodarán las lecturas digeridas –esas que envejecen en el acto–; carnaval de la lengua en tensión y torsión con las tradiciones y la legibilidad pasteurizada del mercado. Las Jornadas Libertella/Lamborghini, que empiezan hoy a las 14.30 en la Biblioteca Nacional y terminarán mañana en el Malba, se proponen recoger nuevas miradas acerca de dos autores ineludibles de la literatura argentina. Noé Jitrik, Luis Gusmán, Germán García, Martín Kohan, Luis Chitarroni, Damián Tabarovsky, Américo Cristófalo, Ricardo Strafacce, Marcelo Damiani, Laura Estrin, Rafael Cippolini, Eduardo Stupía, Jimena Néspolo, Silvana López, Esteban Prado, Diego Peller, Guillermo Quartucci y Ana Gallego Cuiñas participarán de este itinerario abierto a la especulación y al debate.

A propósito de la obra de Libertella y Lamborghini, “es posible reflexionar acerca de las formas de legitimación en el espacio literario argentino”, dice Roberto Ferro, uno de los coordinadores académicos de estas jornadas organizadas por el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), la Biblioteca Nacional y el Malba. “Esas instancias legitimadoras son muy diversas; a veces, el recorte que cada una de ellas impone coincide parcialmente con las de las otras, a veces entra en contradicción y debate. Es difícil caracterizar la enorme complejidad y variedad de las modalidades de lectura que participan en las prácticas sociales. El árbol de Saussure de Libertella o El fiord de Lamborghini confrontan y desestabilizan las formas más extendidas de valoración de los textos literarios.”

Ferro advierte a Página/12 que rara vez los libros de estos escritores forman parte de los catálogos de las librerías. “Cuando sus nombres aparecen en las pantallas de búsqueda, hay apenas uno o dos títulos disponibles. Esa tensión conflictiva entre la circulación de sus obras y la valoración que reciben de críticos y escritores es uno de los indicios más notables de la puesta en cuestión de los presupuestos que permiten indagar las relaciones entre literatura y mercado o entre divulgación publicitaria y crítica literaria. En una época en la que son dominantes las estrategias de posicionamiento del libro como un producto orientado hacia un mercado de consumidores, a tal punto que si a mediados de los ’60 se pensó que había llegado ‘la hora del lector’, destacando el rol decisivo de su participación en la construcción de los valores literarios; en la actualidad predomina otra concepción que, por contraste, se podría denominar ‘la hora del cliente’. Libertella y Lamborghini se sitúan en las antípodas de esa concepción.”

“Sus escrituras aparecen como focos de interés tanto para la investigación literaria –lo que se pone de manifiesto en el creciente número de tesis y trabajos críticos que las toman como eje de reflexión– como por las diversas formas de su presencia en la obra de otros escritores”, plantea Ferro. “Acaso la imagen de confluencia permita explicitar las relaciones que es posible establecer entre la escritura de Libertella con las de Macedonio Fernández, por una parte, y con la de Martín Kohan, Alan Pauls y Hernán Ronsino, por otra; y las que se trazan entre Lamborghini, Néstor Perlongher, Emeterio Cerro y César Aira. Esas relaciones no son directas, sino más bien deslizamientos, apariciones, destellos.” Entre 1973 y 1977, Libertella y Lamborghini, junto con Germán García y Luis Gusmán, fraguaron la revista Literal. “Esa convergencia nos permitió armar un punto de contacto entre dos trayectorias que antes y después toman cursos muy diversos, a pesar del diálogo y las contradicciones que se fueran tejiendo entre ellos y sus textos. Al momento de programar las jornadas pensamos tanto en una celebración de sus obras como en la provocación que ellas nos plantean: dar cuenta de que la vanguardia no sólo reside en la instancia de escritura, sino en la de lectura.”

Luego de la apertura en la sala Juan L. Ortiz, a cargo de Ferro, comenzará el cruce entre vida y literatura: Laura Estrin indagará en el legado de estos maestros; Esteban Prado trazará una lectura en paralelo y Jimena Néspolo reflexionará sobre “La armadura de fantasmas (instrucciones urgentes para leer lo invisible)”. Después llegará el turno de detenerse específicamente en Libertella. Silvana López lo hará en la huella y el rastro de un hiperbóreo –por El camino de los hiperbóreos (1968), con la que obtuvo el Premio Paidós de Novela–; Rafael Cippolini pondrá la lupa en originales, reversiones de éditos y libros inventados; y Marcelo Damiani se encargará de disertar sobre “En efecto: H”. Para cerrar la primera jornada, Luis Gusmán dará una conferencia acerca de “El arte de disponer del lector”. Al día siguiente, en el Malba, se proyectará Héctor Libertella: Bahía Blanca-Nueva York. Carta a Guillermo Quartucci, Iowa 1971. El programa se completa con Américo Cristófalo y un análisis de Teatro proletario de cámara, obra inconclusa que reúne los últimos experimentos poéticos-narrativos gráficos de Lamborghini; Diego Peller releerá en un “adentro y afuera” al autor de Tadeys. Seguirán tirando del paño Ana Gallego Cuiñas, Damián Tabarovsky, Martín Kohan, Luis Chitarroni, Ricardo Strafacce, Eduardo Stupía y Germán García. Noé Jitrik, que cerrará las jornadas, señala que este encuentro “no es un proyecto de rescate de determinados escritores que no están en el candelero de premios, ensayos sobre políticos en carrera para entrar en el poder, consejeros matrimoniales y toda esa muchedumbre que puede parecer que es la literatura argentina”.

Jitrik subraya que la propuesta consiste en “volver sobre lo que anima, cuestiona, hace vibrar y promete variantes y cambios, y sobre lo cual, heroicamente, hay que llamar la atención porque el respetable público no está advertido o no hay nadie que se lo advierta”. “Los textos de Lamborghini y Libertella son, sin duda, de vanguardia: extremos, complejos, expresan la madurez de una literatura que, por fortuna, todavía se busca y que registra numerosas fugas, elipsis, silencios y otra vez, por fortuna, acuciosos inquisidores que redescubren y le dan sentido a ese duro oficio que es escribir para algo y para alguien.”

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Héctor Libertella (1945-2006) y Osvaldo Lamborghini (1940-1985) patearon el tablero de la monotonía literaria.
 
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