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Sábado, 7 de mayo de 2016

CULTURA › PRESENTACION DE LAS OBRAS COMPLETAS DE ROBERTO CARRI

A tiempo para saldar una vieja deuda

La edición en dos tomos, por parte de la Biblioteca Nacional, de los trabajos del sociólogo desaparecido durante la dictadura, vuelve a poner en circulación un universo textual clave para los debates entre nuevos lectores, investigadores y militantes.

 Por Silvina Friera

Participaron de la presentación Alcira Argumedo, Daniel Link, Horacio González, Glenn Postolski y Sebastián Scolnik.
Imagen: Guadalupe Lombardo.

El rebelde está en sus libros, en sus clases, en sus artículos, desde una “sociología de trinchera” en la que se consumó su pasión crítica y su compromiso militante. La presentación de las Obras completas del sociólogo Roberto Carri (1940-1977) en dos tomos, editadas por la Biblioteca Nacional, es un gran acontecimiento porque vuelve a poner en circulación una galaxia textual necesaria para ampliar los debates entre nuevos lectores, investigadores y militantes. A los tres ensayos que publicó en vida –antes del secuestro y desaparición de él y de su mujer, Ana María Carusso–, Sindicatos y poder en la Argentina. Del peronismo a la crisis (1967), Isidro Velázquez. Formas pre revolucionarias de la violencia (1968) y Poder imperialista y liberación nacional. Las luchas del peronismo contra la dependencia (1973), se agregan artículos dispersos, la transcripción de muchas de sus clases universitarias y un conjunto de documentos políticos inéditos de Montoneros.

En el auditorio Roberto Carri de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se proyectó un fragmento de Operación fracaso, película de Albertina Carri inspirada en Isidro Velázquez, y presentaron los libros Alcira Argumedo, Daniel Link, Horacio González, Glenn Postolski y Sebastián Scolnik, moderados por Verónica Gago y Gustavo Nahmías.

Scolnik, coordinador del área de publicaciones de la Biblioteca Nacional (BN), advirtió que el libro fue posible bajo la conducción de González en una época de la Biblioteca “muy democrática porque encontraba distintas fuentes en las que abrevar su pensamiento y sus discusiones”. Scolnik precisó que el catálogo de la BN consiste en “un conjunto de libros financiados por fondos públicos, pero cuya concepción de editorial pública fue hecha sin someterse a los lenguajes estrechos del Estado y a las consideraciones y rigidices institucionales”. La idea de publicar las Obras completas fue promovida por la facultad de Ciencias Sociales de la UBA. “Cuando sentíamos que el tiempo político en el cual estas obras podían ser editadas se iba extinguiendo, hubo una especie de voluntarismo desmesurado que logró que se pudiese producir en un tiempo record”, comentó Scolnik y agregó que la edición de los textos de Carri “no se remite a una mera nostalgia ni a un acto de justicia, aunque ese acto era necesario, sino que nos sirve para poner en el presente algunas sensibilidades que hoy parecen obturadas para la discusión”.

Postolski destacó que esta publicación era “una vieja deuda” que saldó González. “El compromiso con lo social encuentra en estos días grandes dificultades que nos llevan a pensar cómo y desde qué forma de intervención del discurso social seguimos sosteniendo ciertas banderas de lo colectivo en un momento en que la universidad está atravesando una profunda problemática”, planteó el decano de la facultad. “Este auditorio está abierto porque un grupo de compañeros sostuvieron la apertura cuando el conjunto de los trabajadores no docentes está en paro, un paro que reivindicamos porque es el inicio de una lucha que tiene que ver con defender la dignidad del salario. Hoy lo público está en jaque porque quienes ocupan el gobierno del Estado tienen otros intereses”.

Argumedo celebró el homenaje “muy merecido” al autor de Isidro Velázquez. “La historia de Roberto, de las Cátedras Nacionales y de la resistencia peronista cobra sentido si uno la enmarca en la profunda transformación que nos tocó atravesar en nuestra juventud, que fue la llamada ‘Revolución del Tercer Mundo’”, dijo la socióloga y diputada nacional por Proyecto Sur. “El gran debate era si había un pensamiento autónomo de América Latina, basado en las raíces latinoamericanas, o si teníamos que incorporar el marxismo para ser revolucionarios; un debate que cruzó al peronismo combativo, sobre todo el de John William Cooke”, explicó Argumedo y confirmó que esta búsqueda tiene vigencia. “Estamos en una crisis civilizatoria. La concentración de la riqueza permite que 60 corporaciones tengan más recursos que 3500 millones de personas en el mundo, que son población sobrante. Para que esto funcione tienen que liquidarla y están aplicando la lógica de la liquidación porque en estos momentos la disputa por los últimos recursos estratégicos está dando lugar a cuatro guerras en Medio Oriente –Irak, Siria, Libia y Afganistán–, y a diez guerras en Africa. En América latina pretenden imponer nuevamente estos modelos de alta exclusión social”, alertó la socióloga y mencionó un detalle crucial escamoteado: en las lenguas precolombinas no existía la palabra pobre. Como si abrevara en la rebeldía de Carri, Argumedo fustigó con ironía la incapacidad de las ciencias sociales para interpelar los problemas acuciantes ante ciertas coyunturas. “En los 90, mientras las ciencias sociales se preguntaban si el rizoma venía con la multitud y se chocaban con la deconstrucción del sujeto, estaban saqueando al país. En la crisis del 2001, mientras los sectores populares estaban inventando formas de autoprotección como el inicio de los piqueteros, las ciencias sociales estaban colgadas del pincel pensando si había acción comunicativa o no. Hay que volver a pensar porque creo que estas condiciones son catastróficas. Hay que estar muy atentos, más allá de los tiempos oscuros que atravesamos, porque veo que vienen nuevos tiempos históricos”.

Link planteó que en Isidro Velázquez el sociólogo discute el valor de la violencia por fuera de los marcos de referencia de la época. “La explicación a la que parece aferrarse es la anarco-nihilista, para la que hay una indiscernibilidad absoluta entre revuelta y revolución. Por esa vía supera al modernismo cientificista y se entrega a una gramática revolucionaria de las cualidades: la simpatía de la masa es lo que subraya una y otra vez en la peripecia de Isidro Velázquez. El carácter anarco-nihilista de su explicación es lo que explica la urgencia, porque el tiempo de esa violencia milenarista, así predicada, responde a la lógica del tiempo mesiánico, y creo que lo que se lee en la obra de Carri es una comprensión profundísima de ese tiempo final”, reflexionó el escritor y subrayó que lee la obra de “un sociólogo enfurecido contra la sociología científica y el formalismo en las ciencias sociales, entendido como empirismo acrítico”. Link propuso recordar a Gabriel Tarde, fundador de la sociología de las cualidades, que perdió completamente contra Émile Durkheim en los momentos fundacionales de la sociología. “Tarde sostuvo, y creo que a Carri lo hubiera entusiasmado este camino, una concepción inversa de la que sostiene la sociología clásica: no explicar lo pequeño por lo grande y el detalle por el conjunto, sino las semejanzas de conjunto por la agrupación de pequeñas acciones elementales, lo grande por lo pequeño, lo englobado por lo detallado. Una sociología de las simpatías y de las urgencias, una teoría de las inminencias y de los pliegues, la ciencia de lo singular y de lo necesario”.

González dijo que Carri estaba “disconforme en cualquier lugar donde estuviera”. “El libro Isidro Velázquez es una vigorosa apología en contra de los que están dentro de la ley. En ese sentido, se entiende el fuerte ataque, aunque sin mencionarlo nunca, a Durkheim. Carri es el rebelde de la normalización de la sociología dentro de la sociología. Roberto olfateó de inmediato que ese lado durkheimiano de la sociología no era interesante”. El sociólogo, escritor y ex director de la BN afirmó que Carri era “un ser intranquilo que no cabía nunca en sí mismo” y señaló que todavía queda por analizar “las decisiones que se toman en nombre de los pensamientos que se tienen”. “Ese tomar las armas de Carri es un dilema sin explicar; es tan inexplicable que no es posible pensar que no vuelva a ocurrir, hasta incluso de la misma forma”.

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